Capítulo 8

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Me encuentro en un restaurante cercano a la empresa, estamos leyendo el menú. No entiendo nada de lo que dice en el menú, creó que es francés o algo así.

-¿Que vas a pedir dulzura? - dice Aithen.

Miró el menú, lo miro a él, vuelvo a mirar el menú y al final optó por decirle que no entiendo ni mierda.

-Aithen no se que idioma es ese, por ende no entiendo nada - le digo avergonzada.

-aww que ternurita dulzura, te sonrojaste - dice apretándome los cachetes - ven te enseño aquí tienes la opción de lasaña, espaguetis, albóndigas, todo tipo de pasta- me explica.

-No me sonroje, solo que parece que soy alérgica a algo si - le digo, el por su parte solo sonríe - y elegiré lasaña- le digo.

El asiente y llama al mesero, valla mesero, es alto, rubio y con ojos azules. Que barbie.

-¿Que desean ordenar?- Pregunta mirándome.

Antes de que pueda responder Aithen lo mira, me mira y responde.

-Lasaña, Espaguetis y vino blanco- dice de mala gana?.

El mesero asiente, me mira y se va. Aithen y yo nos quedamos en silencio, un silencio bastante Incómodo.

-¿ Te gusta el mesero? - Pregunta.

Demoró unos segundos en responder y luego literalmente estalló en carcajadas, el me mira y a excepción de la mayoría de las veces no está sonriendo como de costumbre, me mira neutro esperando mi respuesta.

-Claro que no me gusta y por que te pones así - le digo siento yo ahora la enojada.

Al parecer se da cuenta de su error por que a los pocos segundos me mira arrepentido creó.

Antes de que el diga algo, llega el mesero con los pedidos, solo que esta vez ni me mira. No me mal entiendan no me importa si me mira o no me mira, solo que me parece que se dio cuenta de que su mirada me incómoda.

Aithen tampoco me mira y ahora que le pico, en verdad esta Lasaña es la gloria, esta buenísima la mejor que he aprobado. Así que decido romper el Aisberg que se está formando aquí y le digo.

-Esta es la Lasaña más sabrosa que he aprobado - le digo.

El solo asiente, sin mirarme. Será que sigue enojado?

-No vas a decir nada - Pregunto.

Su enojo me supera demasiado, así que decido terminar mi lasaña lo más pronto posible, por que pues claro que no la iba a dejar por que Aithen tenga un cambio de humor muy intenso, por no decirle chica.

Sin decirle más nada me paro de la silla y salgo del restaurante, lamento no haber traído mi cartera, Aunque de igual manera no hubiera podido pagar nada ese jodido restaurante es para ricos. No me voy a molestar dándole explicaciones a Aithen si es que pregunta por que me fui.

En el retorno nuevamente a la oficina, pienso en que le habrá pasado a Aithen será que en en serio tiene hormonas de mujer. Bueno ya no lo pondré en duda después de esa actitud tan extraña. Al llegar al edificio están todos pendientes a sus asuntos y la verdad joder es que amo eso, me molesta bastante cuando las personas me miran como si fuera un parque de atracción o los hombres como si fuera un taxi donde se pueden montar, los hombres y sus cosas bah...

Llegó por fin a mi puesto, las llamadas no paran y menos los mensajes, siento unos pasos acercarse pero no me molestó en mirar, ya que se de quienes son o eso creó. Oigo un carraspeo y pues decido mirar, mis pies comienzan a temblar y mis ojos a picar al ver a nada más y nada menos que ha Héctor mirándome fijamente con esos ojos negros que solo transmiten terror, no tengo ni el valor, ni las ganas de enfrentarlo, simplemente me supera todo de ese hombre, desde su horrible mirada hasta sus terrible vocabulario, no se si es por el odio que le tengo pero ese hombre es totalmente indeseable. Es irrespetuoso y terriblemente dominante. Aunque quiera hacerme la fuerte es inevitable, le temo, temo por mi vida pero sobre todo por la de mi hermana.

-Se que me quieres pero no me lo demuestres de esa forma- dice con su asquerosa y horripilante sonrisa.

No me da tiempo ni ha responder cunado me coge del brazo y me pega hacia él. Le ruego a Dios que este psicópata no se le ocurra hacerme nada nuevamente. No creó poder soportarlo otra vez.

- Dime bebe apuesto a que ya me querías ver, a que si- dice baboseando mi mejilla y trazando una línea hacia mi cuello.

Es repugnante y asqueroso sentir su aliento cerca de mi cuerpo, lo detesto en todo el sentido de la palabra, es su voz, su sonrisa, su aroma, sus características, es todo de él lo que me irrita.

Cuando vuelvo a mirarlo, esta tocando mi trasero, antes de que pueda retener las lágrimas, ellas me ganan y soy un río al borde.

-¿Qué está pasando aquí? - Pregunta Aithen?.

En un abrir y cerrar de ojos ya Aithen lo tiene en el piso literalmente matándolo a golpes, se lo merece más de ahí pero no quiero que Aithen se ensucie las manos con esa basura. Seguridad llegó supongo que al oír los ruidos y se llevaron a Héctor y por más que trate de no mirarlo, lo hice joder y susurro unas palabras más bien leí sus asquerosos labio y dijo : nos vemos ramera. Solo esas palabras bastaron para darme cuenta de que mi vida sería siempre eso una montaña rusa aveces alta y soñando y otras bajas y lamentando.

Mire a Aithen quien me miraba curioso, genial ahora para mejorar mi día tengo nuevamente al cerdo de Héctor siguiendo me los pasos y a un Aithen mirándome curioso genial simplemente genial...

my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora