𝘗𝘰𝘦𝘮𝘴 𝘧𝘰𝘳 𝘮𝘺 𝘣𝘦𝘭𝘰𝘷𝘦𝘥 ·𝘒𝘶𝘳𝘵𝘢𝘹𝘭·

5

Después de haber perseguir a su amigo durante todo el patio de la institución, al fin había conseguido que le devolviera el sobre.

Abrió el sobre, encontrando una pequeña nota en forma de corazón que estaba adornado en las orillas con rosas pequeñas de papel que estaban un poco aplastadas, pero aún así se veían bonitas. Kurt tuvo que tener la suficiente paciencia para hacer las rosas.

La nota decía:

"Sigo sin entender el como la gente no mira más haya de ti, eres hermoso, tu alma es hermosa.

Cuando te escucho declamar me trasmites a lugares que jamás creí conocer, soy sincero. Amo tu voz al declamar y al cantar. Simplemente eres perfecto y no hay una "perfección" para las cosas porque nada es perfecto. Pero, para mí tu lo eres. Eres perfecto."

Axl río suavemente, ¿Cómo todo ese texto había cabido en ese pequeño corazon? Y, más, porque lo habia escrito a mano.

Tomo la otra hoja, pero está no era como las otras. Tenía una textura mas suave y era más gruesa que las normales. Estaba doblada a la mitad y simulaba estar quemada por las orillas, cuando la desdobló vio un retrato de el. Kurt lo había dibujado.

Era un dibujo muy bien hecho, solo era lápiz pero lo había retratado demasiado bien. Y ni siquiera sabía cuando lo pudo haber dibujado.

Ahora entendía el por qué de la emoción de Kurt, quería saber lo que le había parecido el dibujo. Izzy lo miraba con sorpresa.

-Te dibujo.

-Aja.- Fue lo único que dijo. Se sentía culpable por no a verlo visto cuando se le había dicho.

Estaba claro que Kurt era un chico, aunque tímido, muy agradable y lindo de personalidad. Entonces, recordó aquella frase de su maestro de literatura al dar lectura a una obra o poema de romance.

"Si un artista se enamora de ti, siempre vivirás en sus obras."

Era claro que esa frase era cierta. Los artistas siempre tiene inspiración de alguien y cuando se enamoran solo en ellos piensan al hacer algo relacionado al amor, desde una pintura, un poema, un dibujo, un libro, una nota o cualquier tipo de arte.

Axl estaba siendo esa inspiración de un poeta y dibujante. Y tenía que apreciar eso, porque no cualquiera te considera una inspiración.

Guardo el dibujo en el sobre, volviendo a meterlo a su mochila. Se despidió de Izzy para irse a su casa.

Era martes, el segundo día de la semana y de clases. Kurt camina con la mirada gacha entre los pasillos buscando a las únicas dos personas que soportan su actitud en la institución. Su caminata es interrumpida por aquel pelirrojo que roba suspiros de amor en él.

-Hola.- Saludo con una sonrisa Axl.

-Hola.- Regreso el saludo con una sonrisa tímida.

-Quiero hablar contigo de lo que sucedió ayer.- Axl miro a los lados, no había nadie en el pasillo seguro todos ya estaban en sus clase. Saltarse una clase no haría gran diferencia en su expediente, ¿Verdad?.- Pero, hablemos afuera.

-Claro, no hay problema.- Kurt seguía sonriendo como un niño ante el regalo que quería.

Los dos chicos salieron del instituto, quedándose solo en el patio. Se sentaron en una banca que había ahí.

-¿Exactamente de qué quieres hablar?.- Lo miro.

-Sobre lo que me diste y lo lamento.

-¿Lamentarte? ¿De qué?

-Por no verlo cuando querías.

-Oh, no te preocupes. Entiendo que aveces se olvidan algunas cosas.- Le sonrió sinceramente.

-Bueno... ¡Me encantó tu dibujo! ¡Sabes dibujar muy bien! ¡Es solo lápiz, pero está muy bien hecho! ¿Cómo lo hiciste, más bien, cuándo lo hiciste?.- Expreso su amor por el dibujo y a la vez su duda.

-Me gusta que te haya encantado tu dibujo y sobre lo otro, mi inspiración me a visitado en los sueños lo olvidadas. Además, tengo tantos dibujos de ti, que no tengo idea de cuando dibuje ese.

-Oh, bueno. Igual es hermoso.

-Pero no tanto como la persona real.- Axl solo río por el comentario.

-Me has soñado, ¿No?.- Kurt asintió, Axl tomo su mejilla y empezó a acariciarla.- ¿Y qué tipos de sueños son?.- Kurt se sonrojo.

-En ninguno he manchado tu nombre, lo juro.- Dijo con nerviosismo, Axl solo río y quito su mano de la mejilla de Kurt.

-¿Entonces, nunca me has tocado en tus sueños?.- Pregunto con curiosidad.

-No, para nada. Solo te he visto cantar o declamar.

-Oh, bien.

Para Axl, Kurt le daba la pinta de ser un chico muy bueno como aquellos que te enamoran a la antigua, pero con una mente bastante abierta.

-¿Por qué no me pasas tu número?.- Axl pregunto sacando su celular.

Kurt asintió dictándole el número. En eso no le quito la mirada de encima a su niño.

-Kurt, ¿Por qué no me cuentas algo de ti? ¿Cómo te termine gustando?.- A decir verdad tenía curiosidad.

-Me empezaste a gustar desde el año pasado, la primera vez que declamaste. Tú eres diferente a todos. Siempre defiendes tú opinión, no dejas que nadie te diga que hacer, tienes una actitud fuerte y linda, eres amable, eres libre.- Lo miro con una sonrisa enamorada.

-¿Soy libre?.

-Si, como un ave. Vuelas a donde quieras sin importarte nada. Eres libre, para elegir que quieres o no hacer.

-Siempre me dijeron que yo era como una rosa con espinas.- Dijo recordando aquella frase que muchos le solían decir.

-¿Una rosa con espinas? ¿Por qué?

-Porque soy lindo, pero difícil de manejar. Decían que mi actitud son las espinas.

-Pero tú actitud es parte de tu ser. Tú actitud fuerte es solo otro de las cosas que me encantan de ti, porque muestras que eres fuerte ante todo.

Axl sonrió, al parecer Kurt sabía que decir en el momento correcto.

La campana de que había terminado la primera clase sonó, los dos chicos se miraron. Pasaba rápido el tiempo cuando estabas en compañía de la persona correcta. Ambos, se despidieron para ir a sus clases correspondientes.

Hablar con personas que parecen tener una forma especial de ver las cosas, es sumamente divertido y lindo a la vez.