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OMNISCIENTE

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OMNISCIENTE

La noche había caído en la ciudad de Mykonos, Grecia. Por más que hacía una alta temperatura, en la habitación de la fémina estaba a una temperatura perfecta lo cual hacia que no pasara calor ni frío.

Jude, se encontraba en la habitación de Hazel, para ser más específico estaban abrazados el uno al otro, disfrutando de la presencia del otro, los mimos y los besos obvio que no podían faltar.

Mientras que la fémina se encontraba sentada en el regazo del morocho para asi tener más facilidad al besarlo. Hazel, sintió como las cálidas manos de Jude se posicionaba en su cintura haciendo presión. Aquel acto generó un cierto entusiasmo en ella, empezaba a creer saber lo que eso podría significar, y eso le generaba cierta curiosidad.

Debido a la falta de aire, ambos tuvieron que separarse de aquel beso. Sus miradas se chocaron, y a Jude le fue imposible no dedicarle una tierna sonrisa, para sus ojos Hazel era la chica más hermosa del mundo. La alegría se apoderaba de su cuerpo al saber que aquella atracción física era mutua.

Agarró uno de los mechones de pelo de la fémina para acomodarlo tras su oreja, masajeo su mejilla para luego volver a unirse en un beso, pero volviero a separarse, aúnque esta vez la falta de aire no era la culpable.

─ Jude... yo ─ la mirada de Hazel se encontraba posada en los gruesos labios del morocho, había soñado poder besarlo desde chica, y ahora lo estaba haciendo.

─ ¿Qué pasa linda? ─ él sabía perfectamente que aquella palabra le causaba ilusión a la castaña, y lo confirmó cuándo la vio sonreír.

─ Tengo que decirte algo ─ incluso ella misma se sorprendió de que pudo decir una frase completa sin dudar o ponerse nerviosa.

─ ¿Ahora? Sabes que lo único que quiero hacer en este momento es besarte ─entre risas, rodeó su cintura haciendo que ella quedara bajo de él sin aplastarla.

A Hazel le fue imposible no volver a besarlo, Jude se veía tan lindo desde aquella perspectiva, aúnque para ella, él siempre se veía lindo.

─ Ya en serio, tengo que decirte algo ─ tras escuchar de nuevo aquellas palabras, solo asintió para saber que es lo que ella tiene para decir ─ Jude, yo... hace mucho que... ─ la vergüenza se apoderó de ella, su cara se empezó a tornar de un color carmesí, sus manos cubrieron su cara, estaba nerviosa porque no sabia cual sería la reacción de él.

La fémina sintió como depositaban un camino de cortos y dulces besos por todo su cuello hasta su clavícula. Se tenso al sentir aquella reacción por parte del morocho, no se lo esperaba en absoluto.

─ No te preocupes por eso... ─ cuando Haz escucho aquéllas palabras, saco sus manos que cubrían su rostro. La tranquilidad y naturalidad con la que Jude había dicho eso hizo que se quedara helada, parecia que el morocho tenía más para contar ─ Tampoco te voy a obligar a hacer algo que no queres. Cuándo te sientas segura será el mejor momento, pero yo no te voy a obligar a nada.

𝗬𝗨𝗔𝗡𝗙𝗘𝗡 » jude bellingham.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora