Capítulo 04

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En la agencia de Jeff todo estaba tan animado como siempre, y justamente ese día eso le fastidiaba de sobre manera. La cabeza le dolía de una manera horrible y por su propia estúpides no había tomado nada para el dolor, ni había ido a mirar qué era, pero llevaba dos semanas con un dolor horrible.

Salió de su oficina a la cafetería en busca de un té caliente que le ayudara a aminorar el dolor. Estaba en la barra esperando ser atendido y se giró un momento al oír la suave risa de Bible que provenía de una mesa algo lejana, estaba hablando con Perth. El azabache resopló malumorado, ¿es que Perth no iba hacer distinción entre hombres para ligar?

Suspiró e intentó olvidar al pelinegro coqueto, pensando en cambio en su pareja sustituta. A decir verdad, Bible ya llevaba un día allí y se había integrado muy bien, era como si hubiera sido de SOS desde siempre.

Lo que le extrañaba era Ta y lo que decía de él. El castaño no era una piedra ni nada de eso, en realidad era bastante abierto y se adaptaba muy bien a las situaciones. Era eso, o estaba fingiendo demasiado bien, y era algo que le extrañaba pues Jeff sólo conocía a una persona que sabía fingir muy, muy bien: Barcode. Barcode era una persona que daba igual lo triste que estuviera por dentro, conseguía disimularlo realmente bien. Suspiró.

¿Cómo le estaría yendo a Barcode? ¿Se habría adaptado bien a BOC? ¿Le estaría echando de menos? Porque la verdad era que Jeff no le echó de menos en todo el día, sintió como un peso de sus hombros se iba, pero por la noche sintió que le faltaba algo y a los minutos cayó en cuenta que era el pequeño castaño. Primero que todo era porque había dormido en el sofá, no iba a dejar que su invitado durmiera incómodamente, y segundo porque le faltaba algo cálido arropado contra su pecho. Y es que tenía que admitir que aunque no lo pareciera por su máscara de hielo, Barcode era realmente cálido. Era alguien que daban ganas de proteger y cuidar.

Suspiró de nuevo, ¿qué hacía ahora pensando en Barcode? ¡Se suponía que había organizado todo el jodido juego para olvidarlo por una semana!

Regresó a la realidad cuando notó a la chica de la cafetería llamando su atención con la taza de té en las manos. Medio sonrió y recibió la taza cuando de pronto le dio otro jodido dolor de cabeza, cada vez le palpitaba más y más fuerte, y en ese momento pensó en que era un idiota por no escuchar a Barcode e ir a ver a un médico para que le diera algo medianamente útil.

Caminó de vuelta a su oficina y se tomó el té esperando que funcionara al menos un poco, no lo hizo. Aunque el dolor disminuía por minutos y le dejaba pensar con tranquilidad, siempre volvía a regresar.

Finalmente terminó su jornada y fue en busca de Bible, esperando que él también hubiera terminado para poder ir a su piso y dormir.

Estaban andando por el estacionamiento cuando Jeff volvió a sentir otro fuerte dolor de cabeza que lo hizo quejarse y llevarse una mano a la cabeza. Bible volteó a verlo extrañado.

—¿Qué te pasa? ¿No te sientes bien? —le preguntó.

El azabache estuvo a punto de responderle irónicamente que se encontraba de maravilla, pero no dijo nada, Bible no era el culpable de sus problemas, solamente le había preguntado con toda su buena intención.

—Me duele un poco... la cabeza —le respondió sabiendo que era una idiotez ocultarlo.

—¿Cuándo ha sido el último analgésico que te has tomado? ¿Cuáles son tus síntomas? —empezó hacerle preguntas un tanto preocupado, quedándose parado para poder examinarlo mejor.

—No he tomado ningún analgésico, no me gusta medicarme —le explicó con sinceridad, dejando que el castaño le tomara la temperatura. Sintiendo un escalofrío cuando sus manos frías tocaron su piel.

—Tienes fiebre, pudiste decirme antes para acompañarte al médico. Venga, te llevaré con tu doctor —Bible no le estaba preguntando, por lo que Jeff no podía intentar si quiera negarse.

El azabache resopló, lo único que quería era ir a dormir, pero su forma de hacerlo callar no funcionaría, porque a pesar de que en las normas del juego si que estaba permitido besarse, no le apetecía nada.

—No tengo un doctor —le dijo seriamente—. Y no pienso ir a uno por un simple dolor de cabeza —el castaño ni se inmutó por la negativa, lo que le pareció extraño.

—O mueves tu jodido culo o te arrastro yo mismo hasta allí, tú decides —lo amenazó con seriedad.

Si la cabeza no estuviera a punto de estallarle, le hubiera parecido de lo más atractivo su atrevimiento. En realidad, nunca hubiera creído que Bible podía tener tan mal carácter, era incluso peor que él mismo. Eso podría gustarle.

Al final no consiguió llevarle la contraria y se dejó llevar al doctor, el cual le dijo que se trataba de una cefalea tensional, que ocurre cuando los músculos del cuello y del cuero cabelludo se tensionan o se contraen como respuesta al estrés o la ansiedad. El médico le recetó unos antinflamatorios que le cayeron especialmente bien, y le sugirió usar compresas frías.

Al llegar a su domicilio el castaño le ordenó tomar una ducha con agua tibia, de la cual salió con una sonrisa, por primera vez en días se sentía bien, sin ningún dolor. Bible había mandado a pedir comida y le preparó una compresa fría.

Estaban en la sala, Jeff recostado boca arriba en el sofá y Bible sentado en el suelo recargando su espalda en el mismo, vigilando que su temperatura no volviera a subir. Cuando la comida llegó, se sentaron a cenar en la mesita de centro de la sala y unos minutos después el castaño carraspeó su garganta llamado la atención del azabache. Jeff sabía que eso significaba que quería hablar de un tema que no le iba a gustar.

—¿Cuánto llevabas con los dolores de cabeza? —preguntó y Jeff alzó una ceja.

—Dos semanas. ¿Por?

—¡¿Y en dos semanas Barcode no te dijo ni una sola vez que fueras al médico?! —le preguntó sorprendido.

Jeff sintió como si le cayera un balde de agua fría en la espalda. Claro que se lo había dicho, pero lo había ignorado, y en ese momento se sintió un poco avergonzado de no haberle hecho caso.

—Sí. Muchas veces me lo dijo —le contestó en un susurro, y Bible lo miró extrañado—. Y si la pregunta es que por qué no he ido al doctor antes... diré que soy alguien bastante orgulloso —se sincero agachando la mirada, perdiéndose la sonrisa que apareció en el rostro de Bible—, así que no le hacía caso. Llegué a enfadarme con él cuando me insistió mucho con el tema —recordó, sintiéndose como una mierda al instante pues Barcode solo se preocupaba por él, y por su orgullo idiota le había tratado muy mal.

—Supongo que sabes que merece una disculpa sincera, ¿no? —le preguntó aún sonriendo, Jeff, al verlo, sonrió levemente.

—Sí, tienes razón. Gracias —agradeció con sinceridad. Bible se extrañó por eso y su rostro cambió a uno de burla.

—¿Gracias por ser tu asistente médico o tu psicólogo? —le cuestionó con burla, haciendo a Jeff sentirse avergonzado, sus mejillas coloreandose un poco.

—Que sepas que no te voy a dar más las gracias —le respondió de manera indignada mirando a un lado, sintiendo el calor subir por su rostro al haber quedado mal delante del castaño. Eso hizo que este empezara a reírse divertido.

—Que orgulloso, incluso más que Ta —le dijo sin parar de reírse.

Jeff no pude evitar sentirse contagiado por su risa, se le hizo una melodía hermosa.

Realmente Bible no era un mal chico. Jeff podría acostumbrarse a estar con él.

❝Intercambio de Parejas❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora