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Jimin observa la hora, faltaba poco para las siete y Yoongi aún no llegaba. Se quedó esperando media hora más, pero si esperaba más no llegaría a tiempo a la escuela. —Tal vez no fue en serio lo que dijo... creí que era mutuo por un momento.— Suspiró y se marchó.

Una vez ya en el salón, la ausencia del pálido continuaba. —Lamento llegar tarde.— Apareció.

—¿Qué hora crees que es? Ve a tu asiento.

—Sí, profesor.— Sorprendió a todos al ver que tomó sus cosas y volvió a sentarse junto al castaño.

—Min ¿Por qué te cambias de asiento otra vez?

—Quiero sentarme con él.

En la hora del almuerzo, Yoongi le lleva todo un almuerzo pedido de un restaurante, lo deja sin decir nada y se va.
Más tarde, vuelve hasta él, dejándolo sorprendido. —¿Vas a casa o al club? Te llevaré.

—A casa...— Mintió.

—Te ves cansado, no vayas a trabajar, ve a casa.— Sugirió preocupado.

—Necesito el dinero para vivir.— Se confundió más al ver la expresión angustiada que traía el otro. Entonces, los brazos del pálido lo envolvieron en un cálido abrazo. Ese tacto, ese toque que tanto extrañaba.

—¿Qué pasa?

—¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer para ser bueno contigo?— Recargó su frente en el hombro.

—¿Qué te sucede?— Yoongi ejerció fuerza para que los dos se desplazaran hasta el suelo, terminando sentados, pero aún abrazados. Esta vez, coloca su rostro en el pecho del castaño. Jimin levanta la mano para acariciar su cabello, pero recuerda las palabras de su rival el día de la fiesta, entonces se detiene. Yoongi toma su mano en el aire y la coloca en su cabeza finalmente. —¿Estás bien?

—Sí.

—No suena a que lo estés...—  Estaba realmente preocupado.

—Jimin, no sé qué hacer.— Habló con un hilo de voz.

—¿Te metiste en problemas?— Continuó dejándole caricias.

—No... no sé cómo enfrentarte.— Susurró sin ser escuchado y se levantó. —Vamos, hay que ir a trabajar.— Le sonrió mostrando sus encías.

Al llegar al club, los trabajadores festejaron internamente al ver que se habían reconciliado.

—Jimin, necesito decirte algo.

—¿Otra vez? Dime.

—Te gusto ¿No? Puedes aprovecharte de mí a partir de ahora.

—¿Disculpa?

—Que puedes hacer lo que quieras ¿Necesito decirlo literalmente?

—¿Tú entiendes lo que estás diciendo?

—¡Lo sé!— Tomó la mano del castaño y acarició su mejilla con ella, dejándolo atónito. Tomó la otra mano y la llevó hasta su pecho, para que note lo rápido que latía su corazón. —En otras palabras, estoy a tu disposición.

—¿Qué sucede contigo?

—¿Por qué cierras los ojos? Mírame, por favor.

—¿Huh?

—¿Quieres que te bese?

—¡No! ¿Por qué demonios piensas eso? ¿Tú eres hetero? ¿Realmente estás bien con esto?

—Si esa persona eres tú... no me negaré en absoluto.— Acortó la distancia y le robó un beso rápido, sintiendo que el tiempo de paralizaba. Fue un simple roce, pero alteró todo sentido que pudiesen tener. —He querido hacer esto hace tanto tiempo.

Sin embargo, lejos de permitirse sentirse emocionado, Jimin sintió una punzada en el pecho.

—Puedo sentir que quieres hacerlo porque te sientes mal por la pelea, pero no tienes que sacrificarte por eso.

—¡No es por eso! ¿Por qué dices eso?

—Con ser amigos está bien, no necesitas esforzarte para esto.

—¿Por qué es tan difícil dejarlo en claro? ¡No me estoy forzando!

—Nos hemos arreglado hace poco, no quiero volver a pelear contigo, así que me iré a seguir trabajando. Nos vemos.

—No puedo creer que no podamos llegar a un acuerdo.— Se acercó hasta él, lo tomó de la muñeca y lo empujó detrás de las cortinas de aquella ventana que limpiaban; allí, posó sus manos sobre las dos suaves mejilla y volvió a acercar sus labios, esta vez, en un beso más duradero, dejándose vencer y cerrando, ambos, sus ojos. Yoongi se separó lentamente para hablar, aún con los vértices de sus narices rozando. —¿Crees que me estoy obligando?

—Tú...— Jimin se alejó con el rostro en llamas. —¿Tienes idea de lo que haces?— Tocó sus labios recordando la sensación.

—Por supuesto que lo sé, te besé.— Empuñó las manos sobre las cortinas. —¿Estás enojado conmigo?— Yoongi volvió a acercar sus rostros. —¡Tenía que hacer algo para demostrarte que no estabas en lo correcto! Dime ¿Estás molesto?

—Yo...  me preocupas. Mejor iré a seguir limpiando.

—Déjamelo a mí, descansa.— Yoongi se fue con una gran sonrisa y continuó su trabajo, luego de unos minutos soltó una risa al ver que Jimin aún se encontraba escondido detrás de las cortinas. —¿Por qué sigues allí?— Se acercó y comenzó a picarlo con su dedo a través de la tela.

—Ignórame.

—Jimin... ¿No habías dado un beso antes?— Estiró su mano y Jimin posó la suya de la misma manera, siendo separados por la cortina, entonces, también juntaron sus frentes a través de esta.

—N-no...


Meet Me After School [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora