L1: Capítulo 7: Disfraz de Halloween

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Narra el Narrador

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El tiempo en Hogwarts pasaba volando, como se dio cuenta Lyca al notar que ya era Halloween.
Una lechuza le había traído aquella mañana galletas con forma de calabazas, iguales a las que solía hacer su madre durante sus primeros años de vida. Pero ella sabía, que la que había hecho aquellas galletas había sido Miranda y no su madre.
Apartó aquel pensamiento de su mente y se preparó para aquel día.
Hermione también se había levantado temprano, pero la ignoro completamente; como llevaba haciendo desde que Lyca no la había apoyado al dar su opinión. Pero Lyca no estaba arrepentida, ella seguía convencida de que las palabras que había dicho eran las correctas, así que no se iba a esforzar por hacer a Hermione cambiar de opinión.

Mientras se ajustaba la corbata y tomaba la caja de galletas, se debatió si despertar a Lavender y a Parvati. Ambas seguían en el séptimo sueño, y Hermione no había tenido ninguna intención de despertarlas, ya que había salido de la habitación unos pocos minutos antes sin despedirse.
Decidió que solo despertarlas no sería suficiente, ya que podrían ignorarla y seguir durmiendo, así que optó por un aguamenti para espabilarlas y salir de allí la más rápido posible.
En cuanto salió de la torre de Griffindor, el aroma a calabazas asadas flotando por los pasillos inundó lo más profundo de su ser. Lo mejor de aquel día fue cuando en la clase de Encantamientos el profesor Flitwick anunció que pensaba que ya estaban listos para empezar a hacer volar objetos, algo que todos se morían por hacer; desde que vieron cómo hacía volar el sapo de Neville. El profesor Flitwick puso a la clase por parejas para que practicaran.
La pareja de Lyca era Neville Longbottom, a la chica no le importaba lo más mínimo la reputación que tenía el chico con los accidentes, ella sabía muy bien cómo lidiar con esa clase de situaciones.

Flitwick: Y ahora no os olvidéis de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando- dijo con voz aguda el profesor; subido a sus libros, como de costumbre-. Agitar y golpear; recordad, agitar y golpear. Y pronunciar las palabras mágicas correctamente es muy importante también, no os olvidéis nunca del mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y se encontró tirado en el suelo con un búfalo en el pecho.

No debe ser tan difícil- pensó la chica.

Si que era difícil. Lyca había repasado una y otra vez sus apuntes, repetía una y otra vez en su cabeza las palabras de Hermione; cuando está consiguió elevarla a más de un metro.

Lyca: ¡Wingardium liviosa!- exclamó, pero la pluma parecía no tener intenciones de elevarse ni un centímetro.

Tendré que pedirle ayuda a Reg.- Se dijo, por qué Astrid no parecía tomarle demasíada importancia a los estudios, pero de alguna manera, siempre se las arreglaba para salir bien en todas las materias.

Al salir del aula, vio a Hermione con la cabeza gacha, intentando aguantar las lágrimas. No la vio en la siguiente clase, ni en toda la tarde, según Parvati Patil; la niña se había encerrado a llorar en el baño de las niñas.

Antes de la cena, Lyca fue directamente a su habitación, el día antes había confeccionado con algo de prisa, un disfraz de fantasma para Halloween; estaba hecho de una vieja sabana que Teseo había roto, le hizo dos orificios donde irían los ojos, y listo. No era como los disfraces divertidos y, algo ridículos con los que se solían vestir Lorelei y ella, pero algo es algo.
Antes de salir, tomo una cámara de fotos que le había regalado Melissa para su cumpleaños, y bajo lo más rápido que pudo hacia el Gran Comedor, ignorando en su camino las miradas de curiosidad que le dirigían los alumnos.

??: ¿Se puede saber que demonios traes puesto?- se oyó una voz de desaprobación.

Lyca, al darse la vuelta se encontró de frente con su amiga, la cual la miraba con incredulidad.

¡¿Reencarne como la hija de Remus Lupin?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora