𝗘𝘀𝘁𝗮 𝗲𝗿𝗮 𝘀𝘂 𝗼𝗽𝗼𝗿𝘁𝘂𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱
𝗟𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗶́𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗮𝗻̃𝗼𝘀...
𝗘𝘀𝗲 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗵𝗮𝗯𝗶́𝗮 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗱𝗼Roier comenzó a acercarse a Aldo, mirandolo, verlo tan indefenso, sonrojado y nervioso lo hacía sentir aún más excitado...
Roier dejó la caja que tenía en sus manos en el suelo y tomó a Aldo de la cadera, este estaba sonrojado a más no poder, parecía una fresa en plena primavera, pero esto sólo hacía que Roier deseara cada vez más a Aldo.
Roier al fin rompió ese silencio, el cual era entre una mezcla de incómodo y sensual - ¿𝘌𝘴𝘵𝘢́𝘴 𝘥𝘦 𝘢𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘰?... - Dijo el menor mientras subía sus manos lentamente al cuello de Aldo, pasando sus manos por su pecho marcado, sintiendo los relieves y curvas, hasta llegar a su objetivo, el cuello de Aldo, enredando sus manos en este, mirando los ojos de Aldo, esperando por una respuesta.
Aldo tomó un suspiro y habló - 𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘨𝘢́𝘮𝘰𝘴𝘭𝘰... 𝘕𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘰 𝘢𝘨𝘶𝘢𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘮𝘢́𝘴 - Dijo el mayor, acercándose a Roier y tomandolo de las caderas, sus labios estaban apenas a unos centímetros de separación, una sensación de alivio invadió a Aldo cuando Roier tomó la iniciativa y lo besó.
Ese beso era apasionado, algo que los dos chicos habían estado esperando por tanto tiempo, especialmente Roier era quien estaba más emocionado, la persona de sus sueños lo estaba besando, de solo pensarlo estaba cada vez más emocionado, esos labios, ese cuerpo, nunca olvidaría esa sensación.
El beso subía cada vez más de intensidad, tanto que ahora Aldo paseaba su mano por las caderas del contrario, y sin avisar metió su mano en el bóxer del contrario, pasando su dedo índice por la entrada de Roier, haciendo a este dar un gemido ahogado.
Aldo al escuchar ese sonido no pudo controlarse más, era como el mismo cielo en vida, así que Aldo intensificó ese beso, aprovechó lo distraído que estaba Roier y metió su lengua en la boca del contrario, explorando lugares más allá de la vista y más allá de su imaginación.
Roier ya estaba más que desesperado, amaba cada toque, cada palabra, cada suspiro, pero necesitaba más, este sentimiento era como una droga, no lo podía dejar y cada vez necesitaba más - 𝘗𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳~ - Dijo el menor con un tono necesitado, y para los oídos de Aldo, jodidamente sexy - 𝘗𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦́ ? - Dijo Aldo jugando con la paciencia del menor, desesperando a este, el cuál dio un jadeo y miró al mayor impacientemente, dejándole en claro lo que quería - 𝘍𝘰́𝘭𝘭𝘢𝘮𝘦... 𝘗𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳, 𝘵𝘦 𝘭𝘰 𝘴𝘶𝘱𝘭𝘪𝘤𝘰... 𝘋𝘦́𝘫𝘢𝘮𝘦 𝘴𝘪𝘯 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘢𝘳... - Al decir eso el menor se sonrojó y desvió su mirada, causando que el mayor tomara de la barbilla al otro, haciendo que sus miradas se junten, Aldo amaba las expresiones de Roier, eran tan bellas que fácilmente podría volverse adicto a ellas.
Aldo le dió un pequeño beso al menor - 𝘔𝘦 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘥𝘪𝘤𝘩𝘰 𝘦𝘴𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘦 𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘰 - Aldo comenzó a acostar a Roier en la cama, procurando no lastimarlo, comenzó a bajar la falda del menor, dejando ver aún más su pálida piel y su cuerpo femenino, su mirada la fijó en la notable erección del menor - 𝘈𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘺𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘢́ 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘢𝘥𝘰... - Dijo Aldo con una risita, recibiendo un pequeño golpe en su brazo en forma de reclamo - 𝘊-𝘤𝘢́𝘭𝘭𝘢𝘵𝘦 𝘺 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘢𝘱𝘶́𝘳𝘢𝘵𝘦... - Dijo el menor con un sonrojo y desespero notable, por lo que el mayor comenzó a bajar la ropa interior del otro, dejando ver su pene ya erecto y con un poco de líquido pre-seminal, dando una pequeña risita y pasando su pulgar por la punta de ese miembro, haciendo que Roier sacara un gemido leve.
A continuación Aldo comenzó a bajar también su ropa, quedando semi desnudo, quedando solo en su camisa, dejando ver su miembro también erecto, Roier al ver ese gran miembro se sonrojó, ⪻¿Cómo se suponía que ese gran tamaño pudiera entrar?⪼ pensó Roier hasta que sintió como un dedo con un líquido espeso entraba en su agujero, haciendo que el mencionado diera un gemido casi grito en respuesta a la sensación inesperada, abrazando a Aldo, sintiendo como ahora sus erecciones se frotaban entre sí, creando una fricción placentera.
Aldo rió al ver la reacción de Roier, y comenzó a mover ese dedo, esperando a que las paredes de Roier se soltaran, después de unos minutos Aldo metió otro dedo, recibiendo como respuesta un gemido nuevo, comenzó a mover esos dedos en forma de "tijera", logrando estirar lo suficiente las paredes del menor.
Aldo acostó a Roier en la cama con cuidado de no lastimarlo, quedando los dos chicos cara a cara, acomodando las piernas del menor en la cadera del mayor, de modo que fuera más cómodo para Roier, al terminar de acomodarse Aldo comenzó a alinear la punta de su miembro en la entrada de Roier, desesperando aún más a este con cada segundo que pasaba - 𝘋𝘪𝘮𝘦 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘥𝘶𝘦𝘭𝘦, 𝘴𝘪? - Roier solo asintió con su cabeza, sintiendo como Aldo entraba dentro suyo, sintiendo una nueva sensación que nunca había sentido, una mezcla entre dolor y placer, una sensación tan embriagadora que no olvidaría fácilmente, Roier sacó un gemido más de la comisura de sus labios y tiró su cabeza hacia atrás, dejando ver el placer que estaba experimentando, los labios de Roier para la vista de Aldo se veían algo rojos e hinchados, no pudo aguantar más y besó una vez más al menor, comenzando a moverse lentamente, esperando a que Roier se acostumbrara a ese miembro dentro suyo.
Pasaron unos cuantos minutos, hasta que Roier se movió indicándole a Aldo que estaba listo, Aldo al ver esto comenzó a moverse con un ritmo un poco más rápido, sacándole gemidos a Roier, Aldo tomó los brazos de Roier y tiró de ellos hacia abajo, notando como Roier aumentaba la cantidad de gemidos que salían de su boca, ya que en esa posición el miembro de Aldo llegaba más profundo.
Aldo de solo ver la cara del menor comenzó a ponerse más excitado, amaba ver las expresiones de este, ver cómo caían lágrimas de sus cachetes, sus labios rojos e hinchados por los anteriores besos y esos gemidos espléndidos que deleitarían a cualquiera con tan solo escucharlos, todo era perfecto de él, todo era perfecto de su Roier.
-¡𝘈𝘩~! ¡𝘈𝘩𝘪́~!- Una voz sacó a Aldo de sus pensamientos, Roier ahora gemía más fuerte, se escuchaban casi como gritos en vez de gemidos, el placer invadía a Roier cada vez más, la casa estaba inundada de sonidos obscenos, choques de pieles, gemidos y la cama rechinando era lo que más predominaba en ese entorno.
Aldo tocaba repetidamente la próstata de Roier, mandando escalofríos y olas de placer por todo su cuerpo. Los dos hombres estaban al borde del éxtasis, Aldo pasó su mano por el pecho de Roier y comenzó a pellizcar, lamer y morder los pezones del mencionado, logrando después de unos minutos que Roier se corriera, para después dar unas cuantas embestidas más y dejar que Roier sintiera como su interior era llenado por un líquido espeso y pegajoso.
Aldo se separó de Roier sin antes darle un corto beso y admirar su preciada obra de arte, el más joven tenía varias marcas de chupetones en su cuello, pezones y muslos, su pelo estaba despeinado, sus labios inchados, piernas temblando por el reciente orgasmo y lágrimas que recorrían su cara, haciéndolo ver aún más bello de lo que ya era, y por último, la "cereza del pastel", de su entrada se veía como la semilla de Aldo salía, dejando un lindo "decorado", como marca de la pasión y acción de hacía unos momentos atrás.
Roier tomó a Aldo y lo abrazó, quedando los dos juntos acostados, y al poco tiempo, el sueño llegó para los dos chicos y se quedaron dormidos.
𝗘𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗶́𝗮 𝘀𝗶𝗱𝗼 𝗲𝗹 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝗱𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝘃𝗶𝗱𝗮
꒷︶꒷꒥꒷‧₊˚꒷︶꒷꒥꒷‧₊˚꒷︶꒷꒥꒷‧₊˚꒷︶꒷꒥꒷‧₊˚
Holaa, ¿Cómo andan?, espero que bien
Yo entre bien y mal, bien porque me fui unos días de vacaciones y mal porque tengo exámen la semana que viene y porque durante todas las vacaciones no tuve internet :c (cabe aclarar que todo esto lo estoy escribiendo a las 10 de la noche con insomnio y en la playa, pero esto lo publico estando en mi casa)
Pero bueno, como siempre, gracias por todo el apoyo que ha recibido esta historia, los amo <3
𝟭𝟯𝟵𝟭 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀
ESTÁS LEYENDO
"¿𝗣𝗿𝗲𝗺𝗶𝗼 𝗼 𝗰𝗮𝘀𝘁𝗶𝗴𝗼?" | 𝖠𝗅𝖽𝗈𝗂𝖾𝗋
Fiksi Penggemar"¿𝗘𝘀𝗼 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗰𝗮𝘀𝘁𝗶𝗴𝗼? 𝗠𝗮́𝘀 𝗯𝗶𝗲𝗻 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗽𝗿𝗲𝗺𝗶𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗺𝗶..." Roier, un chico con gustos afeminados, como usar faldas o maquillaje, enamorado de su amigo Aldo desde la primera vez que lo vió, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘶𝘯 �...