Capítulo 19 - Espera , todavía te quiero

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Primera Parte

Amando y peleando
Acusando y negando
No puedo imaginarme un mundo sin ti





- ¿Mamá, papá? - preguntó Ainhoa perpleja.

Sus padres se hicieron paso a su apartamento y ella fue a su encuentro, detrás permanecía Luz con Coco , quietos y en silencio.

- ¡Alaba! - le dijo su madre sonriendo de felicidad y la envolvió en sus brazos.

- Ama - devolvió Ainhoa aceptando el abrazo de su madre.

Llevaba tiempo sin verlos , en parte por la distancia, en parte por decisión propia.

Es que aquella mujer y aquel hombre , eran todo lo que Ainhoa no era.

Eran extrovertidos , entusiastas , habladores, y a la pelirroja a veces le resultaban abrumadores , por ello cuando más calma necesitaba en su vida , más distancia imponía con ellos.

Los amaba, claro que los amaba. Siempre habían estado para ella en las buenas y en las malas , pero sus padres de privacidad e independencia no sabían mucho. No entendían nada.

Y aquello para Ainhoa podía resultarle agobiante.

- ¿Qué hacéis aquí? - preguntó mientras recibía los dos besos que su padre le daba.

- ¡Hola! - hizo el hombre , ignorando por completo la pregunta de Ainhoa.

Entonces la pelirroja se percató que su mirada y su saludo iban dirigidos a otra persona , a la persona que ella por un microsegundo había olvidado que estaba allí.

, los Arminza abrumaban de tal modo a Ainhoa.

- Hola - devolvió Luz con una timidez que a la pelirroja le estrujó el alma.

Su madre la miró, esperando una presentación.

- Ella es Luz , una amiga y compañera del Hospital.

Oyó el suspiro de Luz aunque haya sido chiquito.

Lo oyó porque ella misma se retractó de sus palabras apenas habían salido de su boca.

Pero las había dicho.

Las había dicho , y ahora sus padres saludaban entusiasmados a su amiga , a su compañera.

- Luz , ella es Edurne , mi madre . Y él es Iñigo , mi padre - comentó Ainhoa mientras los padres de Ainhoa se abalanzaban sobre la morena.

Luz aceptó los saludos y los breves comentarios que le hicieron , pero ya no se sentía bien allí.

Las palabras que Ainhoa había utilizado para presentarla a sus padres , le habían dolido más de lo que alguna vez pudiera confesar.

- Creo que es mejor que me vaya , y los deje solos - dijo Luz con voz chiquita , tomando a Coco de su collar para ponerle su correa.

- ¡No , por favor, quédate! - comenzó la madre de Ainhoa - Sólo hemos venido de visita, no nos quedaremos mucho tiempo , intentamos comunicarnos con Ainhoa - hizo mirando a su hija - pero no nos respondió las llamadas , y nos tomamos el atrevimiento de usar la llave , creímos que quizás todavía estabas en el Hospital - terminó su madre , dándole toda la explicación que sabía su hija iba a pedirle.

Ainhoa fue corriendo a comprobar su móvil que lo había dejado abandonado en la cocina apenas habían vuelto esa mañana con Luz.

Era verdad , tenía dos mensajes de texto de su padre y cinco llamadas perdidas de su madre.

Nunca había odiado tanto haberse dejado el móvil en silencio.

Cuando volvió su vista a la sala , Luz la miraba con los ojos morenos más tristes que jamás había visto.

La había cagado.

- ¡Ya sé , iremos por unas pizzas y en seguida volvemos! - exclamó su padre que estaba contentísimo.

- Aita ... - intentó Ainhoa , pero el hombre ya había dejado su pequeña maleta de mano en la entrada del apartamento y preparaba su billetera para afrontar el gasto.

- ¡Ya volvemos! - hizo su madre con las mismas ganas.

De pronto , quedaron en silencio.

Un momento que se hizo eterno.

El silencio las envolvía de tal forma que Ainhoa se sentía asfixiada.

Sus padres habían ingresado cual torbellino.

Y sus palabras, erróneas, incorrectas, habían salido de su boca sin pedir permiso, y ahora ... después de aquellos minutos caóticos, volvían a estar solas por un momento.

Sólo Ainhoa y Luz , y Coco a los pies de su dueña , listo para cualquier orden que la morena le fuera a dar.

- Luz ... - comenzó Ainhoa , pero no sabía bien qué decir.

Un acto de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora