"MESES A TU LADO"

41.1.- CAP. ESPECIAL "ALEJANDRO & MARCOS"

EL INCIO DE ALGO NUEVO

ALEJANDRO.
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Después de aquella tarde en la cafetería, las palabras de mi amigo resonaron en mi mente. ¿Realmente nos sentíamos atraídos el uno por el otro? ¿Marcos siente algo por mí?

Observando su comportamiento conmigo en los días siguientes, comencé a notar esos pequeños gestos, aquellas miradas cómplices y sonrisas que parecían llevar un significado más profundo.

Finalmente, una tarde, mientras estábamos los tres solos en la biblioteca, el ambiente se volvió tenso. Marcos intercambió miradas conmigo, esas miradas nerviosas antes de que finalmente tomara una profunda respiración y se dirigiera hacia mí con seriedad.

– Marcos, hay algo que necesito decirte. – mi voz temblaba ligeramente, pero mi determinación era evidente.

Marcos me miró con curiosidad y algo de aprensión.

– ¿Qué pasa, Alejandro? – respondió, intentando ocultar sus propias emociones.

– Ven conmigo. – Dije mientras agarraba su muñeca. Marcos me miró a mí, luego a nuestras cosas y finalmente a Alexis.

– Vayan ustedes, tienen algo de qué hablar, yo me encargo de cuidar sus pertenencias. – Habló Alexis.

Llegamos a lo más profundo de la biblioteca, quería que esto fuera privado sin nadie a nuestro alrededor.

– Ahora sí, ¿de qué quieres hablar? – Dijo Marcos.

– No sé por dónde empezar.

– Es por lo que sucedió hace un par de días en la cafetería, ¿verdad? – Asentí ante lo dicho.

– Han pasado muchos años desde que nos conocemos, y durante todo este tiempo, siempre hemos sido buenos amigos. Pero últimamente, he estado sintiendo algo más... algo que va más allá de la amistad. Y no sé si estoy confundiendo las cosas con tu manera de ser porque últimamente estabas siendo más atento y cariñoso conmigo.

Los ojos de Marcos se abrieron ligeramente ante mis palabras y una mezcla de sorpresa y esperanza cruzó su rostro.

– ¿A qué te refieres, Alejandro?

– Me refiero a que... creo que estoy enamorado de ti, Marcos. – Me miró fijamente a los ojos y sonrió. Sabía que le gustaba que lo llamara Marcos. – Siempre hemos bromeado y jugado, pero ahora... ahora siento que hay algo más entre nosotros. Y necesitaba decírtelo, aunque me asuste la idea de arruinar nuestra amistad.

El corazón de Marcos latía con fuerza mientras procesaba mis palabras. Pues él nunca había considerado la posibilidad de que entre nuestras bromas y juegos pudiera haber un trasfondo más profundo por mi parte. Es que su heterosexualidad se le notaba a kilómetros de distancia, más aún por el simple hecho de que siempre ha tenido novia. Nunca se le pasó por la mente que yo terminaría sintiendo algo por él.

Ante todo, Marcos siempre, en lo más profundo de su ser, había sido consciente durante mucho tiempo de la atracción que sentía hacia su mejor amigo. Sin embargo, siempre lo había relegado a un rincón oscuro de su mente y corazón, temeroso de enfrentar la verdad y arriesgar la amistad que tanto valoraba. Cada risa compartida, cada abrazo cálido, había sido un recordatorio constante de los sentimientos que intentaba ignorar. Ahora, con mis palabras sinceras colmando el aire entre nosotros, ya no podía negar lo que sabía en lo más íntimo de su ser: estaba enamorado de su mejor amigo, y no podía seguir ocultándolo.

– Alejandro... yo también siento algo por ti. Siempre hemos sido tan cercanos, pero nunca me atreví a admitirlo. Tenía miedo de arruinar lo que teníamos, tenía tanto miedo de que nuestra amistad acabara, de que mis sentimientos no fueran correspondidos, pero ahora veo que quizás haya algo más esperándonos.