PARTE I
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"You take the man out of the city, not the city out the man "
―End of beginning, Djo.
Ezra Solerian no se habría imaginado jamás que su semana finalizaría con un ilardiano de por medio.
Una de sus mañanas había comenzado de la misma manera de siempre, siguiendo su rutina de entrenamiento como siempre y desayunando lo mismo de siempre. Se había retirado al exterior de su vivienda para tomar una buena bocanada de aire y así poder desperezarse un poco más. Su vecina, Olga, lo había llamado a señas para entregarle la lista de pedidos del día que debería conseguir en el mercado. Se había cambiado de ropas y recogido el almuerzo para luego emprender la marcha.
Sin perder el tiempo, se dirigió directamente a Zunn para conseguir las cosas de la lista, haciendo algunos arreglos aquí y allá e intentando cubrir la mayoría de los puestos posibles, con las monedas de oro golpeando contra su pierna. Cuando obtuvo la mayoría de los recados, optó por sentarse junto a un puesto de pescados mohosos para comer, observando a lo lejos dos guardias reales que intentaban miserablemente mirarlo sin llamar la atención y escuchando las conversaciones de la gente en el vaivén del lugar. A la tarde, regresó a su hogar en lo profundo del pueblito que habitaba, entregándole bolsas y más bolsas de mercadería, telas y medicamentos a la mujer, que ya había comenzado a cocinar con ímpetu para las largas filas de personas que se arrimaban y esperaban en su puerta por un plato de comida o nuevos retazos de telas para sus ropas. Ayudó a Olga a preparar los platos para las cuarenta personas que comerían esa tarde, cortando trozos de pan, sirviendo porciones más o menos iguales y finalmente, empaquetando un plato para él. Cuando el sol comenzó a ponerse, se despidió de todos y se dirigió nuevamente al interior de su hogar. Luego de zamparse la comida, se cambió de ropas y se sacó las botas, dirigiéndose como todas las noches, hacia su habitación.
Al salir la luna, él al igual que todos los alarienses, ya se encontraba a punto de dejarse ir a la tierra de los sueños, más luego de dos minutos dando vueltas en su cama, le fue imposible conseguirlo. Había algo en el fondo de su cabeza que le hacía ruido, pero no podía descifrar exactamente qué. Hizo una lista mental de lo que tenía que hacer el día siguiente; levantarse, desayunar, entrenar, tomar los recados de Olga, visitar el mercado, ayudar a Olga a preparar la comida y culminar su noche nuevamente en su cama, luego del paseo nocturno junto a su animal.
Ante esa última oración abrió los ojos de golpe, recordando súbitamente la razón por la cual no podía dormir. Se puso de pie con brusquedad y se dirigió a la cocina para recoger rápidamente dos zanahorias grandes y una cantimplora llena de agua. Masculló maldiciones a sí mismo mientras volvía a cambiarse de ropas más abrigadas para enfrentar el clima nocturno.
Sus pasos lo llevaron al exterior, siguiendo el ruido de la brisa otoñal que lo hacía tiritar de frío mientras se preguntaba cómo había sido posible olvidar una de las tareas más importantes que tenía en todo el día. Pensó en la fecha que se acercaba y supuso que el estrés por volver al Castillo era la causa fundamental de su olvido, además del cansancio que cada día alteraba su mente y sus horas de descanso. Se acercó al granero que había disimulado como un deposito de herramientas hacía ya algunos años, sacó el candado de la cerradura y se adentró por completo a la oscuridad del lugar. Encendió con fósforos una antorcha y observó a Aquila, su pegaso, descansando muy tranquilo sobre las mantas que le había traído la noche anterior. Ezra supuso que el animal desistió de su paseo y decidido dormirse luego de esperarlo y ver que no regresaba. Suspiró y le sonrió con delicadeza, acercándose lentamente para no asustarlo. -Hola muchacho. -El animal respondió ante su voz alzando las orejas, algo que le estrujaba el corazón por completo.
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unholy goddess
FanficEn el sexto milenio de la tierra nace Fenrai, tierra celestial de magia y riqueza. Allí, donde sus tres reinos conviven entre guerras y batallas, se alza el corazón de un universo de posibilidades y enigmas. En el aniversario del Juramento al Sol...