Capítulo 4. Un dragón

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No tuvo tiempo para responder. Jungkook quitó el freno de mano y el carro dio un acelerón. Al instante controló la velocidad y derrapó sobre el asfalto para dejar el auto en dirección contraria, listo para el descenso. Taehyung no había esperado ese movimiento, su cuerpo fue de un lado para otro, golpeándose la cabeza contra el cristal de la ventana y regresando a su lugar.

"¡Espera!" Sus súplicas no fueron escuchadas. Jungkook aceleró con fuerza y bajó las curvas como un maldito demonio. "¡Espera, no me he puesto el cinturón! ¡Ah! ¡No quiero morir!"

La cosa con la conducción de Jungkook es que era rabiosa y frenética, manejaba muy bien el acelerador y el freno, en este último parecía tener aún mayor habilidad. La carretera al inicio era recta hasta que se encontraba la primera curva cerradísima, Taehyung solía pasearse por ahí, desafiando sus límites y fantaseando con que faltaba cerca de un centímetro para que el trasero de su auto rozara el muro de contención. Lo cierto, es que en el asiento del copiloto y con los ojos puestos en el espejo lateral, pudo ver cómo realmente luce pasar a un centímetro del muro. Todos sus pelos se pusieron de punta, imaginando el ruido del concreto estrellarse contra el auto, ya estaba viendo las chispas salir, su alerón volar por los aires y la pérdida del control en el coche que los haría dar un trompo en el asfalto.

O peor aún, caer por el precipicio. 

Pero no hubo tal sonido.

En su lugar, el motor vibró como una bestia dormida que recién es despertada, rugió recuperando el turno y yéndose directamente a la siguiente curva en la que logró hacer un derrape entero. El humo salió de las llantas quemadas, se alzó como una cortina que cubría celosamente su trasero y que invitaba a preguntarse cuánto más durarían, sin embargo, eso obtenía una respuesta inmediata, pues Jungkook era un maestro y Taehyung ya sabía que estaba controlando perfectamente el desgaste de las llantas.

Taehyung estaba aprendiendo mucho de él. Su sucia fantasía de estar en el copiloto de Jungkook manejando a la bestia del GTR fue cumplida. No estaban en el GTR, estaban en el Supra y maldición, no podía creer lo que estaba viendo.

Dentro de las llantas estaban los frenos y por el espejo, Taehyung pudo ver cómo se ponían de un carmesí mortal, en verdad parecía que con cada vuelta que Jungkook daba se prenderían en fuego.

Lo mejor de todo es que Jungkook no estaba asustado. No se estaba cagando encima como Taehyung que apretaba los puños cada vez que ese desgraciado se atrevía a usar toda la carretera para dar las curvas hasta que el trasero pudiera rozar el concreto. Unos segundos antes de darlas, realmente frenaba como si estuviera a punto de chocarse de frente contra el muro y después, salir volando por el acantilado. Todo su cuerpo estaba tenso, el cuello lo tenía durísimo. Jamás se había imaginado a sí mismo cerrando los ojos durante una carrera de copiloto.

"¡Ah! ¡Nos vas a matar, imbécil, detente!" Gritó con los ojos bien apretados.

Jungkook bufó a su lado, con tono tranquilo y perezoso "Yo estoy al volante, ¿cómo puedes estar preocupado por eso?"

Maniobró con el volante y el carro salió disparado a la derecha "¡Porque tú estás al volante es porque quiero que te detengas!"

"Tonterías" Jungkook a diferencia de los demás, conducía con una mano en el volante y otra en la palanca de velocidades. No cambiaba posiciones por más mortal que luciera la curva, él solo las tomaba como un niño jugando con los Hot Wheels. "Querías sentir adrenalina, bueno, te la ofrezco."

Taehyung estaba agarrado de la manija del auto. Ya había crujido una vez, como señal de que con un poco más de fuerza se rompería en pedazos. La otra mano estaba sujetando su asiento con fuerza por debajo, estaba tan tenso que ni sintió cuando la mano de Jungkook rozó ligeramente la suya.

Asustado hasta la muerte dejó de mirar la carretera donde todo daba vueltas y se centró en Jungkook. El tipo lucía tranquilo, sereno y en paz con su consciencia que estaba a punto de cometer asesinato.

Todo era armonía allí dentro. Hasta parecía que Taehyung estaba exagerando.

Lo cierto es que nunca se había sentido más cerca de la muerte que con él.

El característico sonido del motor formar sus revoluciones cubrió sus orejas hasta el tallo cerebral. Es el sonido que había escuchado tantas veces antes, excepto que ahora se sentía diferente. Todo se veía diferente. Ese era su auto, el Supra que compró con muchos sacrificios, pero no parecía él.

Era un auto nuevo. Y aún así, lo único que de verdad había cambiado era el piloto.

Taehyung ya sabía que algo más importante que el auto y su velocidad, es el conductor. No importa qué tan bueno sea el vehículo, si la persona que está al volante no es capaz de controlarlo, solo es un gran juguete potencialmente peligroso.

De todos modos, comprobó lo que ya sabía al verificar que su auto era obligado a responder a la forma desenfrenada de conducir de Jungkook. Derrapaba como una extensión de su cuerpo que sabe perfectamente su condición general. No había fallas en los cálculos, era la primera vez de Jungkook en él y maldita sea, él ya podía dominarlo con tanta facilidad.

Quizá porque estaba más concentrando admirando en secreto la forma de conducir, dejó de sentir miedo. La adrenalina recorrió sus venas como heroína, una inyección que lo hizo sonreír cuando estuvieron de frente al último segmento de curvas. Jungkook no titubeó y con una velocidad endiablada surcó cada una de sus protuberancias.

Él ya había visto cómo conducía Jungkook, no por nada tenía como objetivo alcanzarlo algún día. Pero una cosa era verlo desde atrás del muro y sentir el humo que expulsaba su auto junto con la ráfaga de aire que llevaba consigo, a vivirlo en carne propia desde el asiento del copiloto. Lucía más peligroso desde esta nueva vista. Dejó de agarrarse como si su vida se fuera en ello y empezó a analizar la forma en que conducía. Jungkook le estaba dando la oportunidad de entenderlo, prueba de eso estaba en haberlo dejado del lado del copiloto.

Taehyung tenía la forma de conocer secretos de él.

Tomó nota mental de todo lo que veía y lo guardó muy bien. Definitivamente lo usaría cuando recuperara el control de su auto.

"¿Mn? ¿Ya no tienes miedo?" Preguntó echando un pequeño vistazo.

"¿Así manejas siempre?" Contestó en su lugar.

"Algo así, tu auto es más ligero. Derrapa más en el descenso y es más fácil de controlar." Giró el volante y cambió la velocidad "Además, el volante no es tan duro."

"Pero el GTR es más rápido."

"Oh, sí, desde luego" Tarareó y a lo lejos ya se podía ver la última curva, la seguía
una recta y luego varios comercios locales, escuelas y demás. Jungkook aceleró un poco más, disfrutando de los últimos kilómetros.

"No tengo miedo." Respondió a la pregunta inicial "Creo que para ser la primera vez que manejas un Supra, lo haces bien."

Jungkook no dijo nada y pronto llegaron a la civilización. El motor del Supra era ruidoso por naturaleza, como metralletas siendo disparadas por dos poderosos tubos de escape, así que siempre lograba que las personas voltearan a verlo, esta vez, Jungkook lo hizo aún más ruidoso. En una ocasión, Taehyung vio como recorrieron las cortinas de un local solo para ver el deportivo pasar.

El Supra rugió con esa nueva voz suya y Taehyung no pudo evitar sonreír. Jungkook fue a trote lento por las calles hasta llegar a su edificio, ahí aparcó, se quitó el cinturón y le entregó las llaves. Abrió la boca y dijo "Uno esperaría que fuera más lento" empezó y Taehyung supo que algo venía después, excitado por esa nueva experiencia, sonrió tontamente  "resulta que solo es su conductor habitual."

En un segundo de confusión, Taehyung estuvo a punto de darle las gracias.

Entró en razón y enarcó la ceja. "¿Estás diciendo que soy lento?"

Sin miedo a la muerte, susurró: "Como una tortuga."

I'll catch you in oversteer [TaeKook/KookTae] [Completa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora