8

150 19 8
                                    

Sakura caminaba de un lado al otro en su apartamento, la ansiedad y la desesperación visibles en su rostro. Naruto había desaparecido por meses, y la aldea empezaba a perder la paciencia. Pero más que eso, sus propios motivos personales la impulsaban a encontrarlo. En su mente, una tormenta de pensamientos giraba alrededor de una verdad que no quería admitir: su insistencia en emparejar a Naruto con Hinata no era solo por el bien de Hinata, sino también por ella misma.

Desde que Sasuke se fue en su viaje de redención, Sakura había estado intercambiando cartas con él. Aunque sus respuestas eran cortantes y frías, Sakura creía que había una oportunidad para él. Pero había un obstáculo. Sasuke sabía que Naruto había estado enamorado de ella, y aunque Naruto ya había dejado de invitarla a citas, Sakura temía que Sasuke nunca se permitiría estar con ella si pensaba que esos sentimientos aún existían. Sasuke no quería quitarle la felicidad a su "hermano" el mismo hermano que lo había traído de regreso a la luz.

Desesperada, Sakura pensaba que si Naruto aceptaba estar con Hinata, Sasuke finalmente vería que ella estaba disponible, libre de cualquier compromiso emocional con Naruto. Necesitaba encontrar a Naruto, para asegurar su propio futuro con Sasuke.

Kiba, que había sido su aliado más constante en la búsqueda, había dejado de ayudarla, frustrado por la falta de resultados. Ino, siempre su amiga y confidente, comenzaba a mostrar signos de desinterés, claramente cansada de la búsqueda infructuosa. Y Hinata... Sakura suspiró al pensar en Hinata. La desaparición de Naruto había sido un golpe devastador para ella. Hinata se había retraído aún más, sumida en su dolor y en el rechazo que sentía.

El ambiente en Konoha había cambiado drásticamente. Muchos aldeanos que antes apoyaban la relación entre Naruto e Hinata ahora veían a Naruto con desdén, sintiéndose traicionados por su repentina desaparición. Los rumores y las habladurías sobre su falta de responsabilidad y su comportamiento irrespetuoso circulaban por la aldea, alimentando la desconfianza y la desaprobación.

—Es imperdonable —había dicho un vecino a otro en el mercado—Después de todo lo que Hinata ha hecho por él, rechazarla así y luego desaparecer. Es una falta de respeto—

—Sí, ella lo ha amado desde siempre —había agregado otra mujer el hecho de que todos en la aldea conocían—Todos en la aldea pensábamos que eran perfectos juntos. Naruto debería haber aceptado sus sentimientos. Es lo menos que podía hacer después de todo lo que ella ha pasado—

Sakura se detuvo un momento y miró por la ventana, tratando de encontrar algún consuelo en la vista de Konoha. Pero solo encontró más angustia. Decidida, se volvió hacia la puerta, agarró su chaqueta y salió del apartamento. Tenía que encontrar una manera de localizar a Naruto, de explicarle la gravedad de su ausencia, y de hacerle entender cuánto lo necesitaban en la aldea, y cuánto lo necesitaba Hinata.

Cuando llegó a la tienda de flores de Ino, su amiga estaba organizando un ramo de flores con una expresión distraída.

—Ino —dijo Sakura, entrando en la tienda—Necesito tu ayuda una vez más. No puedo hacerlo sola—

Ino levantó la vista y suspiró—Sakura, ya hemos intentado todo. Naruto no quiere ser encontrado. Es como si hubiera desaparecido del mapa—

—Lo sé, pero... no puedo rendirme. No después de todo este tiempo. Hinata está destrozada, y la aldea... todos están perdiendo la fe en él—

Ino dejó el ramo y se acercó a Sakura, poniendo una mano en su hombro—Está bien. Lo intentaré una vez más. Pero si no encontramos nada, tendremos que aceptar que Naruto no quiere ser encontrado —dijo Ino con suavidad.

Sakura asintió, agradecida—Gracias, Ino. Vamos a buscar a Kiba y a Shino. Tal vez con su ayuda, podamos encontrar alguna pista—

Juntas, se dirigieron a la casa de Kiba. Aunque había dejado de buscar, Sakura esperaba que la urgencia en su voz lo convenciera de unirse nuevamente a la causa. Si había una posibilidad de traer a Naruto de vuelta, no podían rendirse todavía.

TrazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora