Abro los ojos de golpe, asustada.
¿Qué ha sido todo eso? ¿Qué clase de sueño fue el que tuve?
Miro alrededor y las plantillas de la gabardina que estoy haciendo están destrozadas. Me he quedado dormida en el piso de mi habitación en medio de papeles y trazos. El reloj, en forma de caca en mi mesita de noche, indica que me he despertado una hora antes de la habitual para ir a la universidad. Cosa que no suele sucederme a diario, sin embargo, ese extraño sueño que tuve me hizo despertar con el corazón a mil.
Fue terrorífico ver cómo mi cojín de caquita recién comprado cobraba vida y me perseguía por toda la casa para que le espichara “el grano”.
¡Oh por Dios!
¿Qué fue toda esa locura?
Lo busco y lo veo ahí tirado a mi lado, inofensivo y lindo, con sus ojos de corazones. Respiro aliviada al ver que sigue siendo un objeto inanimado y no un moreno desnudo caminando por mi alcoba. Pienso en Lara y en que todo es su culpa por insistir tanto en dejar mi obsesión con poop.
Muevo la cabeza incrédula de que mi mente pueda recrear un sueño tan loco.
Recojo los patrones que he creado y trato de organizarlos para que queden presentables para mi trabajo. Voy directo a la cocina con los ojos casi cerrados por el sueño y cojo la caja de cereal junto con la de la leche.
No sé por qué pensar en leche, me ha dado escalofríos de repente.
Para mí levantarme a esta hora es como haber madrugado una semana, así que, entre dormida, estoy viendo a la nada, tratando de entender el sueño donde una caca se convertía en un chico, guapo además.
Me quedo mirando la caja de cartón blanca con manchas negras y entrecierro los ojos. Me resulta sospechoso y no me gusta para nada que esa vaca me mire sonriente, porque: ¿Quién sonreiría así, si te han apretado las ubres para sacarte leche? Me toco las mías instintivamente y…
—¡Auch!—. Hago una mueca de disgusto. Me he metido tanto en el papel de la vaca que siento mis pechos doler.
—También botan leche. Como mi grano—. Casi grito cuando escucho su voz que me termina de despertar.
Lo veo caminar hacia mí y todavía me siento confusa. Viene con ojeras que demuestran que no ha dormido nada, pero con la sonrisa de alguien que ha descubierto la cura al cáncer. Por un momento no comprendo de quién se trata, pero casi de inmediato caigo en cuenta de que no fue un sueño. Los flashbacks del día anterior empiezan a repetirse en mi mente, despertándome completamente. Y asimilando mi realidad.
—Ahora que lo sabes. Espero que no lo sigas llamando grano, sino por su nombre.
—Ah, sí. Aprendí mucho anoche. Leí toda la información al respecto e incluso vi algunos videos educativos. ¿No es fantástico todo lo que hace? ¿Sabías que…?
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El Amor Es Una Mierda [ONC2024]
Mizah° Misión: volver al cojín de emoji de caquita a su estado original. Obstáculo: No sé cómo diablos hacerlo. °