Dad (K.S.J +21)

Cinco

Seokjin

Jugaba con el borde de su vestido, su respiración era nerviosa, podría jurar como su corazón se aceleraba  y yo empezaba a molestarme.

—No te moverás de ahí hasta que me lo digas.

—Yo…

—¿Fue uno de tus maestro?

Mi tono ya había subido de nivel, ella se estaba haciendo pequeña conforme veía mi enojo.

—Me dirás ahora ¿Qué ya no eres virgen?

Sus ojos se abrieron ampliamente, y su labio tembló. Reaccione demasiado pronto.

—¡Estas manchada!

La tome del brazo arrastrándola conmigo hasta las escaleras.

—¡Papá me lastimas!

Escuchaba su llanto pero ella se atrevió a meterse con otro hombre. Se soltó de mí agarre pero la tome del cabello y así la subí hasta mi habitación, no tenía la suficiente fuerza para resistirse. Entramos a mi baño y abrí la regadera del agua fría lanzandola dentro.

—¿Cómo me traicionas así? —sentí un nudo en la garganta —mi pequeña la toco otro hombre —tome la manguera de mano de la ducha —Abre las piernas.

—¡No papi, espera!—La palabra papi bajo un poco mi furia pero ella seguía sucia — ¡Ningún hombre me toco! ¡YO ME MASTURBABA CON UNA VELA!

Solo se escuchaba el sonido del agua y su llanto combinado.

—Debes creerme papi —su llanto opacaba un poco su dulce voz —lo del beso —se aferro a mi camisa —las chicas del colegio y yo nos besábamos —se quita el cabello húmedo del rostro —quería saber, solo eso, pero nunca lo hice con un hombre  hasta que te bese a ti.

Deje caer la ducha de mano, y abrace a mi pequeña.

—Mi dulce niña, mi dulce niña necesitaba amor.

El agua nos empapada, y yo quería saber un poco mas de mi pobre niña que había necesitado de mi hace tanto.

—Cuéntale a papi.

—Yo quería saber que era sentir un beso —me metí entre sus piernas —una chica de mi salón me dijo que yo le parecía muy hermosa —su llanto se había pausado un poco —así que nos besamos saliendo de clase.

Saque mi miembro que ya estaba duro, de lo solo pensar en ella así con otra compañera. Solo hice aun lado su ropa interior.

—Tu papi te mostrará la diferencia de una vela.

Empuje sin prepararla, es hermosamente estrecha, es tan apta para mi, sus manos se aferraron a mis hombros, su llanto había parado, ahora se escuchaban sus gemidos, el agua salpicada por todos lados, el pantalón me ayudaba a no resbalar en las baldosas, apoye mi mano en la pared para seguir follandola mientras la disculpaba por hacerme pensar que alguien más la tuvo.