Una eternidad a tu lado. (Eimiko)

Encuentro inesperado+El celo de Yae

Los híbridos tienen costumbres tanto humanas como animales, una de las características animales que tienen es que pueden entrar en celo cada cierto tiempo, (en este universo serian cada tres meses) suele durar dos o tres días aproximadamente, estar en celo te puede causar algo de fiebre, tu cuerpo se sentira mas caliente de lo normal y tus hormonas estarán bastante alborotadas, para reducir los efectos de este se pueden tomar unas pastillas especiales que duran unas 24-30 horas, tomar esto es de vital importancia para los híbridos mas jovenes si no quieren sufrir accidentes por estar en tal estado.

Hay otra manera de reducir los efectos, pero este sería un tanto más íntimo, por decir así, si en tu estado recibes la 'atención' que necesitas tu cel uno reducirá enormemente, será como una pastilla, pero obviamente no es mejor manera de reducir este.

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Cuando se fueron las amigas de Miko, está quiso ir a hablar con Ei, no conversado con ella en todo el día y quería hacerlo ahora.

Yae tocó la puerta del cuarto de Ei pero nadie respondió, Yae entro y vio que Ei estaba dormida.

-Ah... Que lástima.-dijo Yae.-Buenas noches Ei, nos vemos mañana.-fijo Yae cerrando la puerta.

Yae fue a su cuarto y empezó a mirar su celular hasta que tuviera sueño, al final Yae se quedó dormida con su celular al lado.

Sabado por la mañana.

Miko despertó con un poco de dolor de cabeza, parecía que también tenía algo de fiebre.

-Hmm... Que raro. Anoche estaba perfectamente.- dijo Yae sentándose en su cama sosteniendo su frente.

La cola de Yae se agitó un poco y parecía que la peli rosa se estaba poniendo peor. Si cuerpo se calentaba un poco a poco, Yae se estaba preguntando -¿Que demonios me pasa?- hasta que una idea se le cruzo por la cabeza.

-No, no, imposible.-Yae pensó en que podría ser su celo que había llegado.- Pero aún no estoy a mis fechas!-dijo Yae.

Yae miro su celular y vio que efectivamente estaba en sus días, ¿¡Como se le habría podido olvidar!?
Miko salió de su cuarto rápidamente y fue a uno de los cajones de la cocina donde solía guardar las pastillas que tomaba para reducir los efectos, abrió el cajón y empezó a buscar.

-¡No, no, no! Deben estar por aquí...- dijo Yae rebuscando.

No quedaba ni una sola pastilla reductora,-Lo que me faltaba.- decía Yae poniendo su mano en su cara.

Una voz llamo la atención de Yae, era Ei quien le preguntó:

-¿Miko? ¿Que haces?-pregunto Ei acercándose a Miko.

-¿Eh? N-Nada.-Dijo Miko.

Yae sudaba un poco, su cara y su cuerpo se ponían calientes al ver a Ei, no podía evitarlo. Un momento. *¿¡Me estoy calentando por Ei!?¿¡Raiden Ei!?* Penso Miko.

-Miko? Estas roja y además sudando un poco. ¿Segura que no es nada?-dijo Ei acercándose más.

-Agh!-exclamó Yae empujando a Ei.- Oh, Ei! Lo siento, yo...-Yae fue interrumpida de nuevo.

-Definitivamente te pasa algo.-

Ei se acercó a Yae le tocó la frente y luego dijo: