Martín y Alex

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Recordatorio: Martín es un personaje ficción. (Lo digo por si llega alguien que no ha leído el ff pero llama su atención este cap).

Martín:

Mis ojos estaban puestos en él, quién salía del baño mirando su móvil con una pijama mía.

Sonreí al verlo subirse el pantalón. Le quedaba tan grande mi ropa.

Se metió conmigo bajo las sábanas dejando su celular en la mesa de noche, acomodándose, haciendo que su cara quedara frente a la mía.

— ¿Por qué le dijiste a Rai que si venía que no entrará al cuarto?— solté una risa ante su intento de mostrar inocencia.

— Solo bromeaba con ella y contigo— mentí.

Hizo un gesto que no pude descifrar, y antes de que pudiera preguntarle él habló.

— El otro día me preguntaste cosas de mí. También quiero conocer más de tí. ¿Puedo preguntarte cosas?— preguntó cambiado de tema, tomando una de mis manos y jugando con mis dedos.

— Vale, es justo— exclamé.

— Sé que estás soltero, so, ¿Hace cuánto fue tu última relación?

— Hace 5 años. Estuvimos juntos 3 años, y terminamos por una infidelidad de su parte— conteste respondiendo las que suponía serían sus siguientes preguntas.

— Buena, respuesta. Pero ¿Por qué no has vuelto a intentarlo con alguien?.

— Por un tiempo tuve sexo casual, pero llega un momento en el que te cansas de eso y buscas alguien con quién sientas conexión... alguien que te escuche y que te quiera— respondí, dándome cuenta de que las palabras habían salido solas.

Él me miró por unos segundos, de una forma que no supe descifrar y volvió hablar.

— ¿Qué opinan tus papás sobre tu profesión y cómo es tu relación con ellos?— dice haciendo dibujitos en la palma de mi mano.

La pregunta me llevó a la última vez que había visto a mi papá. Ni siquiera recordaba hace cuánto tiempo había sido, pero recordaba perfectamente sus crueles palabras al enterarse de que no había elegido la carrera de derecho como él siempre lo había querido; así como también descubrió que mi madre sabía de todo y que me apoyaba.

Tragué grueso.

Generalmente no era un tema del que hablara con todo el mundo. Lo había conversado con Rai después de una videollamada que tuve con mi madre, y las presenté a ambas.

Pero ¿Por qué sentía que podía contarle cualquier cosa al rizado frente a mí que me miraba con curiosidad? Si fácil podía joderme la vida.

— Ernesto Puerta era un hombre machista y homofóbico, entre otras cosas que prefiero no mencionar...— comencé a contarle sobre mi padre—. En pocas palabras es una escoria de persona. Cuando se enteró de que la carrera que estaba estudiando no era la que él quería para mí, nos dijo cosas hirientes a mí y a mi madre— sentía un nudo formarse en mi garganta, haciendo que mi voz temblara— Ella le pidió el divorcio... Ya le había perdonado muchas cosas, pero esa pelea la llevo a darse cuenta de que estaba cansada de vivir todos los días en un ambiente triste e infeliz y que lo único que quedaba de nuestra familia éramos ella y yo— sentí su mano pasar por mi rostro para limpiar las lágrima que resbalaba por el rabillo de mi ojo.

LFYSC | RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora