Dangerous Love.

Capitulo: 8.

CAPITULO DEDICADO A MI SOBRINA QUE SIGUE MI NOVELA Y PORQUE HOY ES SU CUMPLEAÑOS :3 TE AMO Y ESPERO QUE TE GUSTE :D...AL IGUAL QUE A TODAS MIS LECTORAS :3

*YAZNEY*

Horts tenía la mirada perdida en la ventana, sus grandes manos presionaban con fuerza el marco de la ventana, yo aún trataba de asimilar un poco sus últimas palabras, no podía creer lo que él había dicho, ¿Cómo que habían abusado de él? ¿Cómo? ¿Quién? Un gran enojo me invadió, él no merecía ser maltratado, era un ser humano y quizá era un psicópata pero nadie tenía el derecho de lastimarlo.

Estoy detrás de él pero no me atrevo a tocarlo o hablarle, después de su confesión se mordió el labio y tragó saliva como si se arrepintiera de sus palabras, quizá una parte de él no quería decirme nada de eso pero lo había hecho. Y una parte de mi deseaba no haberlo escuchado pero mis oídos habían captado cada palabra...Mi precioso psicópata había sido abusado, convirtiéndolo en un demonio.

–Horst. –susurro tan bajo que apenas y puedo escuchar mi voz yo misma.

Él no se voltea, no se gira, no hace nada. No sé qué hacer comienza a ponerme los nervios de punta. –Horst. –esta vez mi voz suena un poco más fuerte.

Horst se gira bruscamente y yo doy un paso atrás cuando su mirada intimidante se encuentra con mis ojos. Trago saliva y bajo la mirada un segundo pero al siguiente vuelvo a mirarlo, su mirada se calma y su frente deja de tener arrugas ha relajado el rostro. Acerca sus manos a mis hombros y yo tiemblo.

–No voy a hacerte nada. –aclara. –Lo siento es solo que... –niega cerrando los ojos por un segundo. –Es solo que nunca se lo dije a nadie y no sé cómo he podido confesártelo a ti. –ahora sus ojos están llenos de odio y miedo al mismo tiempo. Por un momento él no me parece peligroso o intimidante, es como un niño asustado.

–Descuida...no tienes por qué contarme. –le aseguro.

Horst me dedica una sonrisa débil. –No tengo miedo al contarte, pero temo que cuando termine de contarte mi historia tú no me quieras cerca de ti.

Subo mi mano hasta su mejilla y la acaricio. –Siendo mi demonio andante, ¿cómo podré librarme de ti?, eres un psicópata. –le digo con obviedad y algo de burla.

Horst ríe. Una risa hermosa, contagiosa; no es su típica risa malévola nunca lo había escuchado reír de esa manera y me gusta, su risa es hermosa. –Eres demasiado inocente Yazney, me provocas muchas cosas juntas, es increíble.

Por alguna razón siento que me sonrojo. –¿Qué cosas?

–No lo sé, realmente es algo que nunca había sentido, creo que lo asimilaría con el masoquismo.

Frunzo el ceño sin entender.

–Es...complicado. –me suelta de los hombros y se sienta en la cama, yo lo sigo y me siento a un lado recargándome de la cabecera. –Es como si me doliera estar contigo pero al mismo tiempo me gusta y no quiero dejar de sentirlo. –la poca luz que alumbra el cuarto me deja ver sus hermosos ojos verdes los cuales se han tornado más oscuros.

–Vaya... –murmuro sin saber que decirle.

–Lo sé, crees que estoy loco.

Sonrío. –Creo eso desde el día en que te conocí.

Horst ríe una vez más. Joder podría acostumbrarme a su risa. Sonríe aún más, puedo ver todos sus dientes. Se acerca lentamente hasta mí, su aliento tibio choca contra mi boca, se me secan los labios y todos mis pensamientos se evaporan como por arte de magia, él puede lograr borrar todos mis pensamientos. Siento que respira muy despacio y a comparación mía, mi respiración es entre cortada.