La boda

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-No puedo hacerlo.

-Hela...

-No puedo hacerlo. Voy a entrar en panico.

-No entres en pánico- imploró Sylvie.

Ambas se encontraban en una sala completamente vacía, cuyas ventanas daban a un jardín.
Un jardín en el que esperaba Val, con un vestido blanco.

-Creo que voy a desmayarme.

Sylvie dejo escapar un sonido lastimero.

-Hela, todo va a salir bien. Lleváis juntas OCHO AÑOS, no vas a salir huyendo el día de tu boda.

La palabra "boda" pereció alterarla todavía más, pero se obligó a pensar que su hermana menor tenía razon: no había motivos para estar nerviosa. Todo saldría bien.
Respiró despacio para calmar los latidos de su corazón y trato de sonreír con seguridad, fracasando estrepitosamente por las risas contenidas de Sylvie.

-Todo saldrá bien- la repitió una vez mas- el día es bueno, ambas estáis preciosas y os queréis. Os merecéis que hoy todo sea perfecto.

-¿Pero y si me pongo a llorar en mitad de la ceremonia? ¿O en cuanto la vea? Soy un manojo de nervios- admitió.

-En ese caso, Val te sonreirá, lo entenderá y esperara a que te calmes, quizás abrazándote, porque te conoce mejor que nadie y sabe que lloras de emoción y amor.

Hela dejo escapar un sollozo tembloroso.

-Tienes razón. Gracias, Sylvie.

-Estoy muy orgullosa de ver a donde has llegado, Hela.- y esta sonrió tan cariñosamente que el corazón de Hela se hinchó- Y ahora muévete y sal ahí fuera, tu futura esposa te espera.- rió.

Y antes de que le diera tiempo a arrepentirse, abrió la puerta y, agarradas del brazo ambas salieron al exterior.
Un caminito de tierra les llevaba, entre los asientos de los invitados, a una explanada de hierba en cuyo centro había un arco de flores y globos. Bajo él, esperaba Val, cuyo vestido hacia juego con el de Hela, acompañada de Thor, con un traje azul y la mirada más orgullosa y los ojos más iluminados que creas posible.
La sonrisa de ambas mujeres, las protagonistas de aquel día de verano, se ensanchó cuando se divisaron, y el tiempo pareció dejar de existir mientras se acercaban. Sin darse cuenta, estaban la una frente a la otra, buscando en los ojos de la contraria.
Personalmente, Hela no recuerda de lo que dijo el juez que oficiaba el matrimonio. Sólo tenía ojos para la mujer de sus sueños.

-Hela- dijo el hombre de pronto, sacándola de su ensoñación.- ¿Aceptas a esta mujer como tu esposa?

-Si- contesto. Y se asombro de como una palabra tan pequeña podía contener tanto, como podía significar tanto.

Y cuando Val respondió lo mismo, pudo ver que para ella también era una promesa que no pensaba incumplir.
Loki, que se había acercado mientras ella soñaba despierta, les tendió los anillos, ya que le habían encargado esa tarea al no haber sido el padrino de ninguna de ellas. Sonrió a su hermana y guiñó un ojo a Val mientras estás intercambiaban anillos y votos y se apartó.
Cuando miró sus manos entrelazadas, con los anillos gemelos que ellas habían elegido, sencillos pero hermosos por su significado, se le saltaron las lágrimas. Sintió que las rodillas le fallaban de alivio, superada por una ola de incredulidad de que eso le estuviera pasando a ella, pero Val enseguida sujeto su cara entre sus manos, estabilizando todo su cuerpo, y la besó.
La besó y fue eterno y a la vez efímero.
Se separaron y sólo pudo decir:

-Te quiero- y volvió a besarla.

Esta vez, cuando se separaron, fue consciente de los vítores de todos los presentes. Ambas se giraron hacia el público, sonriendo, y recibieron las flores que les lanzaban con una sonrisa en la cara. Feliz como pocas veces antes, Hela observó a todos los invitados.
Habían venido Baldur y los gemelos Frey y Freya, sus amigos de la infancia en Noruega. Los últimos años se habían visto mucho más, retomando su relación tal y como era en su adolescencia: llena de planes alocados y con los que sentía que podía bromear y bajar la guardia.
Estaban también los amigos de Thor. Tony, Steve, Natasha, Bruce y Clint y algunos nuevos que había conocido en los últimos años como los gemelos Maximoff o Strange, el mejor neurocirujano de Estados Unidos. Había invitado también a Jane, quien bromeaba junto a Thor en ese preciso momento. Hela estaba especialmente contenta de que hubieran acabado en buenos términos después de romper, pues Jane siempre le había caído bien. No habían hecho muy buena pareja al final, pero eran amigos y ambos estaban bien con eso.
Sorprendentemente, había venido incluso Heimdal, el hombre que ahora llevaba la empresa Einherjar's. Dado que Val y a veces Hela trabajaban para Valquiria's, se habían encontrado bastantes veces a lo largo de los años, y este pareció comprender a la primera que darle el pésame por la muerte de Odin no era la decisión más inteligente. Poco a poco habían ido conociéndose más y Hela admitía que era un buen hombre. Incluso se había habierto con el, contándoles algunos aspectos de como fue crecer con Odin como padre, y Heimdal, muy a su pesar, no se sorprendió.

Familia OdinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora