Seis

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Juliette.

Miraba mi reflejo en el enorme espejo de la habitación de mi padre, estaba sentada desnuda en la alfombra. Admiraba lo violáceo que se había puesto mi brazo donde me había tomado con fuerza. El espejo casi abarcaba una pared completa y eso que los techos de aquí eran sumamente altos.

Mi rostro reflejaba cansancio, aunque solo me tomo una vez en la ducha, yo me corrí tres veces cuando el solo una, no lo hizo dentro, me dijo que primero debía asegurarse de no tener problemas con lo de procrear pronto.

Mire por el reflejo como se abrió la puerta, mi padre entro vistiendo un pantalón de vestir blanco, así como una camisa de vestir azul, lucia tan atractivo siempre, me observo sentada y se acercó con una bandeja.

—Te traje el desayuno.

—No estabas en la cama cuando desperté —metí mi rostro entre las rodillas.

—Debía hacer algo del trabajo, ahora que tu madre murió se deben de resolver muchas cosas con la empresa, toma.

Mire de reojo y me dio una pastilla, abrí la boca sacando la lengua para que colocara la pastilla, después me dio un vaso con agua, trague mirándolo para esperar su aprobación, la cual llego con un pequeño beso en los labios.

—Come tu avena ahora y ponte algo de ropa, a menos que planees estar desnuda todo el tiempo —se levanto y fue a dejar una caja de pastillas a la mesa de noche.

Yo tomé el tazón de avena con fruta y comencé a comer, sin dejarme de ver en el espejo, la alfombra empezaba a molestarme un poco en el trasero pero seguía estando cómoda.

—¿Por qué tienes este espejo papá?

Pude ver cuando se detuvo antes de entrar al armario, su espalda ancha me hizo remover los dedos, no quería mojarme ahora, pero su figura lo estaba logrando. Dio media vuelta y volvió hasta donde yo estaba, lo observe sentarse detrás de mí.

—En lugar de decírtelo te lo mostrare.

Hizo mi cabello aun lado y sus labios se presionaron en mis hombros, no dejaba de sostenerme la mirada, su respiración se hizo pesada, a la par que escuche el sonido del zipper de su pantalón, sus manos me alzaron un poco y su miembro se asomo entre mis piernas, ayer no pude apreciarlo, pero ahora, ahora podía ver su tamaño.

Su extensión cubría toda mi vagina, es descomunal a comparación de mi pequeño cuerpo, la punta es rosada y ya chorreaba de líquido preseminal.

—Tócalo.

Mi mano alcanzo la longitud, no dejaba de ver solo el reflejo, la textura es suave y podía sentir sus venas palpitar, el solo hecho de tocarlo me estaba humedeciendo de más, las manos de papá recorrían mi estómago, hasta alcanzar mis senos pellizcando ambos pezones, me hizo arquear mi espalda cerrando los ojos.

—Ojos al frente Juliette.

Ahora su mirada era mas feroz, sus ojos destelleaban en lujuria, no necesite otra instrucción, solo alce un poco mi cadera para empujar su miembro para atrás y meterlo lentamente. Mi humedad se veía a los bordes de los pliegues mostrando como la piel se estiraba por la invasión.

Se recostó un poco más, pero su vista seguía fija en nosotros, mis rodillas se acomodaron para ayudarme a moverme de arriba abajo, ver como se empapaba cada vez más, mis gemidos en la habitación, su mirada.

—¿lo notas mi niña? ¿Notas como embonamos? —asentí —nunca fue lo mismo con tu madre.

Su mano pellizco mi clítoris, me hizo temblar y su cuerpo tomo el control ahora, sus movimientos fueron más rápidos, golpeaba brusco, haciendo que mis pechos de descontrolaran en cada penetración, presiono de nuevo ese punto sensible, haciéndome temblar aprisionándolo contra mis paredes, mi padre se corrió, su semen chorreaba en mí, haciéndome amar a este espejo también....

Dad (K.S.J +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora