Capitulo 43

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ABRIL

El corazón me latía tan rápido que no supe qué hacer, las manos me temblaban de nervios y Mangel me vio extrañado, me mostré el mensaje y negué suspirando caminando como león en su jaula por el balcón.

—¿Y qué esperas? Es lo mejor, hablar con él

—no se, estoy nerviosa—negó sonriéndome. Abrochó su chaqueta, dejó un beso en mi frente y me tomó por los hombros para verme a los ojos.

—te irá bien preciosa. Yo les diré a estos tontos que venimos mañana ¿Vale? Suerte con ello.

Sin más entro al cuarto y después escuché la puerta cerrarse. Mire el teléfono aún sin ver el mensaje, ¿Qué hacía? ¿Qué quería? ¿Por qué ahora?

Tome aire, lo sostuve un rato y después de soltarlo, busqué su número para llamarle. No dieron ni dos timbrazos cuando escuché como comenzaba la llamada.

—hola tú—hablé lo más calmada que podía, las manos me sudaban de una manera que no era normal, me recargué en la baranda y mire al cielo

—hola tú—en cierta forma, el escuchar nuestro saludo de siempre me hacía sentirme tranquila y en paz—pensé que ya ibas a estar dormida.

—no yo... me tomó por sorpresa tu mensaje si te soy honesta.

—le di muchas vueltas, creí que no ibas a querer ni responderme

—no digas eso—comenzó a calar un poco el frío pero nada que no pudiera tolerar—solo estaba pensando. ¿Para qué querías la llamada?

—quería oír tu voz—el corazón se me hizo pequeño. El nudo en la garganta comenzó a crecer y tuve que quitar un poco el teléfono de mí para no ponerme a llorar en ese momento y que me escuchara. Me quedé en silencio pero inevitablemente tuve que sorber la nariz ante las lágrimas que salieron de la nada—no llores por favor.

—no... es el frío

—eres una mala mentirosa—me reí un poco y quite las lágrimas rápido—Abril, ¿Qué va a pasar? Ya no sé qué más hacer y quiero darte tu espacio pero al mismo tiempo te extraño y no sé qué más hacer.

—Raúl... yo tampoco sé—dije siendo completamente honesta—creo que solo necesito este fin de semana

—¿Qué más puedo hacer para demostrarte que aquí no ha pasado nada? Quiero que vuelvas conmigo.

—no lo sé Raúl. ¿Y si no funciona? ¿Y si te enamoras de nuevo de Sara?

—Abril, no sé cuántas veces te lo debo decir. Sara ya no me interesa, yo solo quiero estar contigo. Vamos a hacer que funcione.

La cabeza me daba vueltas y suspire tomándome el rostro para calmarme un poco.

—dame el fin de semana por favor. Yo también te extraño y te quiero, pero no se si pueda así de fácil. La cabeza me carcome, me da vueltas una y otra vez a la misma situación y lo que menos quiero es que ese pensamiento invada una y otra vez y haga que la relación se vuelva peor. Solo necesito convencerme a mí misma, es todo.

—¿Donde estás ahora?—suspire viendo al suelo—¿no me vas a responder?

—a Andorra, vine a pasar el fin de semana con Rubén y los chicos.

—al menos aún te encuentras cerca. Por favor Abril. De verdad lo siento muchísimo, haré todo por mejorar, por demostrarte cada día de mi maldita existencia que no habrá otra persona más que tú

—Raúl ponte en mi lugar. Si eso hubiera pasado con Tomás ¿Cómo te sentirías? Sabes el trabajo que me costó superar lo de Tomás, que es mi terror más grande que vuelva a pasar por lo mismo y me entero de esto. Para mí no ha sido sencillo estar lejos de lo más bonito que me ha pasado en estos últimos malditos meses.

—¿Y entonces?

—Ya te lo dije, ponte en mi lugar. Si te hubieras enterado que me bese a Tomás en la casa ¿Qué hubieras hecho?

—lo hubiera molido a golpes, claro está.

—entonces no me pidas que me calme o lo tome a la ligera. Solo necesito pensarlo un poco, no porque no te quiera, solo para saber que estoy dispuesta a olvidarlo y sacarlo de mi mente

—te juro por Dios que te amo—quite las lágrimas de las mejillas y suspire—no hay nadie más, de verdad nadie. Te ha tocado la mejor versión de mí, estoy dispuesto a todo por ti y nunca haría algo que te hiciera daño.

—lo sé Raúl—me quedé callada—regresando hablamos ¿Vale? Sobre qué pasará con la relación y todo. Dame estos 3 días.

—de acuerdo, te esperaré. Te dejo descansar. Te amo.

—y yo a ti—murmuré muy bajo. Colgamos y suspire mirando al cielo, como si fuera a darme las respuestas que buscaba. ¿Estaba haciendo bien en no perdonarle? ¿Podía perdonarle así de fácil?

Entré al cuarto, encima de la tristeza no quería pescar un resfriado, asi que cuando bajé en busca de mis anfitriones, ya estaban en la cocina tomando un café y hablando tranquilamente.

—¿Todo bien?—negué suspirando para sentarme a su lado—¿Te llamo?

—se escucha arrepentido y mal, yo ya no sé si estoy haciendo bien pero al mismo tiempo tengo miedo.

—normal peque, una inseguridad desbloqueada, tu miedo se hizo realidad pero Raúl te quiere muchísimo—mire a Irina y le sonreí—y tú a él.

—no solo lo que pasó. Es el hate, los chismes, todo en general siento que me va a comer viva—los mire y suspire—¿Cómo hicieron ustedes?

—solo dejo de importarme. Si les hago caso, ellos siguen creciendo. Esos del hate no son mi comunidad. Poco a poco irá siendo menos y creo que su amor puede más que todo el hate del mundo—asentí y les sonreí—anímate, es un fin de semana de amigos. Desconéctate de todos. A la mierda los haters

Me reí pero tome una taza de café y brindé con ellos. Por esa noche me olvidé de todos mis problemas, nos dedicamos solo a hablar de la vida, de que haríamos mañana, de cuando irían a visitarme, de planear algún viaje juntos y simplemente disfrutamos de ser 3 amigos en casa felices, ignorando el futuro incierto y disfrutando el momento.

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Estaba tentada a escribir un capítulo con más drama pero la verdad le di muchas vueltas porque también no quería que se siguieran odiando mis protagonistas.

¿O si? Lo veré después. Se vienen cosas en los siguientes 2 o 3 capítulos. Los iré preparando y corrigiendo vale. Aún tengo algo de trabajo así que espero estén listos en esta semana

~Fernie

¿A Dónde Vamos? ~AuronPlay~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora