Caricias Nocturnas

Cap 7: Me voy

Me despierto de madrugada, la luna es visible, clara y luminosa. Salto de la cama y me dirijo al baño, tomo una ducha rápida, no tengo mucho tiempo debo marcharme antes de que Lisana se dé cuenta del plan, no sé cuánto se demorara en averiguarlo, espero que lo haga cuando yo ya este bastante lejos de la ciudad. Escojo una blusa azul con rojo degradándose al final de la blusa formando un lindo color morado, es la blusa que Natsu escogió para mí...como le amo; tomo los jeans y unas zapatillas para mi comodidad, un cinturón para mis llaves, un pequeño bolso para llevar lo necesario y sobre todo dinero.

Salí de casa y me dirigí al gremio donde Mirajane me esperaba, debía dejar registro de mi salida si se trataba de una misión incluso si esta era falsa, escribe lo necesario en el cuaderno que tiene consigo.

-Espero que esto se solucione- Me dice con una sonrisa triste surcando su rostro, me acongoja verla de esa manera, pero debo salvar a Natsu de esa magia, mi deseo de no perder a Natsu es más fuerte.

-No te preocupes, salvaré a Natsu y no diré nada sobre todo esto, también quiero dejarlo bajo perfil- sin mirar a atrás me marcho al lugar de encuentro con Juvia y Gray, no perderé un minuto más.

Me encuentro en la estación de trenes de Magnolia, esperando el tren hacia Fiore la luz del alba comienza a inundar el lugar, agito mis pestañas para ajustar mi vista a la insistente luz que bloque mi visión del tren que se aproxima, llego. Subo en su interior y me acomodo en los últimos asientos, un montón de gente comenzó a subir, ¿de dónde rayos salió esta exuberante cantidad de gente? menos mal que compre el boleto, me tomaría alrededor de unas cuatro horas llegar hasta mi destino, decidí dormir parte del camino.

Manos entrelazadas, personas que se sostienen incluso en los sueños. Lentamente los ojos de Gray se abren para observar a la dueña de tan cálida mano, la luz del alba entra por la pequeña ventana de la posada en la que se hospedan, iluminándole el rostro haciendo que se arrastre a la oscuridad, escapando. Su cuerpo se apega al de Gray, esbozando una sonrisa estando todavía dormida.

-Juvia despierta- susurró a su oído tan lento y profundo como le permitió el calor que recorría su cuerpo.

-No quiero...deja quedarme más tiempo de esta manera, por favor-le contesto dulcemente

-Sí no nos levantamos ahora, no estoy seguro de poder controlarme- el sonido que salió de su boca reflejaba la más pura seducción, se acercó a su rostro y le beso en la frente para luego bajar hasta su boca dejando un pequeño rastro de besos a medida que avanzaba hasta hacer suyos los labios de ella.

Un sonido en la ventana hace que se separen exaltados, levantando parte de su cuerpo para mirar hacia la dirección de la ventana, descubriendo que su agitación era producto de un pajarito que tenía su nido en la terraza de su ventana, se miran a los ojos y comienzan a reír a carcajadas por lo estúpido de su agitación, cayendo de espaldas en la cama. Juvia observa por el rabillo de sus ojos al hombre que por tanto tiempo amó, deseando que ese sentimiento fuera correspondido, levanta su torso quedando sentada en sus tobillos, se gira en su dirección. Todo lo que siempre deseé está enfrente de mis ojos, amo su risa, su mirada, su voz, su inteligencia, todo su ser... no puedo imaginar un día sin él, desde que le conocí lo amé y lo seguiré haciendo hasta después de mi deceso.

Se acerca a una distancia mínima a Gray, recorre con sus manos los brazos magníficamente trabajados, siente como sus músculos se contraen por su tacto, sus ojos se dirigen a la cicatriz en el costado derecho de Gray, baja su cabeza, le besa con dulzura y gran ternura, los ojos del muchacho se cierran disfrutando de los cálidos labios que tocan parte de su cuerpo, de pronto Juvia se detiene, Gray levanta su torso un poco molesto ya que estaba disfrutando de aquel beso, quedando de esta manera sentado en la cama al igual que ella.