Smile :) Jenlisa

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La sociedad culpaba mucho y juzgaba aquellos omegas que sin compartir un lazo tenían cachorros, Jennie formaba parte de los marginados.
No le molestaba había sido una decisión que tomó el mismo día que su ex alfa la había abandonado en la fiesta de graduación.
Tenía demasiado en que pensar pues sus padres no le dieron paso a su casa, siendo sincera lo esperaba nunca fue el prototipo de hija perfecta para aquella dispareja familia.
Con un maletín de pocas maletas y su abrigo gigante tomó el primer tren a Seul.

El camino  estaba tranquilo la suave sinfonía de jazz  la relajaba, su mano acariciaba serenamente su propia pancita.
—Pequeño bebito no te preocupes, nos irá muy bien. Presiento que nuestra suerte mejorara.

Sin duda una pequeña chica de 18 años Kim Jennie hija de una familia prestigiosa en Busan, omega pingüino.
Muy poca información de la pequeña jennie su aventura comenzaba en Seul.

El tren tuvo un gran viaje de 4 horas, el embarazo aún no era notorio su delgado cuerpo  no permitía ver su primer mes.
La gran ciudad mantenía los ojos de Jennie muy abiertos, tantas luces, colores y sonidos eran arte para ella.

Su primera misión como chica independiente consistía en buscar un pequeño cuarto para descansar, y lo había conseguido. Una de sus amigas le presto una casita muy chiquita en un barrio tranquilo, pero de tranquilo no tenía nada Rose se había excedido con su humildad una gran residencia yacía ante sus ojos, deslumbrando ostentocidad por cada pared en ella.

Con pequeños paso entro a la casita nota do que estaba un poco empolvado, manos a la obra jennie se encargo de limpiar cada rincón de esta y acomodar sus cositas, sus pequeños cosméticos y algunos peluches que alcanzó a llevarse antes de que su padre la sacara a patadas.

Sería un gran comienzo para ella y su criatura, Jennie estaba segura que le iría mejor.