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Con paso decidido y una sonrisa radiante en el rostro, Sakura e Ino avanzaban hacia la casa de Naruto muy temprano, el sol apenas había salido. Después del día de ayer, una idea se les había ocurrido: ¿por qué no organizar o forzar algunos encuentros casuales entre Naruto y Hinata? Estaban convencidas de que, una vez juntos, Naruto se daría cuenta de que Hinata era la pareja perfecta para él.

Sakura se detuvo por un momento, una sombra de duda cruzando su rostro. —¿No deberíamos haber hablado primero con Hinata?— preguntó, sus ojos buscando la confirmación en los de Ino.

Ino respondió con una sonrisa tranquilizadora mientras pasaba su brazo alrededor del hombro de Sakura. —No te preocupes por eso, frente— dijo con confianza, Sakura frunció el ceño y apartó el brazo de Ino —Hinata, a pesar de estar dolida, no dudará en tomar una oportunidad para estar con él— continuó Ino —El único al que debemos convencer es a Naruto—

Sakura asintió con una sonrisa —espero y tengas razón puerca— dijo, empezando a caminar ignorando como Ino refunfuñaba.

Llegaron al pequeño apartamento de Naruto y golpearon la puerta varias veces, pero no hubo respuesta. Sakura frunció el ceño y comenzó a golpear la puerta con más fuerza, como si pudiera derribarla. —¡Despierta de una vez, Naruto-baka!— gritó mientras sacudía la puerta con impaciencia. —¡Deja de dormir y sal ya!—

Ino intentó detener a Sakura, pero fue demasiado tarde. Con un empuje final, la puerta de Naruto cayó hacia atrás, haciendo un fuerte estruendo al romperse las bisagras. Ino miró con sorpresa y preocupación el resultado del impulso de Sakura

—Sakura, ¡¿qué has hecho?!— exclamó Ino, tratando de mantener la calma mientras evaluaba el daño. —Ahora mismo tienes que disculparte y explicarle a Naruto lo que ha pasado.— su plan se arruinaría si Naruto se enojaba.

Sakura parecía preocupada aunque puso una sonrisa —no creo que se enoje— murmuro, Naruto casi nunca se enojaba con ella — sigamos con el plan— agregó caminado al interior del apartamento siendo seguida de cerca por Ino.

El apartamento era lo que esperaban: pequeño, con pocas cosas y varias tazas de ramen vacías esparcidas por el suelo. Caminaron hasta la habitación del rubio y la encontraron vacía. Ino y Sakura fruncieron el ceño al darse cuenta de que haber ido a verlo a su casa había sido una pérdida de tiempo.

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Karin se levantó de su cama con un largo bostezo, estirando los brazos por encima de su cabeza, después de haberse quedado mirando la pardes por cinco minutos, se levanto y despojó de su camisa y shorts, quedando en ropa interior. Con pasos lentos, se acercó a la repisa y tomó sus lentes, colocándoselos con cuidado antes de salir de su habitación con la intención de darse una ducha.

En el pasillo, Karin se encontró con Naruto, ambos luchando por abrirse paso entre la niebla del sueño matutino. —Buenos días, Naruto— murmuró con voz somnolienta.

La respuesta de Naruto quedó atrapada en su garganta cuando sus ojos se toparon con la sorpresa de ver a Karin frente a él, vestida solo con ropa interior. Karin notó la expresión desconcertada en el rostro de Naruto, ella se extrañó por unos segundos cuando noto que estaba parada frente a él solamente en ropa interior, todo el sueño se le escapo con sus dedos pinchó los ojos a Naruto antes de correr hacia el baño, donde se encerró.

Naruto se frotó los ojos con un poco de dolor. —Y yo, ¿qué culpa tengo?— murmuró, sintiéndose un tanto confundido por la inesperada situación.

Kurama soltó una risa estruendosa. —Al parecer, venir aquí fue lo mejor. Algo me dice que me voy a divertir viendo a estos dos— murmuró para sí mismo.

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