Capítulo 6

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- Mingyu – la voz de Wonwoo llamó su atención y él solo pudo huir su mirada - ¿Quién es Chittaphon?

El moreno suspiró fuertemente y continuó observando la lejanía con atención. Solo decir su nombre le recordaba tiempos oscuros de su vida en los que la libertad y los lazos que había forjado con ellos se rompieron en pedazos en una noche fría de noviembre. Era joven, 250 años recién cumplidos cuando todo pasó.

- Erat no siempre fue un reino prohibido, a pesar de que ocupaba más de la mitad del Hades pero hubo un tiempo en el que la paz en mi reino era la prioridad. Mi padre hizo las desiciones incorrectas y Chittaphon tomó venganza. La guerra duró cien años hasta que encerramos a las siete calamidades en la sección 57.

- Era tu hermano.

Mingyu asintió levemente. La historia más oscura de su vida se abría sin que el lo quisiera pero, no tenía más opción. Eventualmente todo saldría a la luz.

- ¿Era el padre de Chan? - Mingyu negó rápidamente – Estará mal...

- Jeonghan es el padre de Chan, Wonwoo – suspiró con pesadez – Él también fue asesinado esa noche.

La gélida pero suave mano se deslizó por su torso en un abrazo fuerte que no sabía que necesitaba. Las consecuencias de los actos de todos cayeron sobre sus hombros y los de Chan en el momento en el que el control del reino cayó en sus manos. Sus manos estaban manchadas de sangre de su gente y sus alas que una vez volaron libres, se quedaron ancladas al reino oscuro. La noche roja en que mató a su hermano fue la última vez que su corazón latió con vida.

- Si es algún simpatizante de él, jugara con nuestras mentes y dejará pistas de que es alguien que no es. Estará en un lugar estúpidamente obvio y no nos daremos cuenta de que es él hasta que haga daño a lo que más amamos.

- Mingyu – Wonwoo le dió la vuelta y buscó su mirada perdida – Lo vamos a encontrar y luego, tu y yo nos iremos a tu casa grande y formaremos una vida juntos porque eso es lo que los almae hacen. Descubriremos quien ha salido pero, tienes que apoyarnos en esto porque los reinos nunca han lidiado con una fuerza como esa.

Regresaron a la sala del Trono y tomaron asiento al lado de Chan con las manos entrelazadas. Joohyun estaba tan enojada que la temperatura gélida comenzaba a afectarle hasta a él.

- Iré a Seomeira – anunció Mingyu para sorpresa de nadie – En Paraíso no se sabe que Chan ascendió al Trono así que iré yo.

- ¿Qué pasa si es una trampa? - preguntó Wonwoo con el ceño fruncido – Alguno de nosotros tiene que ir contigo.

- Wonwoo, lo conozco mejor que nadie.

- Precisamente por eso, no puedes ir tu solo. Sabes que si caes en la trampa nadie más podrá deducir o calcular su próximo movimiento.

- Tío, Wonwoo tiene razón. Si vas a ir, Seokmin irá contigo y cuidará tu espalda – sugirió Chan con calma – Yo volveré al reino y veré a Joshua y quizás él nos dé alguna pista extra con su don.

- Yo también iré – declaró Wonwoo – Los demonios no pueden entrar a los Castillos desde el tratado así que les vendrá bien una mano amiga.

- Mantenganme al tanto entonces – declaró Joohyun saliendo de la sala rápidamente con su esposa tras ella.

Wonwoo se levantó observando a Mingyu y extendió su mano hacia él. Esta situación lo afectaba muchísimo, eso se notaba de lejos pero no quería que su demonio se viera tan afligido. Tenía la mirada apagada y la expresión de su rostro denotaba la preocupación por las posibles consecuencias de aquel escape.

- Vámonos cariño – susurró Wonwoo apretando su mano transmitiendole calidez - ¿Cómo debemos actuar ahí fuera?

- Digamos que realmente cumpliste tu promesa de llevarme a Seomeria – Mingyu chasqueó la lengua y adoptó la postura real que era más que una segunda piel para él – Debemos ir separados. Seokmin estará aquí en pocos segundos así que cruzaré dos minutos detrás de tí.

El Corazón del Demonio (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora