Era una cálida tarde en Konoha, y todos los amigos de Naruto se habían reunido en un pequeño restaurante para disfrutar de una comida juntos. La conversación era animada, y las risas llenaban el aire. Naruto, como siempre, estaba en el centro de la atención, contando historias sobre sus últimas misiones y haciendo bromas.
Hinata, sentada en silencio, observaba a Naruto con una mezcla de nerviosismo y determinación. Había estado esperando el momento adecuado para hablar con él, y sentía que este era el día. Reuniendo todo su valor, se levantó de su asiento, llamando la atención de todos.
—Naruto-kun... —comenzó Hinata, su voz temblando ligeramente—Hay algo que quiero decirte... algo que he guardado en mi corazón durante mucho tiempo—
Naruto la miró con curiosidad, así como el resto de sus amigos, que intercambiaron miradas, comprendiendo lo que estaba a punto de suceder. Ino, siempre perceptiva, se inclinó hacia Sakura y le susurró algo. Ella asintió, y luego se dirigió a los demás.
—¿Por qué no dejamos que hablen a solas? —sugirió Ino en voz baja.
Todos estuvieron de acuerdo, y uno a uno se levantaron, dirigiéndose hacia la salida del restaurante. Kiba fue el último en irse, pero no sin antes lanzarle a Naruto una mirada de advertencia, sabiendo que Hinata estaba a punto de decirle algo importante.
Una vez que estuvieron solos, Hinata respiró hondo, reuniendo todo su coraje.
—Naruto-kun... Yo... —cerró los ojos un momento antes de abrirlos y soltar las palabras—Yo te amo—
Naruto se quedó inmóvil, con los ojos abiertos de par en par. No sabía qué decir. Hinata siempre había sido una buena amiga, y él la apreciaba mucho, pero nunca había pensado en ella de esa manera. Quería ser honesto, pero sabía que sus palabras podrían herirla.
—Hinata... —comenzó con suavidad—Yo... lo siento, pero no puedo corresponder a tus sentimientos—
El rostro de Hinata se descompuso. No esperaba ser rechazada, y mucho menos de manera tan directa. El dolor y la confusión nublaron su mente mientras trataba de entender lo que Naruto acababa de decir.
—¿Por qué? —preguntó, su voz temblando—¿Es por Sakura?—
Naruto sacudió la cabeza de inmediato.
—No, Hinata. No tiene nada que ver con Sakura. Es solo que... no siento lo mismo por ti. Eres una gran amiga, y siempre te respetaré y cuidaré, pero no puedo fingir algo que no siento—
Hinata bajó la cabeza, sintiendo que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Había esperado tanto este momento, solo para que todo terminara en un doloroso rechazo.
—Entonces, ¿por qué? —insistió, su voz quebrándose—¿Por qué no puedes amarme? He estado a tu lado siempre... He hecho todo lo que he podido para estar cerca de ti...—
Naruto tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta. No quería herirla, pero sabía que tenía que ser honesto.
—Hinata, no es algo que puedas forzar. El amor... simplemente sucede o no sucede. No puedo darte una razón exacta. Solo sé que no sería justo para ti si intentara obligarme a sentir algo que no siento. Te mereces a alguien que te ame con todo su corazón, no solo a alguien que lo intente por compromiso—
Hinata apretó los puños, luchando contra las lágrimas. La idea de que Naruto no pudiera amarla, a pesar de todo lo que había hecho por él, era demasiado dolorosa. Y aunque sabía que él tenía razón, no podía evitar sentirse traicionada.
ESTÁS LEYENDO
Trazos
FanfictionFinalmente es su amigo por lo que lo apoyara, no lo dejara solo, esas son unas promesas de vida que se hizo Karin.