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Abrí los ojos, un escalofrío sacudió mi cuerpo. Sentada en la cama, observé a mi alrededor. La oscuridad aún reinaba. Revisé mi celular: 5:20 a.m.

Un nudo de desesperación se formó en mi garganta. ¿Por qué él? ¿Por qué Jason? Todo lo que creía saber de él se desvanecía en un instante. Lágrimas inundaron mis ojos. ¿Cómo podía ser posible? ¿Cómo podía estar enamorada de un asesino?

Repetí en mi mente que debía ser una pesadilla, me pellizqué con fuerza, pero el dolor agudo confirmaba la realidad.

Con mano temblorosa busqué el contacto del Sr. Larry en mi celular. Sabía lo que debía hacer, pero el miedo paralizaba mis acciones. ¿Era lo correcto? Apagué el teléfono y lo arrojé a un lado con frustración. No podía tomar una decisión.

Me recosté nuevamente, cerrando los ojos en un intento por encontrar consuelo en el sueño.

(...)

Abrí los ojos y me levanté de la cama con determinación. Descendí las escaleras y encontré a mi madre en la cocina. Mamá preparaba huevos revueltos, así que me uní a ella.

—Quiero ir a la empresa con ustedes —anuncié sin rodeos.

Mi madre alzó una ceja con sorpresa.

—¿Por qué? Pensé que aprovecharía estos días para salir con tus amigos —inquirió.

¿Qué podía decirle? ¿Qué había visto a Jason asesinar a alguien y que por eso no quería salir con él? No, necesitaba una excusa más sólida.

—Ayer tuve una discusión con Jason y no me siento cómoda estando cerca de él. Sería incómodo encontrármelo. Además, siempre salgo con ellos y ahora mismo no quiero —respondí con calma.

Apagó la estufa y se acercó a mí para darme un beso en la frente, frunciendo ligeramente el ceño.

—Nora, ¿te gusta Jason? —preguntó con una sonrisa.

—¡¿Qué?! ¡Mamá! ¿Por qué preguntas eso? —exclamé sorprendida.

—Hija, ¿es cierto o no? —insistió.

—¡Maldición! No lo sé —contesté con sinceridad.

—Está bien, pero no quiero que vuelvas a usar ese lenguaje en mi casa —advirtió con seriedad—. Bien, ven con nosotros. Seguro podemos encontrar algo en lo que puedas ayudar.

—Gracias, así podré mantener mi mente ocupada —respondí, tomando un sorbo de jugo.

Me despedí de mi madre con un beso en la mejilla y subí de nuevo a mi habitación. La idea de trabajar con mis padres me emocionaba un poco. Aunque ya sé todo sobre la empresa siempre tomo esto como una buena oportunidad para aprender más sobre el negocio y prepararme para mi eventual liderazgo en la empresa. Elegí un atuendo apropiado para la ocasión: unos vaqueros, una camisa blanca y un saco negro, junto con unos zapatos de tacón moderado. Tras un rápido arreglo personal, bajé de nuevo y me uní a mis padres que ya estaban listos.

—Luces hermosa, hija —comentó mamá al verme.

Nos dirigimos a la empresa en el coche. En el trayecto, mi teléfono sonó varias veces, mensajes de Rachel. Decidí no responderle por ahora. Al llegar, mi padre estacionó el auto y nos dirigimos hacia el edificio. Los empleados nos saludaron respetuosamente al vernos. Me di cuenta de cómo algunas cosas cambiarían cuando estuviera a cargo.

Subimos al último piso y nos dirigimos a la oficina. La secretaria nos saludó cordialmente al llegar.

—Buenos días, Sr. y Sra. White —saludó con una sonrisa.

JASON SMITH [Nada Es Lo Que Parece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora