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Remus veía por la ventana de la biblioteca, la lluvia caía suave por lo que podía abrirla sin mojarse, cerró los ojos aspirando el reconfortable aroma de la tierra mojada, de los rosales y sus diferentes flores; así fue como lo encontró Lucius y sin proponérselo sonrió, el rubio todavía se preguntaba cuándo iba a dejar de seguir enamorándose de Remus.

Cuando por primera vez lo notó en Hogwarts, el castaño era un desastre de cabello revuelto por el viento, demasiados libros que se le caían a cada paso y manchas de chocolate en la camisura de los labios, lo habia amando enseguida. El inicio, así como el camino no fue fácil para ninguno, pero volvería a hacerlo todo de nuevo si eso significa tener una familia con el amor de su vida.

Tocó suavemente en uno de los libreros para llamar su atención, cuando los ojos avellana se posaron sobre él, volvió a sonreír como ningún Malfoy había hecho antes de él, se sentía estúpido y tan vulnerable al amarlo tanto.

-Hey, ¿qué tal te fue con la junta?

Lucius se le acercó y antes de sentarse junto a él le robó un beso tan lento y dulce que dejó a Remus con las mejillas rosadas y mirada soñadora.

-La junta de Hogwarts y del Wizengamot han aprobado la "caja fuerte", estuve ahí para cuando los aurores y algunos inefables lo hicieron, Potter estuvo supervisando todo y aunque no confío en él, confío en que mantendrá a salvo a su hijo y por ende a todos los niños.- Lucius notó como su esposo comenzaba a mostrarse ansioso- tranquilo, también supervisé todo, seis aurores se quedaron dentro del castillo y ahí están nuestros amigos, Severus, Barty y Regulus jamas dejarán que le suceda algo a Draco o sus amigos.

-Lo sé, también confío en que el vínculo me ayudará a saber si nuestro dragón está en peligro pero...fui con Molly y los Lestrange a ver a Xenophilus, está tan desolado por la desaparición de su hija y ella es tan parecida a Draco...

-¿Nunca te dije que son primos lejanos?

-¿Y por qué no lo sabía?- golpeó su hombro y el rubio sonrió de lado.

-Nunca me pareció relevante- se encogió de hombros- como sea, están trabajando en su búsqueda y la de los demás niños, nadie va a descansar hasta atrapar a ese demente pero no vine aquí para preocuparte más, te tengo una sorpresa.

-¿Qué es?- al principio se su relación, Remus se había avergonzado de ser receptor de tantos detalles pero, después de tantos años, se había no solo acostumbrado a los lujosos regalos y atenciones, sino también los apreciaba y atesoraba, Lucius no era muy abierto con sus emociones, podía ver que se esforzaba pero cuando no le parecía suficiente, el rubio no escatimaba si de su familia se trataba.

Lucius le mostró dos boletos para David Bowie.

-Sé que has estado estresado y algo deprimido con todo lo que representa Hogwarts, creo que necesitas una noche de diversión.

-¡Pero ni siquiera te gusta David!

-¿Quién dice eso?, claro que me gusta, mejor dicho, me gusta cuando cantas sus canciones, recuerdo la primera vez que le cantaste a Draco "golden years" o cuando ambos bailan "magic dance" mientras hacen galletas

-Bueno, alguien debe enseñarle buena música y no solo a Celestina Warbeck

-Oye, Celestina tiene muy buenos clasicos pero también me gusta cuando tú y Draco cantan y bailan las canciones de ese muggle, nunca me cansaré de agradecerte por elegirme y darme una familia, por hacer que nuestro hijo sea mas libre de lo que alguna vez yo fui.

-Amo a nuestra familia con mi vida, eso no se agradece.

La pareja compartió un beso lento, cariñoso, ese donde podían disfrutar de todas las sensaciones, aromas y sonidos.

Lucius agradecía a la vida por darle a Remus, estaba seguro que su vida y la de Draco sería otra sin él.

-Hey, hablando de tu hijo- Remus levantó una ceja, cuando su esposo usaba el término "tu hijo" era por alguna travesura- cargó a una de las cámaras una compra por doscientos galeones en equipo de Quidditch- el licántropo arrugó la nariz de forma tierna- Draco no juega Quidditch.

El castaño se rompió en carcajadas, seguramente el equipo era para Harry y era uno de los regalos de cortejo, esperaba que Harry no rompiera el corazón de su dragón.

-En su defensa, es tu culpa- Lucius jadeó indignado.

-¿Cómo puede esto ser mi culpa?

-Pues tú le dijiste acerca del cortejo y los regalos que se deben dar y también le has dicho infinidad de veces que el dinero es para disfrutar y hacer felices a quien amamos.

-¡Pero se lo decía cuando te daba regalos, no para que vaya a malgastar en Potter!

-Está enamorado, su primer amor, déjalo ser- el rubio cruzó los brazos mirando hacia otro lado, que quede claro de dónde Draco sacó lo dramático- no hagas pucheros y mejor dime cómo conseguiste los boletos.

Y mientras Lucius le contaba como casi fue linchado por muggles al meterse a la fila, su hijo buscaba opciones para el siguiente regalo que le daría a Harry. El azabache se mostró agradecido pero también avergonzado por los productos que recibió, guantes, lentes especiales, una escoba nueva, todo lo que pudiera necesitar hecho con los mejores materiales del mercado, incluso la escoba todavía no era lanzada al público.

-¿Entonces no le gustó?- preguntó Greg consternado

-Dijo que si pero no quería que gastara tanto en los obsequios así que no sé que más darle y solo tengo unas horas para reemplazar el regalo que iba a darle mañana.

-¿Qué le ibas a dar?- preguntó Pansy

-Un hipogrifo, ¿vieron como amó al de la clase de cuidado de criaturas?.

-Estas loco- se burló Theo- Draco, ¿dónde crees que iba a poner un hipogrifo?

-No lo había pensando- admitió

-Por suerte, te tengo una solución- Blaise se miró las uñas con aburrimiento- es simple, Harry no quiere regalos caros pero quiere a Draco.

-¿Qué significa?- preguntaron todos.

-Que hay que darle a Draco

-Habla claro, Blas- exigió Theo.

-Que Draco le haga un streaptease.

-¿Qué es un streaptease?- pidió inocente el rubio.

-Blas quiere que le bailes a Harry mientras te quitas la ropa.

-¿Eso se puede?.

-¿Lo estás considerando?- Theo estaba consternado mientras Pansy, Greg y Vince se morían de risa en el pasto

-Es que tiene lógica, si no puedo darle nada costoso, entonces yo seré el regalo, pero no entiendo el quitarme la ropa, podría solo bailar o llevarlo a bailar.

-¡Pero se perdería el enfoque!- se quejó Zabini- mira, llevamos a Harry a la sala de los menesteres, te ponemos un moño, pones música y mientras bailas, le enseñas a Harry lo que el salir a ejercitarte todas las mañanas con el tío Barty ha hecho con tu cuerpo, te aseguro que le gustará y así le das una prueba de lo que tendrá cuando se casen.

-¿Te refieres al sexo?- Draco había superado el tomar de la mano, abrazar y besar a Harry pero no podía imaginar el tener relaciones sexuales con él, le gustaba Harry y su cercanía, se sentía natural y acogedora pero, no se creía capaz de llegar a otro nivel con el de ojos verdes, aunque le gustaba la idea de su amigo, sabía que era bien parecido, le gustaba su nueva altura así como los músculos que iba desarrollando debido al ejercicio, también amaba los cuadritos que se iban formando en su abdomen, ¿a Harry le gustarían?- no sé si quiero tener sexo con él pero me gustaría que me dijera algún halago, me gustan los halagos.

-¡No se diga más!- Zabini levantó las manos en señal de victoria- buscaremos una canción para que bailes, estoy seguro que tío Barty nos ayudará.

-Draco, no- advirtió Theo

-Draco, si- dijeron al unísono el resto de sus amigos haciendo reír al rubio

Enchanted to meet youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora