Amante sagriento// Studoc // 2doc // MurdocXStuart

𝒞𝒶𝓅 𝟨: 𝒜 𝓃𝑒𝓌 𝒥𝑜𝒷

Al terminar el desayuno quería explorar más de este nuevo lugar, pedí permiso a Murdoc para hacerlo sin Cya, él accedió debido a que la pequeña tenía que encargarse de algunos asuntos junto a él, así que fui a dar un pequeño paseo por el palacio, recorrí con mucha tranquilidad cada uno de los rincones y pasillos, hasta que al llegar al primer patio del palacio, algo llamó mi atención, eran muchas personas, tanto hombre como mujeres lavando ropa y sábanas, era un escenario algo lindo.

Seguí caminando y llegue a un invernadero, estaba lleno de tantas plantas y vida, era muy raro pues pareciera que alrededor del palacio es otoño, veía como todos recolectaban frutos, vallas hasta incluso vegetales, con emoción - y pese a que mi ropa no era para la ocasión - decidí ayudar con la recolección, fue algo muy gratificante, nunca había sentido esa sensación en mi vida solitaria de príncipe. Cuando el ocaso comenzaba a presentar su espectáculo en el cielo, llego la hora de almorzar, Murdoc me tomo bruscamente de la muñeca, preguntando en donde había estado, pues mis prendas estaban muy sucias.

- Yo . . . emmm - titubee un poco hasta que pude decir - E... es... estuve con el resto de vampiros ayudándoles en sus labores - expresé con cierto nerviosismo e inseguridad en mi voz - espero que no te moleste.

- ¿Molestarme? ay no, claro que no, ¿Cómo crees? - se notaba el sarcasmo en su voz - obvio que estoy molesto estas totalmente sucio, pareces un niño pequeño que necesita que lo vigilen - eso se sintió tan mal, era como si mi madre me estuviera reprendiendo - además, tu tienes otro trabajo que comienza desde hoy. - cierto, pues la noche anterior me había contratado como alguien que podía entretenerlo - después del almuerzo te espero en el salón real.

-E... esta b... bi... bien - dije volviendo a titubear y entrando en el comedor.

~* En el salón real *~

El lugar era precioso, tenia una decoración bastante antigua, pero estaba bien conservado, tanto los muebles como el piso eran de madera de la mas alta calidad, esto hacia que cada paso que alguien diera se escuchara hasta en el mas mínimo rincón de la habitación- aunque esto también se debía a que estaba algo vacía- en cada columna habían estatuas esculpidas a mano, se notaba por la atención a cada mínimo detalle en cada una de las expresiones de sus afligidos y felices rostros, del techo colgaba un candelero de cristal también esculpido a mano que resaltaba la belleza de todo el interior.

Si el lugar ya de por si era interesante por su decoración clásica se le agregaba otro pequeño detalle que me fascino, el cuarto estaba lleno de instrumentos de todo tipo, laudes, violines, arpas, liras, chelos, flautas de pico, trompetas de todos los tamaños, campanas y el que más me llamó la atención un enorme piano color negro, al verlo inmediatamente sentí la necesidad de afinarlo y de ponerme a tocar todo tipo de sinfonías desde las mas dulces y cursis hasta las más melancólicas y tristes, debo admitir, sentí un poco de vergüenza por mi comportamiento, parecía un niño pequeño cuando va a una tienda de dulces o de juguetes, lo quiere todo.

Murdoc tomo mi muñeca y me guio hasta el gran piano, me miro algo intrigado, supongo que le causa curiosidad mi reacción.

- Bien... ¿Qué esperas? -pregunto algo impaciente- toca algo para mi, que sea relajante y suave - expresó mientras se sentaba en un sillón de color granate oscuro.

- De acuerdo, aunque, creo que debo afinarlo prime...

- No hace falta - interrumpió - yo me encargue ayer por la noche de afinarlo... ahora solo toca.

- Esta bien - dicho esto me acomode para tocar algo, pero ¿Qué debería tocar? ¿y si no le gusta? ¿y si no es lo que el quiere? mi nerviosismo me invadió por un rato, en eso él me miro, su mirada expresaba un poco de enojo pero al mismo tiempo intriga, ahí descubrí que eso ultimo era lo que ambos teníamos en común . . . nuestra curiosidad, el sabe que soy de un mundo diferente al suyo, y yo soy ajeno al suyo, ahí fue cuando la inspiración surgió y me acorde de una canción que mi nana solía tocar para mi cuando era pequeño, antes de mi primer accidente.