𝑱𝒖𝒎𝒂𝒏𝒋𝒊 || 𝑨𝒍𝒆𝒙 𝑽𝒓𝒆𝒆𝒌𝒆

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒐

Cassie se encontraba, preparándose para la escuela, se encontraba en el tocador de la habitación de Bethany. Cuando por el espejo nota a su melliza, tomándose fotos acostada en el sillón.

Ella sonríe, pensando en cuando cambiará.

—¿Ya estás lista Bethany?— pregunto Cassie, ya sabiendo la respuesta de su pregunta.

—No, estoy tomando café— hablo Bethany sin mirarla, estaba más concentrada, acomodando la taza de café que se encontraba a su lado. Supuso que empezaría a publicar lo que hacía en la mañana, como siempre.

Estaba por hablar cuando su madre entro a la habitación.

—Chicas, tienen 20 minutos— hablo la mujer rubia, igual que sus hijas.

—Estoy lista mamá— hablo Cassie, la mujer sonrió mientras se acercaba a ella y despositaba un beso en su frente, para continuar acomodando su cabello.

—Denme 10 minutos, ¡Ya estaré lista— habló Bethany, mientras se levantaba para entrar al baño.

Ellas eran mellizas, pero también eran el ejemplo de polos opuestos. Mientras Bethany se preocupaba por su novio y por el que dirá la gente. Cassie solía ser reservada, no tenía tantos amigos a excepción de Martha, una chica que conoció en una de las suspenciones que se ganó.

Pero a pesar de todo eso Bethany y Cassie eran inseparables.

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Tiempo después

Cuando Bethany estuvo lista ambas, se subieron a la camioneta, con su mamá.

Cómo siempre Bethany iba de copiloto y ella se encontraba en el asiento trasero. Ella como es costumbre, se colocó sus audífonos, mientras en sus auriculares se reproducian canciones de su grupo favorito ABBA.

La letra de "Dancing Queen"  se escucha en sus oídos cuando noto que su mamá se detuvo.

Entonces ella le puso pausa a su celular y se asomo por la ventana, ahí vio a Spencer hablando con Refri, antes de que otro auto se acercara y tocará el claxon , para llamar la atención del chico alto.

Ella vio como Spencer murmuraba algo, cuando el Señor Vreeke salía de la casa y le decía algunas cosas. Eso pareció asustarlo.

Le parecía absurdo, que la gente creara rumores sobre lo sucedido en esa casa. Ella simplemente ve el corazón de una familia destrozada, por no tener ninguna pista de su hijo. No era un motivo para que la gente la llamara la Casa de los sustos.

Ella no sabía tanto sobre el tema, pero una vez investigando en la biblioteca encontró un periódico, dónde se hablaba de la desapareción del joven Vreeke. El artículo decía que no existía ningún paradero y nunca volvió a ser visto.

Muchos culpaban al Señor Vreeke, diciendo que él era el culpable, de su desapareción.

Salió de sus pensamientos cuando escucho a su mamá hablar con Bethany.

—¡Hay! Que sujeto más raro— hablo Bethany, con una cara de disgusto. Ella simplemente rodó los ojos, no le gustaba, la manera en la que dijo eso.

—Pobre hombre, lo que le pasó fue realmente horrible— murmuró su mamá

—Yo me refería al chico— contesto Bethany

—Ese chico se llama Spencer— habló Cassie por primera vez, desde que se montaron en el auto.

La chica volteo otra vez a la casa de los Señores Vreeke, mirando la manera en la que el hombre salía de su casa y le susurraba algo en el oído a Spencer. El mencionado estaba más blanco que un papel.

Dijo algunas palabras, para después darse la vuelta y salir corriendo del lugar.

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Después de un rato llegaron a la escuela. Se despidieron de su mamá y ambas bajaron de la camioneta.

Caminaron en silencio, antes de darse un abrazo y cada quien tomar una dirección diferente.

Cassie se encontraba, sacando las cosas de su casillero, cuando un joven de cabello negro se acercó.

—¡Cassie! Ya tienes la respuesta— hablo en tono coqueto el recién llegado.

—Pierdete Peter, Ya te dije que no— ella hablo, mientras rodaba los ojos.

Hace algunos días, el capitán del equipo de fútbol, se le pega como una garrapata. Ella lo puso en su lugar, cuando el sin vergüenza, trato de tocarle un muslo.

Pero al parecer no se rinde. Cassie siente que explota, ella no es como Bethany, no se va dejar humillar por nadie,  y más cuando dice que no, es no.

Por tipos como el es que sigue soltera por mucho tiempo.

—¡Linda! Yo sé que quieres— hablo engreído Peter.

—¡Vete al carajo! Déjame en paz— dijo Cassie.

El iba a contestar, cuando una joven pelirroja se acercó.

—Cassie te buscan en dirección— hablo recién llegada.

—Gracias por avisarme Martha— contesto Cassie con una sonrisa cómplice.

Martha simplemente tomo su brazo y la arrastró del lugar, dejando a Peter con la palabra en la boca.

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