Capítulo 12

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La fría lluvia primaveral azotó la ventana del comedor interrumpiendo su paz. El conteo incesante del reloj de pared lo ponía muy nervioso pero, ese era el protocolo. Estiró los pies en la silla asignada esperando con impaciencia que su petición de ver a la líder fuera aceptada. Sabía que su reputación era lo suficiente mala como para que ella se negara pero, la información que ella tenía era de suma importancia.

- Dame dos razones por las que no debería ahogarte en este minuto – la voz tranquila pero firme llamó su atención – Baja tus botas de la mesa. No es correcta actitud para una princesa.

- Detén la diatriba, tía – rodó los ojos – Ya no soy una princesa.

- No seas ilusa niña, nadie puede cambiar su destino una vez que se ha otorgado quien será en un futuro – sentenció la reina tomando asiento frente a aquella adolescente descarriada - ¿Qué tienes para mí? No creo que hayas venido hasta Venega sin nada.

- Él va a liberar a más de sus antiguos compañeros, Majestad – declaró mirandole a los ojos con seriedad – Una de las antiguas escribas me ha enviado una carta esta mañana lo suficiente enredada como para que él no lo notase.

- ¿Pero que planea?

- Algo tan simple como buscar a su hijo y luego matar al Rey Chan y a Mingyu.

Su rostro se dibujó de blanco mientras su sobrina explicaba aquel plan tan...tonto. Kun había sido uno de los guerreros más poderosos de Erat, siempre listo para servir a su Rey y la mano protectora de sus amigos. Hasta aquel fatídico día dónde Chittaphon perdió la cordura y se llevó la de ambos. Todavía recuerda con el corazón acongojado, las miles de lágrimas que Mingyu soltaba en el combate que dió muerte a su hermano y mejor amigo.

- Jimin – llamó la Reina con un suspiro – Necesito que hagas algo por mí. Alerta a Minjeong y Aeri de que los seis reinos estamos en peligro. Yo intentaré proteger el reino por un corto período de tiempo.

- Tía – susurró la joven analizando la gravedad de lo que se venía para todos - ¿Son realmente las 7 calamidades tan desagradables en realidad?

- Aprende esto Jimin : cuando le quitas a un hombre todas las razones para que su piedad prevalezca conocerás la bestia que lleva dentro. Kun estaba enamorado del Príncipe y fue la única persona que le creyó cuando él intentó alertar al mundo de lo que su padre le estaba haciendo. Mingyu intentó detener al viejo y terminó con un ala rota y otros horrores que poco a poco irás conociendo de la historia de los 7 reinos. - declaró arreglando su vestimenta – Ahora haz lo que te dije.

Caminó a paso lento abandonando la habitación el tiempo suficiente para aclarar su mente. Muchas cosas malas habían acontecido hace siglos y, la mitad de ellas se podían haber evitado si el antiguo Rey hubiese tomado decisiones correctas. El cielo de Venega estaba aun nublado por la fina lluvia y ella deseó, no por primer vez, ser capaz de extender su calma alrededor de los suyos. Suspiró sintiendo la energía de cada ser vivo en sus tierras recuperando su paz interior. Venega era el país más colorido de Paradise.

Desde la estación primavera dónde todo renacía y florecía, fue uno de los pocos países que no sufrió pérdidas de vidas en la guerra. Su Reina, sin embargo, había perdido la esperanza por todo el horror que había presenciado.

- Su Majestad – giró su rostro hacia su secretaria personal sonriendole – La reina Joohyun la solicita en Elium. Ha dicho que es un asunto urgente.

- ¿Debo llevar a mi rebelde sobrina? Juro que mientras más Jimin crece más me apetece enviarla a Ordam para que sea más humilde – chasqueó la lengua – Cada día me colma más la paciencia.

- Se que así me quieres tía – respondió la joven saliendo de la habitación - ¿Quieres que te acompañe?

Seungwan miró a su sobrina con ojos entrecerrados y una sonrisa maliciosa se sembró en su rostro. Chasqueó los dedos apuntándole y, dónde antes había habido blusa y saya, surgió un vestido azul con pequeñas florecillas en el fajín de la cintura. Su cabello se hizo un alto recogido y su oscuro maquillaje fue reemplazado por uno más adecuado a su estatus, edad y país. La indignación se pintó en su rostro viendo como todo su vestuario se había ido.

- Agradece que he dejado esas botas horribles con las medias sin sentido – bufó la reina caminando hacia el portal – Hombros atrás, mirada al frente, y una sonrisa genuina. Verás a tus amigas hoy.

- Hubieras empezado por ahí, tía Seungwan.

- Mocosa.

Ambas caminaron hacia el portal abierto y recogieron sus abrigos de piel de la mano de la secretaria real. Ajustaron sus cuellos en un cierre en forma de cerezo y se adentraron en el país del frío. Para la suerte de ambas, los abrigos y los vestidos ciertamente las cubrían del intenso frío presente en Elium. Un amable caballero les esperaba en la entrada y les dirigió a la sala real.

Joohyun le esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa angelical. Tanto ella como la princesa heredera les esperaban y pocos minutos después, la Reina Consorte se les unió en el salón. Diversas velas rodeaban el salón asegurando algo de calor para ellas.

- Debes imaginar el motivo de mi llamado – comenzó Joohyun solicitando té de jazmín para todos – Seomeria ha desaparecido.

- Estoy al tanto, sí.

- Seungwan, tú y yo estuvimos ahí antes y no fue algo que llamaramos lindo. Nuestros reinos han vivido tanto tiempo en paz total que han olvidado lo que es luchar.

- No podemos pretender que suceda lo mismo, Joohyun – respondió con un suspiro – Creo que lo correcto será enfocarnos en reforzar nuestros puntos débiles utilizando la magia ancestral y...

El silencio cayó en la sala. Seungwan agarró su pecho buscando el aire que sentía le faltaba. Algo pasaba. No sabía dónde pero algo pasaba. Una lágrima rota cayó al suelo y sus rodillas temblaron mirando a Joohyun. Seulgi reaccionó a tiempo y corrió hacia la sala maestra activando con su poder la visión del mundo. Antes dónde el marrón sobresalía envolviendo una isla, solo quedaba un hilo que perdía su magia hasta volverse gris. Un ruido en el salón les alertó de que alguien había llegado al Castillo.

- ¡Ayuda!

Los pasos apresurados de algunos guardias actuaron antes de recibir la orden y recogieron a las dos jóvenes del suelo. Ambos vestidos estaban rasgados, los moretones en el cuerpo y la sangre que brotaba de una dejaron a las monarcas pasmadas.

- ¡Joohyun! - gritó Seulgi – Han destruido Bairat.

- Jimin y Minjeong ayuden a nuestras amigas y cedanles algo de ropa. Minseok, envía a un mensaje a Mingyu y a Chan con urgencia – indicó Seungwan tomando a Joohyun del brazo – Kun se está haciendo más fuerte.

El Corazón del Demonio (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora