Hero Never Cry

Capítulo IV

"Comentario normal"

Descripciónes en general

«Pensamientos»

[Cambio de escena]

¡Seña para representar voz alta!

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Capítulo IV : Cazador casado
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Sentado al borde de la cama, Izuku veía en sus manos aquella chaqueta que hubiera sido el regalo de cumpleaños que le iba a regalar Inko, la dejo sobre la cama, el saco de una caja unas botas que usó una vez hace unas semanas, y de entre sus pantalones sacó uno cualquiera que tuviera, así iba a salir esta noche, vistiendo una camiseta azul, la chaqueta larga de exterior negro eh interior rojo, jeans negros y botas de cuero cafe, con el estuche en su espalda, ocultando la espada Alastor y el revólver.

Entonces Izuku se quedó sentado al borde de la cama, con audífonos en sus oídos, mientras escucha música desde su teléfono, esperando el reloj marcara la media noche. En teoría a esa hora el tráfico en las calles debía ser mucho menor al del día, algo que a Izuku le era util para salir sin llamar la atención.

La hora visible en la esquina superior izquierda del teléfono de Izuku marco las doce. Izuku bajo los audífonos a su cuello, en la casa no se oían pasos ni televisiónes. Una sonrisa torcida se mostró en el rostro del albino. Abriendo la ventana, saltando hacia el exterior de la casa. El aterrizo en la calle, con una suavidad increíble, Izuku dió la vuelta comenzando a correr. El lugar en el que se encuentra el hogar de Yui es un condominio donde varios oficiales de policías viven, por lo que a estas horas todos habían salido de sus turnos o habían entrado a ellos, dejándole al Midoriya una ventana perfecta para escabullirse y alejarse.

¿Como iba el a encontrar demonios?.

Eso era bastante sencillo, y algo en lo que Izuku ya había pensado durante las últimas horas. La idea de Izuku era sencilla, no los buscaría, ellos lo encontraría a el. Después de todo, el no tiene la mejor idea de cómo encontrar demonios, pero ellos lo habían encontrado dos veces. Y una vez ellos lo encuentrel, el los eliminaría.

Durante la próxima hora, Izuku se mantuvo moviéndose entre las calles, metiéndose en callejón, trepando azoteas. Entre el oscuro manto de la noche solo podía verse la sombra oscura de Izuku saltando con agilidad, y aveces, gracias a la luna o las luces, la blanca cabellera del albino brillaba, aun así, no era visto. Sin saberse bien, una mezcla de suerte o era su habilidad.

Lo que para algunos era mala suerte, para Izuku fue buena suerte, al sentir el, el aroma putrefacto llegar a su nariz, entonces Izuku se detuvo, de pie sobre la azotea de un edificio. La puerta que daban a unas escaleras voló por los aires, los pasos metálicos corriendo se oían en el silencio del velo, entonces Izuku saco del estuche la espada.

- "¡Mierda!, ¿que pasó con los otros?, ¡ya le estába agarrando cariño al cabeza de testículos!"

Dijo el, al ver a estos demonios, diferentes a esos que atacaron hace pocos días, diferentes a las abominaciónes supuestamente están apareciendo en Inglaterra. Los que Izuku tiene enfrente eran una clase de demonios hechos de carne y metal, con prácticamente la altura de un humano promedio, de extremidades metálicas con carne fusionada, de un tono amarillento y verdoso, cargando en su mano derecha un garrote con puas metalicas.