Capitulo 16.

5.7K 214 180
                                    

Rai:

Todo se salió de control y yo no...— la morena estaba en la sala de Martín caminando de un lado a otro con sus manos temblorosas.

Por alguna extraña razón yo no podía dejar de llorar sin poder moverme.

— Alo, escúchame, por favor— hablé entre sollozos.

— Esto tiene que parar.

Ella parecía hablar sola, no me miraba, no me escuchaba... No era ella.

— Podemos salir de esto juntas. Confía en mí ¿Si?— rogué vulnerable, acercándome a ella con intenciones de abrazarla pero se alejó.

— Lo siento, no podemos estar juntas. No así...— quedé perpleja ante esas palabras, que parecieron sonar con eco.

Mis lágrimas caían una tras otra, y el dolor en mi pecho parecía incrementar mientras la veía irse saliendo del apartamento, dejándome sola. Dejándome destrozada.

Desperté echa un mar de lágrimas por segunda vez en esta semana. Había tenido el mismo sueño hace dos noches atrás, con la diferencia de que este parecía ser más real, por lo que fue más doloroso.

Tenía una sensación rara, como si fuese un presentimiento. Eso me asustó.

Busqué mi celular entre las sábanas y al encontrarlo encendí la pantalla, marcaba las 8:35 AM. Tenía dos llamadas perdida de Alo, entonces mis lágrimas fueron más intensas, pues ese sueño parecía ser una advertencia de algo.

No dude en devolver la llamada.

Sonó uno, dos y luego...

— Hello— solté un suspiro de alivio al escuchar su voz tranquila.

— Hola, mi amor— saludé sorbiendo mi nariz y limpiando mis lágrimas.

— ¿Estás llorando? ¿Pasó algo?— preguntaba con voz preocupada, sonreí. No podía creer que con el simple hecho de solo pensar en que ella siempre se preocupaba por mí me hacía sentir mejor y más tranquila— ¡Háblame, Rai! ¿Quieres que vaya?.

— Perdón, es que me estoy levantando. Sí estoy bien, mi vida. No te preocupes— preferí no comentarle. Aún así, pude escuchar un suspiro de su parte, como si estuviera aliviada— ¿Por qué me llamaste? Y ¿Qué haces despierta a esta hora?

— Me dijiste que hoy es la reunión importante que tienen tú y la alpaca que tienes por roomie— comentó, solté una risa.

— Desde que te empezó a decir Pitufina no has hecho más que intentar buscarle apodos— le dije soltando una carcajada.

— No se lo digas, Rai— pidió entre risitas— Escúchame, ahora mismo voy a encontrarme con Alex para comprar unas cosas pero necesito que dejes una llave escondida en algún sitio o con el portero, que le digas que Alex y yo entraremos al apartamento y todo eso... Que no haya problemas ¿Es posible?.

Fruncí el ceño.

— Bueno, Martín una vez me dejó una llave con el portero y nada pasó pero, Alondra ¿Para qué es? Tú y Alex a veces son bien desastrosos en verdad— hablé, sabiendo que no iba a decirle que no pero temiendo de lo que pudiera pasar.

LFYSC | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora