Caminó con lentitud por los pasillos del Castillo. Su túnica negra del mismo color que sus ropas se arrastraba tras de él. Llevaba el cabello alborotado, la única muestra de felicidad que se permitía tener, y sus ojos brillaban mientras se acercaba a la sala Real. Las puertas fueron abiertas para él y observó con admiración y algo de ansiedad el lugar que había sido su casa tantos siglos atrás. Su reinado había durado 165 años, recordó con una amarga sonrisa. 165 años liderando los "seres sin alma" como se les decía fuera de los dominios de su reino y poder. 165 años evitando que los demonios bajo su poder aniquilaran a su fuente de vida e iniciaran una guerra con otras especies.
Había perdido la cuenta de las cantidad de veces que debió poner a alguien en su lugar y las otras en las que su poder consumió toda una sala de su misma gente. Las arrugas en sus ojos eran señal de ello. Pero finalmente hoy, después de semejante tortura, era libre. Podía sentir como las cadenas alrededor de sus alas y sus muñecas se desataban haciendo ruido. Su corazón bombeaba a traves de su sistema a alta velocidad confirmandole que hoy era el día. Se adentró mucho más en el lugar y se sentó en el trono que cuidó con tanto esfuerzo. Un trono que no le pertenecía pero que, entregaría en bandeja de plata al heredero de la corona como el mejor regalo del mundo.
- ¡Mingyu! - como si hubiera sido invocado, el joven demonio apareció en la sala con una sonrisa brillante - ¿Es cierto que te marchas a Ordam? ¡No puedes irte sin más!
- Llevo demasiado tiempo aquí abajo, su Majestad. Necesito un poco de contacto humano y quizás un poco de libertinaje en mi nueva vida – respondió alegremente pero con seriedad – Es tiempo de que seas tu quién lidere a nuestro reino a la gloria.
- No confío en nadie del Consejo y lo sabes – rebatió el joven - ¿Podrías posponer tu viaje al menos un par de días hasta que me asiente bien?
Mingyu observó con una ceja arqueada a su sobrino y asintió. Si bien el Consejo se había mantenido a su lado por todos esos años, no sabría muy bien como tratarían al joven Chan. Suspiró cuando la sala comenzó a llenarse y deseo con todas sus fuerzas que aquel día todos los presentes salieran con vida de la sala.
Los demonios, a diferencia de como la humanidad los pintaba y creaba historias de ellos, eran seres comunes pero nada corrientes. Su apariencia inicial era humana: cinco dedos en cada mano y pie, cabello largo o corto en dependencia del título y el tipo, ojos cafés y personalidad arrogante y despectiva. Algunos eran más altos que otros y variaban las características al igual que la inteligencia. Sin embargo, en su forma natural, eran seres de piel blanquecina y ojos amatista con alas de plumas negras o blancas. Su fortaleza y rapidez caía en el nivel de poder que hubiesen adquirido y mantenido al pasar de los años: un demonio joven era más débil en fuerza pero más rápido que uno viejo y viceversa con sus excepciones.
Pero la diferencia más notable era que ellos no se dedicaban al asesinato de humanos...todo el tiempo.
Mingyu rió al recordar cuando en su pelea con alguien del consejo comentó lo que había aprendido y todos se horrorizaron. Ellos no eran como los despectivos vampiros o elfos azul.
El carraspeo de Seokmin, su mejor guerrero, le aterrizó al presente y se dió inicio a la ceremonia de abdicación. Hubieron caras de descontento y otras más contentas pero, al final del día Chan era el nuevo rey de Erat y él no había matado a nadie. Aplaudió y se inclinó ante su nuevo monarca con el orgullo rebotante en el pecho y una sonrisa más grande que sus días de miseria. Él fue el último en retirarse de la sala dejando la túnica en el trono y sacudió sus hombros en alegría. Rehizo su camino hacia la salida y se dirigió a sus aposentos a descansar. Quizás en el transcurso de los días celebraría junto al resto del pueblo pero ahora solo necesitaba recargar sus pilas y sentir la sensación de la libertad en la punta de sus dedos.
Era un nuevo comienzo para él.
¡Hemos vuelto a las andadas! Inicio de 2024 y primera historia del Minwon. Tenía está historia desde hace años tirada en el baúl de los borradores que nunca saldrían a la luz pero, como a finales del 2023 e inicios del 2024 estoy leyendo fantasía y romance la saqué de ahí para quitarme la picazón.
Está historia trae demonios, ángeles, goblin y un mago muy impertinente. Los nombres de algunos mundos/reinos son sacados de mi absurda imaginación y, al final de cada capítulo o al inicio, reflejare la aclaración.
Sin más para deciros.
Tasty mwoya ❤️
Ordam: El Reino de Ordam, o simplemente Ordam, es el nombre de la Tierra de los Humanos o el mundo de los humanos. Las criaturas mágicas conviven con los humanos todo el tiempo y, sus mundos están ligeramente separados por un pequeño velo invisible al que solo las criaturas pueden acceder. Ejemplo: si los elfos viven en el bosque y un humano entra, el humano solo ve ls hermosa vegetación y la increíble fauna del lugar pero es incapaz de ver s los elfos.
:)
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El Corazón del Demonio (Meanie)
أدب الهواةKim Mingyu es el antiguo Rey de los Demonios, el dueño de las almas perdidas del Hades. Ha estado atado a la Erat por siglos y la soledad que arropa su corazón comienza a hacerle mella. Cuando su sobrino Chan cumple la mayoría de edad para reclamar...