Naruto soltó un suspiro cansado mientras avanzaba entre los imponentes árboles, cuyas copas tan elevadas bloqueaban la luz del sol, sumiendo el bosque en una penumbra densa. El aire vibraba con los rugidos profundos y los chillidos agudos de las bestias ocultas entre la maleza.
Un bufido escapó de sus labios mientras se sentaba en una enorme roca. Este era el Bosque de la Muerte, un lugar donde casi nadie se aventuraba, por lo que estaba seguro de que podría encontrar tranquilidad aquí.
O al menos así lo creía hasta que escuchó unas maldiciones desde la maleza. —Estúpida planta difícil de encontrar—, murmuró una pelirroja mientras caminaba con enojo, hasta que su pie se hundió en un ojo de agua, lo que provocó que cayera. —¡Estúpido ojo de agua!—, exclamó con fuerza mientras se limpiaba la tierra de su rostro. —¡Malditos árboles que no dejan pasar la luz!—, agregó con un gesto dramático mientras intentaba desenredarse de algunas ramas que la rodeaban.
Naruto la miró por unos instantes antes de soltar una carcajada. —¿Estás bien?— preguntó entre risas.
Karin soltó un bufido de frustración. —¿Acaso parece que estoy bien?— murmuró, intentando levantarse pero fallando miserablemente en el intento. —No te quedes ahí solo mirando, ¡ayúdame!— exclamó con voz indignada mientras se revolvía entre las ramas y el barro, pareciendo más una caricatura que una ninja experimentada. Naruto se apresuró a ayudarla, pero terminaron los dos enredados entre las ramas, riendo juntos de la situación absurda en la que se encontraban.
Finalmente, luego de unos minutos de esfuerzo, lograron liberarse de las ramas y caminaron hacia un lago cercano, donde Karin se quitó el barro de su rostro con gestos exagerados.
Karin fingió toser dramáticamente. —Lo que sucedió atrás... normalmente así recolecto yo las plantas—, murmuró con fingido orgullo, lo cual provocó que Naruto estallara en risas —Está bien... mis lentes tienen los cristales rotos—agrego entre risas, señalando hacia sus lentes algo torcidos en su rostro. Ambos se miraron, sus carcajadas llenando el tranquilo bosque mientras el sol comenzaba a filtrarse tímidamente entre las ramas, creando destellos dorados en el lago.
Naruto sonrió ampliamente, sintiendo cómo el encuentro con Karin le quitaba un peso de encima, dejando atrás las preocupaciones de lo que sucedió hace unos días.
Karin también sonrió, recordando las palabras de Orochimaru que le habían revelado que el rubio frente a ella era miembro de su clan. Después de que la Cuarta Guerra Ninja terminó, Karin había permanecido en la aldea con la esperanza de convertirse en su amiga. A pesar de que se lo había propuesto varias veces, siempre le faltaba el valor para dar el paso. Sin embargo, esta vez decidió que no dejaría pasar esta oportunidad.
Karin lo miró fijamente por unos instantes, y Naruto respondió con una mueca graciosa, lo que provocó que la pelirroja soltara una carcajada contagiosa. —...tonto— murmuró entre risas, suavizando el comentario con una sonrisa cálida. —No sé si lo sepas, pero yo soy de tu mismo clan... y bueno, me gustaría ser tu amiga— agregó con sinceridad.
Naruto la miró fijamente por unos instantes, y Karin temió que la demora de su respuesta fuera una negativa. Sin embargo, en lugar de eso, sintió cómo el ya cálido y brillante chakra de Naruto se encendía aún más. Los ojos azules del rubio brillaban con sinceridad mientras sus brazos la atrajeron en un abrazo reconfortante —Así que no estoy solo...— murmuró Naruto, más para sí mismo que para Karin, mientras la abrazaba con fuerza. En ese momento, Karin sintió cómo el afecto sincero y la energía cálida de Naruto la abrumaban por completo. Sus piernas se volvieron gelatina debajo de ella, apenas pudiendo mantenerse de pie debido a la intensidad del momento.
Unos minutos más tarde ambos se encontraban sentados frente al lago —ya también pensé que estaba sola, realmente me alegra que podamos ser amigos— murmuró Karin ganándose una sonrisa por parte de Naruto.
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Trazos
FanfictionFinalmente es su amigo por lo que lo apoyara, no lo dejara solo, esas son unas promesas de vida que se hizo Karin.