Capítulo 15

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                                      25/03/1996                                       22:34 p

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                                      25/03/1996
                                      22:34 p.m.

Estaba a punto de acostarme en la cama. Cerré los ojos, tratando de conciliar el sueño. Mi hermana estaba fuera, en el salón, pero el Cochi había salido, seguramente a arreglar cuentas con alguien, aunque por alguna razón no dejó que fuera mi hermana como hace siempre.

|Narra Danilo Sánchez|

Estaba corriendo hacia la casa de Dafne. Cogí por atrás por si ya habían llegado. Por suerte, por esta parte tenía mayor acceso al cuarto de Dafne. Conseguí entrar al patio, y todavía no habían llegado. No tardarían demasiado. Llamé a la ventana, y ella me miró entrañada pero me dejó entrar.

–¿Qué ocurre, Danilo? ¿Por qué estás así?— me dijo.

–Jorge viene de camino. Está trabajando en contra del Cochi y los va a matar a todos, tenemos que salir. Entrarán enseguida— dije apurado, pero apenas dije lo último un disparo sonó, haciendo que nos asustáramos. Yo tomé a Dafne por el brazo, tratando de saltar la ventana.

–¡Para, mi hermana!— decía, pero yo tiraba de ella y conseguimos salir a una parte del patio más escondida en donde podíamos ver si seguían o no. Otro disparo más sonó, y un hombro cayó desplomado en el suelo. Anabella fue golpeada por Jorge, y ante esto tapé la boca de Dafne para ahogar un grito. Volví a tirar de ella para que saltáramos el muro. Yo ya estaba abajo y agarraba a Dafne para que no se cayera. Jorge apuñaló varias veces a Anabella en el abdomen.

–No, no, no, ¡No! ¡Anabella!— gritaba entre sollozos casi pareciendo que se le desgarraba la garganta y pataleaba, yo tiré de ella hacia abajo para salir corriendo.–¡Maldito hijo de puta deja a mi hermana viejo mongolico!—Ella seguía llorando desconsolada, mientras me tiraba para ir a por su hermana. Nos metimos en una calle vacía.

–Dejame Danilo, tengo que ir a por mi hermana– yo no hacía caso, en su lugar la llamaba para que se quedara quieta– Danilo, soltame, por favor. Soltame tengo que ir a por mi hermana— decía mientras lloraba y yo la abrazaba para que no se tratara de escapar.

|Narra Dafne|

–Por favor... soltame; mi hermana, la van a matar— le pedía a Danilo, el cual no me soltaba de su abrazo. Unos segundos después, un disparo sonó proveniente de casa. Mi corazón había terminado de romperse. Rompí aún más en llanto. Sentía pena, furia, dolor... todas las emociones posibles las tenía yo en un mismo instate.

Danilo me tapó la boca al oír pasos. Un grupo de personas iban corriendo en dirección contraria a mi casa. Era el viejo baboso mongólico de Jorge. La furia se apoderó de mí e intenté soltarme del agarre de Danilo, pero era imposible. Una vez que se fueron, yo corrí en dirección a mi casa, con Danilo atrás mío tratando de alcanzarme.

Llegué y el gran portón de metal estaba abierto. Al entrar, lo primero que se veía eran dos hombres, amigos de mi hermana y el Cochi, y más adelante, a mi hermana con 3 punzadas en el abdomen y un disparo en la parte alta de la cabeza. Caí de rodilla frente a ella, mientras tapaba mi boca y las lágrimas eran lo único que salían de mí.

–¿Anabella? Desperta...— en ese momento, un flashback recorrió mi mente.

FLASHBACK

Escuché un ruido fuerte en la habitación de mi hermana. Pensé que algo se le habría caído así que la llamé. Como no contestaba, me dirigí a su habitación. La puerta estaba entre abierta, y lo único que vi fue el cuerpo de mi hermana tumbado en el suelo, con un charco de vomito al lado. Mi pequeño cuerpo de 11 años se paralizó del miedo.

–¿Anabella?– la llamé dándole con mi pie–Desperta... si mamá te ve que no recogiste tu cuarto te castigará. ¿Ana..?— en ese momento, las lagrimas brotaron de mis ojos, y mi madre entró corriendo, llorando. Minutos después, ambulancias, sirenas y luces de colores rodeaban mi casa.

                                             ***

Abracé el cuerpo inerte de mi hermana, mientras la acunaba, como si estuviera dormida. La sangre brotaba de sus heridas y yo trataba de taparlas con mis manos haciendo presión para detener el sangrado. Un grito ahogado fue todo lo que pude decir. A continuación, las lágrimas llegaban hasta mis manos y se resbalaban por el cabello y frío cuerpo de Anabella. Todo se paralizó en ese instante. No oía nada, no veía nada, no sentía nada, solo aprovechaba los últimos segundos de mi hermana abrazándola todo lo que debí haber echo durante estos últimos años.

Sentí como alguien se paraba al lado mío. Era el Cochi. Su cara era una mezcla de rabia y dolor. Se arrodilló junto a mí, y ambos la abrazamos, llorando mientras nos consolábamos el uno al otro.

Mientras, el resto de personas que estaban en el patio, entre ellas Danilo, se quedaban en silencio, sin saber que hacer o decir. No los culpo, yo tampoco sabría que hacer, es más, con lo estúpida que soy acabaría riéndome como hago en todos los momentos incómodos o inapropiados.

Cochi y yo le dimos un beso en la frente, y una ambulancia, seguramente llamada por los vecinos, llegó. Una vez más, mi casa se rodeaba de luces de colores y sirenas, igual que años atrás. Unos enfermeros se llevaron el cuerpo de mi hermana, para registrarla en el registro civil como asesinada. La puerta se llenó de vecinos enseguida, todos por puro chisme.

Mis ojos volvían a lagrimear al ver la ambulancia alejarse y Danilo, acercándose por detrás, me abrazó y me besó la cabeza.

Esa noche, Danilo se quedó conmigo, cuidándome. Estaba como en shock. No respondía a nada, ni hablaba ni comía, solo miraba un punto fijo, recordando esas horribles escenas. Apenas fui capaz de ducharme para quitarme la sangre de mi cuerpo, pero con Danilo todo era más sencillo.

Durante toda la noche, apenas dormí. Tenía pesadillas que terminaban despertándome llorando y muy agitada, pero quien me daba pena era Danilo, el cual no durmió casi nada por querer cuidarme.


 Tenía pesadillas que terminaban despertándome llorando y muy agitada, pero quien me daba pena era Danilo, el cual no durmió casi nada por querer cuidarme

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Hasta Que Te Conocí | DANILO SANCHEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora