Vistazo al pasado

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Hela tiene buena memoria. Y da gracias por tenerla cada vez que piensa en lo bien que recuerda el día día que conoció a Val.
Fue todo bastante raro en un principio, ya que ocurrió ocurrió la biblioteca y por tanto no pidieron levantar la voz en ningún momento, si lo piensa bien, fue hasta formal.
Estaba estudiando. A pesar de que por aquel entonces ya tenia su propio apartamento, que no tenía que compartir con sus tres ruidosos hermanos, los vecinos a veces no eran mucho mejores. Y el ambientente de la biblioteca era ideal para concentrarse, así que iba allí a menudo para estudiar.
Ya había empezado sus clases en la universidad, por fin. Le apasionaba, sobre todo impulsada por el hecho de que por fin hacía algo para sí misma, para lograr sus sueños, enteramente porque ella quería. A menudo pensar en su madre, en la mirada de orgullo que tenía el día que se graduó, o en sus palabras de ánimo, la ayudaban a seguir aún con más fuerza y determinación.
El caso era que, por mucha determinación que tuviera, no podría estudiar sin un bolígrafo. Y se había dejado todo su estuche en casa.
Desesperada, miró al rededor en busca de alguien que pudiera prestarle uno, a ser posible alguien de su edad.
Y sin quererlo, se fijó en una chica al otro lado de la sala. Era morena, llevaba trenzas y vestía de negro, con una chapa de cuero. Y vaya, era preciosa.
Con un nudo en la garganta, Hela decidió que sería incapaz de tener una conversación normal con una chica tan guapa e intentó buscar otro objetivo. Pero realmente no había más opciones. Las únicas personas que había había la sala era un niño pequeño leyendo que no parecía tener lápices, y tres hombres mayores que parecian tan concentrados estudiando libros del tamaño de su cara que jamás se les ocurriría molestarles.

-Vamos Hela, es solo un bolígrafo- se animo mientras se levantaba, intentando con todas sus fuerzas no temblar, y ante todo no desmayarse de puro nerviosismo.

-No seas dramática, no pasa nada- seguía repitiéndose.

Finalmente llegó hasta la mesa, y hubo un incomodo momento, los segundos en los que la chica tardó en darse cuenta de su presencia y mirar arriba, en los que Hela creyó q se quedaría ahí de pie como una tonta, y que acabaría yéndose, avergonzada.
Pero por fin ella la miró, y sonrio.

<<Oh, gracias a Dios>> fue lo primero que pensó.

-Hola - saludó amablemente la chica, para animarla a hablar.

-¡Hola!- respondió rápidamente antes d poder ponerse más nerviosa. -Venía a estudiar, pero me dí cuenta de que no tengo ningún bolígrafo, y no hay nadie más a quien pueda pedir ayuda en la sala así que... ¿podrías dejarme uno?- pidió- Si no es mucha molestia- recordó añadir rápidamente, para no dar mala impresión.

-¡Claro que si! Toma, tengo de repuesto de todos los colores. Siéntate aquí para poder ir cogieondolos, y podemos hacer nuestros trabajos juntas- ofreció.

-Muchas gracias, me parece una idea genial- contestó ella, sonriendo a su vez, ya mucho más tranquila y sin creer su suerte.

-Bueno, ¿y que estas estudiando?- preguntó mientras Hela se sentaba. Pero cuando iba a contestar, esta la volvió a interrumpir- Oh, lo siento, yo aquí preguntando y ni me he presentado. Soy Val

-Hela- se presentó, mirándola a los ojos y sonriendo. Fue el primer momento en el que se miraron intensamente a los ojos, esta vez sólo por curiosidad, pero no sería la última.

-Estudio derecho para ser abigada- respondió a la pregunta anterior.

-¿En serio? Vaya, que casualidad, yo quiero hacer un máster en derecho, pero ahora estoy estudiando dirección de empresas y gestión de negocios.

-Wow, parece que apuntas alto ¿Tienes pensado algún lugar donde trabajar?

-Supongo que en la empresa de mi madre. Cuando era más joven quería formar la mía propia, pero ahora veo que es muy difícil, y su estoy cómoda no veo la necesidad de dejar a mi familia.

Familia OdinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora