Capítulo: 10

197 18 7
                                    

*YAZNEY*

Al llegar a casa mi tía se levanta de golpe del sillón y corre hasta mí, está muy preocupada y su semblante es muy pálido.

–¡Por Dios Yazney!, ¿dónde te has metido?, estaba tan preocupada. –tiene ojeras bajo sus hermosos ojos claros.

–Lo siento, me distraje por ahí. –me disculpo. –Solo quería distraerme.

–Está bien princesa. –me soba los brazos. –¿Tienes hambre? –me sonríe un poco pero noto que está muy preocupada.

–No, comí ya hace un rato, solo quiero darme un baño y hacer mi tarea.

–Está bien pero antes... –se gira hacia el sillón y me hace una seña con su mano para que me siente con ella, me pongo nerviosa porque no sé qué me va a decir y solo espero que no le hayan llamado de la escuela diciendo que me había ido horas antes de la salida. –Recibí una llamada. –dice mirándome.

Trago saliva, mierda. –¿De quién?

–Del oficial Bernon...Joe se ha mejorado y está en la cárcel. –dice.

Los ojos se me llenan de lágrimas porque sé que no será suficiente que él esté encerrado, estoy segura que buscara la manera de salir y luego vendrá por mí, estoy asustada. Mi tía me abraza en cuanto me ve llorar, mojo su hombro desnudo de lágrimas pero a ella no parece importarle. –Me buscara. –sollozo más fuerte.

–Shhh. –me acaricia la espalda. –No lo hará...Yazney tenemos que ir a juicio.

–¡No! –grito, no quiero verlo, no quiero estar cerca de él, y no quiero que otro hombre me interrogue, sé que Joe podría salir de esta.

–Muñequita. –se aleja un poco de mí y me limpia las lágrimas. –Es necesario hacerlo, te prometo que todo estará bien, él no podrá tocarte. –pero sus palabras no logran convencerme, siento que tenerlo encerrado no será suficiente, lo quiero muerto, lo quiero sin vida. –Si no atestiguas contra él no podrán acusarlo por lo que hizo y entonces si saldrá libre. –me explica e intenta convencerme.

Me muerdo el labio, tengo mucho miedo pero al final asiento y de verdad espero que este haciendo lo correcto. Me levanto del sillón y subo a paso rápido hasta mi habitación. Ahogo un grito cuando veo a Horst sentado al pie de mi cama.

–Lo siento. –susurra. –No quería asustarte.

Cierro la puerta detrás de mí y le pongo el seguro. –¿Qué haces aquí? –me acerco a mi armario para sacar mi pantalón de pijama.

Horst se encoje de hombros. –No lo sé en realidad...pero ¿Qué tienes? Estás más pálida de lo normal.

Suspiro y niego. –Mi tía me dijo que Joe se ha mejorado y que está en la cárcel. –trago saliva y me aterro una vez más. Me imagino a Joe escapando de la cárcel para luego ir en mi búsqueda. –Ahora abra un juicio.

A Horst se le endurece la mirada, cierra sus manos en un puño. –Ese maldito estará encerrado siempre.

–¿Y si escapa? –sollozo.

–No lo hará. –se pone de pie y se para frente a mí. –Y si lo hace yo me encargaré de que no te ponga un dedo encima. –acaricia mi mejilla y ese roce hace que el corazón se me dispare.

–¿Por qué quieres protegerme? –murmuro.

Él me mira a los ojos y pega su frente con la mía, siento su aliento contra mis labios y me provoca querer besarlo pero me contengo. –La verdad no lo sé Yaz, yo...nunca me había preocupado por alguien, nunca quise cuidar de alguien más que no fuera yo pero tú...simplemente tú fuiste la diferencia. –antes de que pueda procesar sus palabras y decirle algo pega sus labios con los míos y me besa ferozmente tomándome por la cabeza con su mano derecha y con la izquierda rodeando mi cintura para pegarme más a su cuerpo, pongo mis manos sobre sus enormes brazos y me aferro a ellos como si sintiera que voy a caer en cualquier momento. Horst se aleja un poco de mí para tomar aire, yo hago lo mismo y cuando él está por acercar sus labios la puerta suena un par de veces.

Dangerous Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora