Los fuertes pasos resonaban en el nocturno silencio. Tom estaba totalmente ansioso, caminando en círculos. No podía dormir, y era por todo lo que lo estaba atormentando.
Las noches nunca fueron fáciles para el pelinegro, y peor aún cuando estaba luchando por buscar alguna solución a algún problema.
Tom no era ingenuo; él sabía lo que pasaba en ese quebrado matrimonio, aunque le doliera y quisiera ignorarlo, simplemente le era imposible.
Jake ya no era suyo, pero Tom podría hacer lo que fuera por tan solo poder ver la radiante sonrisa de aquel chico.
Ahora se encontraba contra la espada y la pared. No podía hacer nada para ayudarlo, aunque tenía la autoridad y la ley a su lado. Pero siempre había un pero, y ese era que no podría hacer nada con toda esa autoridad de su parte si la persona involucrada tenía poder y fácilmente podría manipular todo a su favor.
Nunca existiría justicia por más que pensara en mil alternativas.
El poder y los contactos de una persona pueden arruinar a otra si eso quisieran.
Esa era la cruda realidad de este caso sin solución.
—¿Qué puedo hacer?— Eran las palabras que Tom repetía sin cesar, a la vez que pasaba sus manos por su nuca intentando calmar la ansiedad creciente.
No quería que fuera muy tarde para intervenir.
(...)
Habían dos caras de la moneda, uno que buscaba soluciones y otro que se ahogaba en su miseria.
Jake estaba sentado en el suelo del baño. Lágrimas caían sin parar y junto a ello, gotas de sangre salían de unas recientes cortadas, que manchaban su pijama. El peliazul dejó a un costado el objeto filoso y fijó su mirada en su brazo izquierdo.
—Esto e-esta mal— Murmullo Jake entre los bajos sollozos.
La vida de Jake había llegado a un punto que nunca imaginó alcanzar; todo a su alrededor se estaba derrumbando: sus planes, sus deseos, su círculo social, su vida, todo.
Todos los días lloraba en silencio, intentando desahogarse de su despreciable realidad sin que Hunter se enterara.
El ojinegro se abrazaba las rodillas, sus ojos estaban rojos como la sangre que seguía goteando.
Su vida era una mierda. No quería seguir con vida si cada día sería peor que el anterior.
—Me odio — Soltó en voz baja.
Miró un rato más el piso antes de entrar en razón. La reacción de Jake fue levantarse rápidamente.
—Carajo, carajo, carajo — Repetía a lo bajo, mirando a todos lados buscando algo para limpiar.
Con mucho sigilo, abrió inmediatamente el caño y puso su brazo, haciendo que el agua se tiñera en pequeñas tonalidades naranjas. Jake mordía su mano intentando retener los quejidos de ardor que le provocaba tal contacto.
(...)
Nunca puedes confiar en las personas, sin importar el tiempo que las conozcas, ni cuántas cosas compartan juntos.
Las personas cercanas a Hunter podrían darte una lista completa de cosas positivas sobre él, pero casi sería imposible encontrar algo negativo.
La imagen pública que tenía era una de las más respetables: un hombre que siempre estaba ahí para todos y dispuesto a ayudar a cualquiera.
Pero las cosas cambiaban cuando todo se mantenía entre cuatro paredes; ese hombre honorable dejaba de lado esa faceta y se convertía en el ser más despreciable que podría existir.
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Violentometro [Hunter x Jake]
RandomEl amor puede llegar a ser confuso a veces la otra persona puede darte todo el mundo y en otras simplemente denigrarte haciendo que te sientas fatal contigo ¿Podrá una relación continuar así?