Ciudado con lo que deseas

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Loki se encontraba de nuevo ante las puertas de la que una vez fue su prisión.
Medio escondido detrás de un árbol, observa a todo aquel que sale, esperando encontrar a alguien en concreto, y esperando tener el valor de hablarle si le ve.
Llevaba un mes viniendo, esperando ver a Mobius y hablar con el, fuera de la cárcel, por primera vez. Sin embargo, sólo le ha visto una vez, y se contentó con verle marchar de lejos.
Hoy, mientras espera, recuerda ese último día, el ultimo dia que hablaron, el día de su puesta en libertad

<< El veredicto final serían 5 años de carcel>>
Esa frase resonaba en la cabeza de Loki como un eco lejano mientras se cambiaba el mono de cárcel por ropa de civil, la que le había traído Thor. En esos cinco años de cárcel no había crecido, si acaso había ganado músculo pero perdido peso, así que era ropa vieja.
Cinco años.
No podía creer que hubiera pasado tanto tiempo. Ahora comprendía realmente que por muy noble que hubiera sido la causa que lo trajo allí, había sido todo inútil.
Aún así, le había servido para mejorar. Hacía cosa de medio año que devolvía contestaciones a Hela mediante cartas (en esa cárcel estaban tan anticuados que no permitían ni el e-mail), y con mucha ayuda e insistencia de Mobius había empezado a hablar más con Thor. Aún era difícil, pero sabía que para su hermano era importante y realmente no podía culpable, solo agradecerle por haber sido tan constante y no haberse rendido.
No había hablado con él aún sobre lo de Frigga. Quería hacerlo, pero aun no. Quizás cuando las cosas estuvieran estables y su relacion fuera más estrecha.
No sería fácil, pero había admitido que probablemente nunca lo fuera. Siempre tendría recuerdos del pasado que no podría olvidar, heridas que no se borrarian ni con con tiempo, pero esperaba que su familia le ayudaría.
También sabía que, aunque las esperanzas fueran pocas, quizás ellos le ayudarian a encontrar a Sylvie. Su nota era una de esas heridas que aún escocia, pero eso hacía que fuera más consciente de cuanto necesitaba encontrar a su gemela.

-¿Todo listo?- escuchó una voz a su espalda.

-Si -respondio mientras terminaba de colocar su corbata, una negra que hacía juego con su traje del mismo color.

Respiró hondo antes de girarse para encontrarse de cara con Mobius. Sabía que esto era algo para lo que si que no estaba preparada, para dejar atrás para siempre al hombre del que se había enamorado ya casi hacia tres años.
Así que simplemente no pensaba en ello. No pensaba enfrentarse a eso ahora.
Mobius, por su parte, parecía querer decir algo, indeciso.

-¿Pronombres?- pregunto al final, resignado.

-She/her- dijo mientras levantaba la manga de la chaqueta para mostrar una pulsera amarilla.

Asintiendo, Mobius le indicó que le siguiera y caminaron por un pasillo estrecho hacia la salida. La salida de verdad.

-Estoy orgulloso de tí. Lo harás bien ahí fuera- hablo rompiendo el silencio Mobius. En su tono se notaba una sonrisa, para quitarle hierro a lo que acababa de decir. -Hechare de menos tus travesuras por aquí.

Loki ya no tenía fuerzas para resistirse.

-Yo también te hechare de menos- fue lo que contesto, tristemente.

A continuación Mobius abrió una puerta que daba a una sala de visitas. La diferencia era que esta no estaba vigilada, y cuando salieron Mobius tuvo que reprimir el impulso de seguirla.
Todo acababa allí, se recordó. Ya no seguiría cuidando de Loki, ahora era su turno de vivir su vida. El ya no podía hacer más por ella.
Loki, sin ser consciente del dilema del hombre, salió a la sala, buscando a su hermano, creyendo simplemente que Mobius no tenía nada más que decirle.
Y el resto de la historia la había repasado ya tantas veces en su cabeza que parecía saberse los diálogos de memoria de una película. Una película de alguien extraño y distante. El reencuentro con Thor, la sorpresa de ver a Hela, y luego Sylvie había salido de la nada...

Familia OdinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora