Hoy era el día que Tzuyu empacaría sus cosas y se iría por un fin de semana a la academia de brujas, como primeriza, las primeras lecciones solo se impartían los sabados y domingos, Jihyo pensaba mucho en lo rápido que había crecido su hija, quien ahora se bajaba de la barca con un par de maletas, mientras que su madre le pagaba al duende que remó por el río hasta dar vista hacia una gigantesca arquitectura escolar.
—La primera vez es fácil, preséntate con tus compañeras, se amable, y no te metas en problemas...—Aconsejaba Jihyo, tomando las maletas por Tzuyu—Tienes que tomar en cuenta que muchas de estas chicas ya han practicado su magia por si solas, pero yo te enseñé a ti, aunque sea un mínimo de aprendizaje, te servirá para no estar perdida con el resto—.
—No lo haré—Prometió Tzuyu, apreciando la entrada a la academia—Mamá, de verdad quiero entrar en el ejercito—.
Jihyo miró hacia otro lado, no quería discutir nada al respecto del futuro de Tzuyu, una vez pasaran dos años y ella cumpliera los dieciocho, debía finalmente escoger en que ámbito sería de provecho en la sociedad de Brecilien, y si era tan talentosa para la magia ofensiva era cuestión de tiempo para que Tzuyu estuviese militando en la tierra, haciendo misiones y guerrilla contra los humanos.
—Te irá bien, me fue bien a mi—Cambó el tema rapidamente, abrazando con fuerzas a su hija al punto de que la dejó sin aliento—Te amo tanto, me harás mucha falta, jamás te había tenido tan lejos—.
—Volveré para ayudarte en el restaurante—Prometía Tzuyu, sin separarse de Jihyo hasta que la ultima besó su mejilla como despedida—Adiós mamá...—.
—Adiós—Jihyo se volteó instantáneamente después de eso, queriendo ocultar que estuviera llorando por ella, ese día Tzuyu se hizo menos dependiente de su madre, y para el pesar de su madre, mas cercana a convertirse en lo que quería.
(...)
Ese viernes en el restaurante, durante la noche, Jihyo tenía que fingir que no estaba extremadamente preocupada por Tzuyu, aunque había algo de actividad de los comensales, ninguno variaba en su apariencia, todos malheridos y esperando la hospitalidad que la cocinera prometía.
La oscuridad terminó por cernir Brecilien, pero aun habían muchas brujas que se estaban reuniendo, conversando con sus familiares después de llegar de la guerra.
Sin ningún incidente en el restaurante, Jihyo supuso que sin Tzuyu el día a día sería aburrido, pues era ella quien solía meter la pata, la situación se volvería extraña cuando dos mujeres llegaron, vestidas de negro con sombreros oscuros como las tinieblas, y un velo que las cubría hasta los hombros.
"No son brujas" Identificaba Jihyo gracias a su instinto, pero tampoco se veían amenazantes como para estar alarmada, las mujeres se posaron en los asientos de una esquina y no dijeron ni una sola palabra, ni solicitaron la atención de la dueña del restaurante, solo estuvieron allí.
—Park ¿Puedes traerme mas sidra?—
—¡Como no! En seguida—Asintió Jihyo, tomando un vaso de madera para correr hacia el almacen donde guardaba las bebidas en barriles.
Su pensamiento sobre las mujeres misteriosas se desvaneció en el instante que vertió la cidra en el vaso, ¿Pero que otra cosa serían si no eran brujas?, no había mujer en brecilien que no lo fuera, y la segunda opción es que se trataran de demonios, cosa imposible, pues hace cincuenta años, la bruja Morgana cerró las puertas del inframundo para siempre.
—Park, date la vuelta—.
—¡Ah! ¡¿Quién anda ahí?!—Exclamó Jihyo, quien arrojó la cidra contra la pared al sentirse amenazada, solo que la persona que habló no estaba—Dios...—.
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Aftermath (Sahyo G!P)
FanfictionEl camino de Jihyo tomaría un rumbo diferente cuando Sana regresa a su vida y se ve obligada a cuidarla