Dad (K.S.J +21)

Siete

 

Seokjin.

Mi niña ya tiene cuatro meses conmigo, duerme en mi cama, nadie cuestiona nada, pues es una conversación que ninguno de los que trabajan para mi quiere tener.

Termino sus estudios de escuela media en casa, con tutores privados. Me daba más acceso a ella.  No había día que no la hiciera mía, le encantaba montarme.

—No deseo estudiar la universidad.

Caminábamos de la mano de manera lenta.

—¿Por qué?

—Eso quiere decir que me iría de casa para pasar la mayor parte del tiempo en una escuela, nuevamente.

Nos detuvimos y la tome de los hombros para besarla.

—Bien, entonces dice lo mi niña, dile a tu madre que te quedaras en casa conmigo.

Se giro a la tumba de Madeline.

—Me quedaré con papá, ya no me volverás alejar de él.

La empuje para que quedara en cuatro, subí su vestido y baje la delicada ropa interior, saqué mi miembro con prisa y me hundí en mi linda Juliette.

—¿Escuchaste Madeline? Ella me ama, a pesar de  todo —moví mis caderas más rápidamente —mi hija me ama, tanto como lo hago yo.

Mire la tumba sintiendo como mis testículo se tensaban, Juliette estaba tan excitada como yo, que no tardo en correrse, vacié toda mi semilla en ella, saliendo para que escurriera de sus muslos hasta llenar la tumba de Madeline.

—Limpia la polla de papá, muéstrale a tu madre como es satisfacerme en verdad.

Los gruesos labios de Madeline se envolvieron en la cabeza de mi miembro, la tome del cabello y empuje con fuerza, sus uñas se clavaron en mi pierna, quería respirar eso es seguro, pero no podía salirme de su boca. No hasta vaciarme.

Tape su nariz observando como empezaba a manotear sus ojos se pusieron blancos y lagrimeaba demasiado, ese rostro arruinado y al borde de la muerte me hizo correrme al instante, sacando mi miembro viendo como tosía y temblaba luchando contra no desmayarse.

—¿Te lastime?

Por unos segundos el terror se poso en sus ojos, hasta que acaricie su tierno rostro, entonces negó.

Tan hermosa.