Capitulo: 4.

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Capitulo: 4.

*YAZNEY*

Han pasado un poco más de tres años desde aquella noche pero no eh podido dejar de tener pesadillas y escuchar voces desde entonces. Ese hijo de puta arruinó mi vida todo es su jodida culpa. Estoy cansada de odiarlo tanto. Quiero morir pero nunca seré de Horst, él quiere que sea suya pero eso era lo que no iba a pasar, porque no soy de nadie.

<Eres mía>

Me jalo el cabello con frustración, estoy harta, saco la navaja del cajón y la pongo sobre mi muñeca. Respiro profundo. Sé que puedo hacerlo, la presiono un poco y la sangre sale de inmediato cayendo manchando mi pantalón, intento presionarla un poco más pero me acobardo de nuevo y en lugar de presionar más fuerte comienzo a pasar la navaja varias veces por mi muñeca mientras las lágrimas bajan por mis mejillas.

<Deja de llorar>

Observo mi brazo lleno de sangre cayendo, lloro más fuerte y tomo una pequeña toallita para limpiarme la sangre. Los recuerdos de mi padrastro atormentan mi mente y solo logro formular una pregunta. ¿Por qué a mí?

Me levanto y tomo un cigarrillo para comenzar a fumarlo, mientras lo enciendo camino hacia la ventana. Entonces alguien golpea mi puerta un par de veces, tiro el cigarro y me apresuro para ponerme un suéter. Me acerco a la puerta y abro despacio encontrándome con mi madre. Lleva un mini falda de mezclilla y un top verde muy llamativo, va despeinada y su maquillaje esta corrido. Trago saliva. Ella me mira con sus grandes ojos azules y yo hago lo mismo.

–¿Qué hacías? –dice. Su voz es ronca.

–Nada.–me encojo de hombros.

Ella me mira por unos segundos más y luego suspira. –¿Y tu padre?

–Él no es mi padre. –murmuro.

Ella gruñe por lo bajo. –Él es tu padre lo quieras o no.

–Como sea, no sé dónde está. –la miro a los ojos.

Mi madre entra a mi cuarto y comienza a caminar por toda la habitación, buscando no sé qué. Luego arruga la nariz y me mira de nuevo. –¿Fumas?

Me remuevo en mi lugar y juego con mi suéter. No sé qué responderle.

Ella se acerca a mí y toma mi barbilla con su mano haciendo que levante la mirada hacia ella, me sonríe y yo frunzo el ceño. –¿Qué tal si compartes un cigarro conmigo?

La miro por unos segundos, estoy sorprendida con su propuesta. ¿No se supone que las madres te regañan por cosas como esas? Y aquí estaba con mi supuesta madre pidiéndome un cigarrillo. Me alejo hasta mi buro y saco la cajetilla de cigarros, solo me quedan tres por lo que tendré que ir por otra caja, me acerco a mi madre y le estiro la cajetilla, ella toma uno y lo enciende de inmediato con ayuda de su encendedor, tomo uno más y lo enciendo, camino hasta la ventana y luego ella se coloca a mi lado.

–Es gracioso como llegaste a creer que te regañaría. –suelta el humo de su boca y mira por la ventana.

Me encojo de hombros mientras sigo fumando y de igual manera miro por la ventana.

–No pienso regañarte por lo que haces Yazney, cada quién se mata a su manera. –se encoje de hombros. –Solo no te metas conmigo.

–Nunca lo hago. –suelto el humo.

La escucho sonreír. –Lo sé.

Me giro a mirarla y por un momento me pregunto ¿Así me veré de grande? ¿Ese será mi futuro? Su piel está llena de arrugas, tiene manchas cafés, ojeras muy marcadas y labios resecos.

Dangerous Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora