Capitulo 37: Madre e hijo

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El barco que llevaba al grupo hacia el Reino de Arkhadia avanzaba con gracia a través de las aguas del vasto océano. El sol brillaba en lo alto, reflejándose en las olas que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. En la cubierta del barco, los adultos se habían reunido en una charla seria.

Mereoleona: Cuando lleguemos al Reino de Arkhadia, debemos hablar con la Reina sobre los arquitectos del mal. Su influencia se puede extender hacia otros reinos y debemos estar preparados. - [Mirando hacia el horizonte]

Julius: Tienes razón, Mereoleona. - [Asintiendo] - No podemos permitir que continúen causando estragos en ningún lugar.

Yami: Opino igual que tu, Julius. Lo que dice Mayorleona, tiene sentido. - [Con cara de aburrido]

Mereoleona: Es Mereoleona, no Mayorleona. Primate sub-desarrollado. - [Un poco enojada]

Yami: Enserio, yo pensaba que siempre te llamabas Mayorleona por el parecido a la mayonesa. - [Lo dicho por Yami hizo que Mereoleona saque una pequeña raya en su cabeza de enojo]

Despues de decir lo ultimo, Mereoleona le dio un golpe en la cabeza fuertemente que provoco que salga disparado al mar, para lo cual Yami luego regreso nadando como si nada. Despues de ese poco de humor, volvieron a concentrarse en que dirían en la reunión.

Liz: Bueno, Yami. Ya nos divertiste, pero volvamos al tema principal. - [Viendo como el mencionado se secaba la ropa]

Yami: No vi que me divirtiera. - [Secándose]

Liz: Recomiendo que le ofrezcamos ayuda, ya que así podemos ganarnos su confianza y ella estará dispuesta a cooperar con nosotros, para que logramos acabar con estos grupos que puede haber aparte de los "arquitectos del mal" en el mundo. - [Explicando su plan]

Julius: Estoy de acuerdo. La cooperación entre los reinos es esencial para detener amenazas futuras. - [Serio]

Mientras los adultos discutían seriamente, en un rincón de la cubierta, Noelle, Mimosa y los hermanos de Noelle, Nebra y Solid, estaban sentados alrededor de una mesa jugando a las cartas. Rieron mientras intercambiaban cartas y compartían historias.

Noelle: ¡Mira esta jugada, Mimosa! ¡Gano de nuevo! - [Entusiasmada]

Mimosa: ¡Vaya, eres realmente buena en esto, Noelle! - [Riendo mientras se divertía]

Nebra: Hermana, eres demasiado bueno para estos juegos. Desearía poder llevarte a las mesas para que me ayudes a ganar. - [Riendo un poco]

Solid: En una parte no puedes, y en otra parte recordé porque nunca juego esto. - [Un poco irritado por perder tirando sus cartas]

Mientras todos reían como Solid se enojaba por perder en las cartas. Podemos ver a Astrid, que estaba de pie junto a la barandilla, observaba la escena con una expresión envidiosa en el rostro. Había estado mirando a los niños jugar, pero algo en su interior la hacía sentir excluida.

Astrid: Siempre están juntas, como si fueran hermanas de verdad. Que mal que no pueda hacer nada contra ellas durante este viaje. - [Susurrando para sí misma molesta]

Decidida a cambiar su situación, Astrid se alejó de la mesa de cartas y caminó hacia la barandilla, mirando el inmenso océano que se extendía frente a ella. Pensó en lo que podría hacer cuando llegara al reino de Arkhadia mientras observaba las olas que se movían con gracia bajo la luz del sol.

El viaje hacia el Reino de Arkhadia estaba lleno de promesas y desafíos, tanto que las ansias por llegar de todos era alta, para ver que tal era su reino y como eran sus costumbres. En medio del vasto mar, los corazones de todos se entrelazaban en esta travesía hacia lo desconocido.

Rendirse JamásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora