Solían decirle que, en el momento en el que encontrase a su pareja todo sería tan perfecto que él no querría ni imaginar despegarse de su lado. Cada pequeño detalle de su rostro y su personalidad se volvería uno de sus favoritos, rogaría por solo un toque inofensivo y, para cuando finalmente sus cuerpos y almas se hubiesen unido, nadie podría saber dónde terminaba uno y comenzaba el otro.
Hasta ahora, Mingyu estaba de acuerdo en cada una de las descripciones.
A lo largo de su vida fue testigo de los millones de encuentros, de los cortejos, de lo rápido que los eventos dramáticos se sucedían a los finales felices y los felices para siempre. También había visto a los que sus parejas rechazaban y vivían eternamente con el corazón roto. La desdicha de las lágrimas de las criaturas mágicas con respecto al amor llevó a aquellos autores famosos a crear las leyendas más hermosas. Y él se mantenía muy al tanto de todo lo que pasaba.
El toque suave en su pecho cortó el hilo de pensamientos y los redirigió al cuerpo que yacía a su lado. Llevaban tres días en aquel lugar casi paradisíaco totalmente alejados de los problemas como si su unión hubiese ya ocurrido y ahora disfrutaran de los frutos. Mingyu descubrió que la piel de Wonwoo brillaba más intenso cuando la luz de la luna reflejaba en su piel, sus ojos brillaban al amanecer cuando los violetas y rojos y amarillos aún no dominaban el cielo degradado. Sus manos eran casi del mismo tamaño que las suyas pero, encajaban en la suya como si fuera más pequeña. Wonwoo era juguetón, hablador, un ávido lector y un muy buen observador. Tenía dos lunares en el rostro seguidos de varias pecas pequeñas alrededor de la punta de su nariz... Tanto que había descubierto y quedaba por descubrir.
- Buenos días, su Majestad – el apodo que una vez detestó se escuchaba tan bien ahora - ¿Cómo dormiste?
- En el paraíso – rió girandose para quedar frente a su cuerpo – Te ves tan hermoso recién levantado...
El sonrojo más adorable creció en el rostro de Wonwoo. Sabía que su ángel aún no se acostumbraba a las palabras bonitas pero, le encantaba tanto cuando sus mejillas se coloreaban de un rosado espectacular. Cedió a sus impulsos y le robó el más dulce de los besos a su amado. Sus labios se movieron con lentitud mientras sus manos acercaban al delicado cuerpo más cerca del suyo. El calor se extendió por todo su cuerpo, sus manos y su boca. No podía dejar de besarle por un segundo y no desear probar más de aquel delicioso manjar que estaba seguro le volvería adicto completamente.
El más delicioso de los sonidos escapó de la garganta de su amante sucumbiendo a la necesidad imperiosa de acercarse mucho mucho más. Pero no era el momento aún y lo sabían mas la suerte estaba echada. Wonwoo rompió el beso con el cuerpo de Mingyu apoyado en el suyo y le miró a los ojos. El violeta coloreó todo el iris y los colmillos adorables salieron alargados listos para marcar a su almae. Porque eso eran ellos dos.
- ¿Cuándo es la próxima luna nueva? - le susurró Wonwoo aún con la mente nublada – Los ángeles de hielo deben aparearse en luna nueva para completar el ritual.
Mingyu abrió los ojos de repente recordando acerca de la poca información que poseía de la raza de su pareja. La realización le golpeó duramente pero, prefirió que fuera así. Aprender todo de Wonwoo y sobre Wonwoo sería una delicia. Los humanos le llamaban "tiempo de calidad".
- ¿Mingyu?
- Tendré que preguntarle a Serena – respondió con suspiro – Pero creo que está cerca.
- A los ángeles de hielo nos afecta mucho los ciclos lunares, especialmente en Luna Nueva y Luna Llena – aclaró el ángel acariciando el rostro de su pareja – Nos apareamos en luna nueva y nuestros poderes se acentúan en luna llena. Es como si todo empezara ahí.
Mingyu le miró fijamente y sonrió porque, si aquello era cierto, la luna llena estaba mucho más que cerca.
- Hagamos algo – susurró el demonio robándole un último beso – Bajemos a desayunar y, luego cuando averigüemos en qué ciclo lunar estamos, sabremos más.
- Yo también quiero que nuestras almas se unan, querido – afirmó casi sin aliento – Así que investiga lo que necesitamos saber...
Asintió acatando la orden casi al momento. Ayudó a Wonwoo a ponerse de pie aunque no lo necesitase pero no quería alejarse mucho de él. Lo necesitaba bien cerquita suyo y sabía en lo muy profundo de su ser que ya su demonio estaba listo para reclamar lo que le correspondía.
Tomados de la mano bajaron poco tiempo después. Lo que más le encantaba a Mingyu de Irlanda eran sus largos ratos de serenidad. Eran esos momentos pequeños como caminar descalzos por la hierba o sentir el húmedo aire rellenar tus pulmones los que conservaba en su mente cuando necesitaba respirar profundamente. Además de que su zafiro lo disfrutaba con él al máximo.
Dejando a Wonwoo tranquilo en la biblioteca por la tarde, fue en busca de Serena. La pequeña híbrida vivía en sus tierras desde su prematuro nacimiento. Muchos de sus empleados le debían la vida y otros simplemente deseaban trabajar para un amo como él. Ninguna de las criaturas mágicas bajo su jurisdicción tenía permitido matar humanos a menos que lo merecieran. En el caso de Serena, siendo híbrido de demonio y vampiro, cada semana viajaba a la prisión de la ciudad más cercana y alimentaba sus dos deseos más arragaidos: la caza y la matanza.
La encotró en la cocina tratando de que el chef Jisoo le diera un trozo de carne que aún no cocinaba. Se reverenció al verle y los demás le siguieron.
- Serena, ¿en qué etapa del ciclo lunar estamos? - preguntó sin rodeos – Lo necesito para una tarea.
- Estamos a dos días y medio de la luna nueva, mi señor – respondió Jisoo en vez – Imagino que lo necesita para su compañero.
- Algo así...
- ¿Necesita que le preparemos la habitación del tercer piso? Tendrá hermosas vistas desde ahí durante el tiempo que dure su apareamiento y la unión de almas y será muchísimo mejor el dejarles comida lista ahí – sugirió Serena sorprendiendole – ¿Qué le parece?
Mingyu asintió sin saber bien que responder. Una emoción muy parecida a la expectativa apareció en su cuerpo y la excitación burbujeó más intensa que antes. Podría reclamarle, probar su cuerpo y enredarse con él el tiempo que fuera necesario.
- Tambien elabora para mí un calendario lunar y déjalo en la habitación del tercer piso – ordenó casi corriendo – Se vendrán días divertidos.
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El Corazón del Demonio (Meanie)
FanfictionKim Mingyu es el antiguo Rey de los Demonios, el dueño de las almas perdidas del Hades. Ha estado atado a la Erat por siglos y la soledad que arropa su corazón comienza a hacerle mella. Cuando su sobrino Chan cumple la mayoría de edad para reclamar...