Capítulo 5

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Wonwoo era uno de los principales ángeles de la corte de Joohyun por una razón: él veía lo que nadie podía ver. Desde que era un adolescente, Joohyun le había acogido en el seno de su familia con el mismo respeto que él le tenía a su futura reina. Y así había sido desde ese día. La tensión se sentía en el salón de los antiguos líderes y, hasta la consorte de la Reina sabía que algo ocurría.

- Como ustedes saben los siete reinos del Paraíso mantenemos una estrecha correlación mágica y la comunicación de los líderes suele ir en ambas direcciones – comenzó Joohyun entrelazando sus manos en la falda larga de su vestido – Sin embargo, esta mañana me han notificado que el reino rojo ha perdido comunicación y el hilo rojo se ha perdido en su totalidad.

Wonwoo llevó sus manos hacia atrás tratando de mantener la tensión fuera de su cuerpo pero era imposible.

- No hemos podido contactar a la Reina Hyoyeon pero, anoche se nos ha informado que ella solicitó hace unos días la presencia de Wonwoo por motivos desconocidos. Creemos que esta era una señal de ayuda o auxilio de su parte pero, no sabemos con exactitud que ha sucedido – aclaró Seulgi antes de dirigir la atención de todos hacia Wonwoo - ¿Qué crees que puede haber sucedido, Won?

- Es posible que haya alguna amenaza y esa sea la razón por la cual han sucedido tantas cosas en el Reino Rojo – meditó antes de agregar – Podría ir y echar un vistazo rápido de lo que sucede.

- Haremos de esta tu misión – decretó Joohyun antes de levantar la sesión – Si quieres, Jaehyun puede acompañarte.

- Iré solo, gracias – declinó la oferta sabiendo que si algo pasaba él estaba más que capacitado para defenderse solo – Partiré de inmediato.

La gran ventaja que tenía el Paraíso era que cada uno de los siete reinos estaban conectados entre sí por un portal mágico que se abría en la frontera de los Castillos. Seomeria, Elium, Venega, Bairat, Zule, Oena y el Reino Prohibido de Erat eran los más conectados entre sí por un hilo conductor de colores representativos de cada reino. Seomería, el reino del Verano conectaba el rojo fuego; Elium, el país del Invierno coloreaba el azul celeste; Venega, el país de la Primavera representaba el verde bosque; Bairat, país del Otoño se entrelazaba por el amarillo y el marrón; Zule, el reino de los ríos y fuentes, se regía por el aquamarine; Oena, era el país de la luz y la benevolencia que pintaba su hilo de una tonalidad blanca y grisácea y, para concluir, Erat representaba el negro y el rojo sangriento.

Wonwoo juntó sus manos hacia adelante solicitando el portal y, la puerta color rojo fuego se abrió delante suyo listo para llevarlo a Seomeria. El lugar era maravilloso, aunque para alguien de Elium, no era muy recomendable. El asfixiante calor y el brillante Sol le recordaron la intensidad de Ordam en la estación veraniega. Caminó a paso lento hacia el Castillo en medio de la ciudad mas la sensación en su cuerpo era de peligro. Algo estaba pasando ahí que iba totalmente fuera de sus poderes. Algunos sumeranos le observaban receloso, notó mientras se dirigía hacia la entrada a paso decidido.

Hyoyeon, la reina regente de Seomeria le observaba con felicidad genuina pero, la tensión en sus ojos era imposible de esconder. Era mucho más baja que él y llevaba el cabello suelto en rizos leonados hasta la espalda baja. Sus pies descalzos llamaron su atención mas prefirió sonreírle y hacerle una reverencia como Joohyun le hubo enseñado.

- Majestad – inclinó su cabeza en respeto – Me han dicho que me ha solicitado aquí pero, su mensaje fue recibido tardíamente. Lamento mucho mi demora.

- Por favor, sé mi invitado. Hemos estado teniendo problemas para mediar esta situación pero, el pueblo está dividido y nadie acepta mi determinación – le miró con tristeza invitándole a pasar – Al pueblo han llegado seres cuya energía es tan fuerte que sospecho son demonios pero, no tengo pruebas de ello y no puedo simplemente sacarlos de aquí con suficiente rapidez. Hace dos días, me reuní con ellos pero el pueblo pide que se queden.

- No la entiendo, Majestad – frunció el ceño con confusión - ¿Para qué me necesita exactamente?

- Necesito que le pidas mi ayuda a Mingyu, el Rey de los demonios. Él es la único ser que puede ayudarme.

- Por supuesto Majestad, le contactaré inmediatamente – afirmó con tranquilidad – Espere mis respuestas.

- Gracias Wonwoo, sabía que podía confiar en tí.

Se despidió con otra reverencia e hizo su camino hacia la salida. Era algo tan extraño que comenzaba a preguntarse si esto no era una trampa barata y el solo estaba caminando hacia ella.

- Mingyu... - susurró su nombre como él le hubo enseñado y sintió la corriente cerca de su pecho – Sácame de aquí, cariño.

Dió un paso hacia adelante y la succión se hizo presente. Wonwoo cayó directamente en los brazos de Mingyu y la mirada oscura le sonrió con cariño. Ah, que bien se sentía estar entre sus brazos.

- Hola zafiro – saludó el moreno haciéndole sonrojar - ¿Qué ha pasado?

- Cariño, algo está pasando en Seomeria y no sé que pueda ser – contestó apresuradamente hasta que escuchó una suave risita tras suyo – Mingyu.

- Mingyu siempre da los mejores apodos, ¿no creen? - Wonwoo abrió los ojos sorprendido hasta que notó que el moreno estaba en la Sala del Trono de Elium – Mingyu, baja a Wonwoo antes de que se infarte.

- Se siente bien en mis brazos, Minseok – el moreno chasqueó la lengua pero dejó a Wonwoo sobre sus pies – No es mi culpa que todavía Jongdae no quiera salir de Zule.

Wonwoo tropezó con sus propios pies y se agarró de Mingyu ante la mención de la ex pareja del hermano de la reina.

- ¿Podemos enfocarnos en lo importante? - Seulgi golpeó la mesa llamando la atención de Wonwoo – No hay tiempo que perder.

- Hyoyeon quiere tu ayuda pues dice que hay demonios infiltrados en su reino y que no sabe como deshacerse de ellos rápidamente – Wonwoo agarró el rostro de Mingyu enfocándose en él – Creo que acabo de hablar con un espectro.

- Los espectros no existen, Wonu.

- Si existen Minseok, y creeme es tan dificil reconocer a uno que sé que Wonwoo está diciendo la verdad – interrumpió una tercera voz que llamó la atención de todos en la sala – Tío, no sabía que habías encontrado tu pareja.

- ¿Quién es él? - preguntó Minseok arqueando la ceja – ¿Quién eres tú?

- Soy Chan, Rey regente de Erat y sobrino de Mingyu – se presentó con el rostro empapado en seriedad – Lamento haber pasado sin avisar pero, me han dicho que la Reina Joohyun estaba aquí.

- Soy Joohyun y esta es mi esposa, la reina consorte Seulgi – se levantó y caminó hacia él apretando su mano – El indiscreto y bocón es mi hermano Minseok, por favor pasa adelante.

- Seré breve Majestad pues, este problema le concierne a los siete reinos del Paraíso – miró a su tío y a su pareja con un suspiro – Un prisionero ha escapado de la sección 57 de Erat. El prisionero aún no ha sido identificado pero, se cree que es uno de los antiguos simpatizantes del loco Chittaphon.

El rostro de Mingyu se puso pálido y, la habitación se cubrió de tensión y miedo. Absolutamente nadie había escapado de esa prisión jamás y ahora uno de los simpatizantes del ser más peligroso del mundo estaba fuera. Joohyun soltó una maldición y trozos de hielo se cercaron alrededor del reino como icebergs gigantes cubriendo el reino pacífico del peligro.

- Avisa a los seis reinos restantes Minseok – ordenó Mingyu apretando la mano de Wonwoo entre la suya – Se vienen tiempos oscuros.

El Corazón del Demonio (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora