Cuatro

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Juliette.

Atracción.

Deseo.

Pecado.

Conceptos que creía comprender, pero que ahora tengo claros, he perdido el tiempo que llevo besando a mi padre, solo el chocar de nuestros labios se escuchan, al pedirme abrir la boca su lengua se metió a buscar la mía. Di un jadeo y una especie de gruñido se escuchó a la par.

—Debemos bajar almorzar linda —su boca recorría mi cuello —tenemos invitados — se separó de mí.

Su aspecto era diferente, en sus ojos notaba un cierto brillo, algo que me decía que debía continuar besándolo, sus labios eran aun mas rojos por la manera en que estrujo mi boca, ahora sentía gran humedad en medio de mis piernas, y me estaba empezando a molestar porque no podría quitarme este malestar ahora. Acomodo mi cabello y beso mi frente.

—Baja, es de mala educación hacer esperar a las visitas.

Salió del cuarto como si nada, me tuve que dar una ducha rápida, lave mis dientes y me puse un poco de bálsamo labial, el vestido que use era negro sencillo, me mire varias veces y baje a desayunar.

Mi padre se levanto de la mesa para ayudarme a sentar.

—Buenos días —dije a las personas sentadas en la mesa.

—Mi hermosa Juliette, no te reconozco casi, ya eres toda una señorita.

Di una media sonrisa, tengo una ligera idea de quien es, pero temo equivocarme.

—Creo que ya no recuerdas a tu abuela —dijo la señora frente mío.

—¿Cómo espera que recuerde a alguien que solo vi una vez en mi vida? —mi humor no era el mejor.

—Juliette...

—Déjeme detenerla ahí suegra —mi padre se limpio los labios de manera lenta dejando la servilleta aun lado de su plato — mi hija tiene toda la razón, para ella somos unos desconocidos, su madre se encargo de eso, por eso quería aprovechar hablar con ustedes —miro alrededor — ella esta en su derecho de no hablarles, de no querer ser parte de una conversación incomoda — me tomo la mano — deje de presionarla, que si no la he corrido de mi casa, es porque estamos de luto.

—Madeline, Madeline siempre busco lo mejor para Juliette.

—¿Lo mejor? Mi hija no lloro la muerte de su madre, ¿Qué le dice usted eso?

Todos agacharon su mirada, mi padre siguió desayunando, yo imite su acción agradeciendo que estas personas no dirían nada mas.

Se concentraron en otros temas, me dejaron retirarme sin objeciones, yo me puse a leer en la sala sentada en la ventana que daba hacia la entrada, asi que me dio la vista perfecta de cuando todos se marchaban. La postura de mi padre era diferente a la de ayer, los miraba a todos con desprecio, su manos estaban dentro de los bolsillos, evitando abrazar a aquellas personas. La señora me miro y levanto la mano para despedirse pero algo dijo mi padre que la hizo palidecer e irse sin mirar atrás.

Espere a ver como mi padre cruzo la puerta de la sala y se quedo parado mirándome.

—Tengo algunas preguntas —no se movió.

—Dime padre.

—¿A quien has besado como lo has hecho conmigo?

Su tono era severo, no se que pasara si le digo la verdad.

Dad (K.S.J +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora