𝒑𝒂𝒑𝒂́ 𝒑𝒂𝒑𝒂́

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La alarma despertó a Soobin, eran las 7 de la mañana, muy temprano para lo que el acostumbraba despertarse.

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Apagó la alarma, iba a volver a acostarse, pero entonces escucho algunos ruidos en la cocina. Se levantó, y camino hacia la cocina pensando que ni-ki hacia esos ruidos, pero en realidad el estaba profundamente dormido, así que a quien encontró fue a el señor Choi, estaba calentando una taza de café...

Soobin quedo completamente plasmado, el señor Choi se encontraba únicamente con una toalla enredada en si cintura, todo lo demas estaba completamente descubierto lo que dejaba apreciar sus brazos bien marcados, luego noto que tenía un tatuaje en la espalda baja, era una flor, aunque no sabía cual. Yeonjun se dio la vuelta y la mirada de Soobin bajo hasta su bien marcado abdomen, donde descubrió otro tatuaje.

Dios, nunca creyó dudar tanto de su sexualidad hasta esos momentos, esos tatuajes y el cuerpo bien trabajado lo estaban volviendo loco, podía jurar que estaba completamente embobado por esa figura tentadora que estaba frente a el.

– Oh, buenos días Soobin – dijo cuando se percató de que estaba ahí.

– B-buenos días señor – respondió apenado.

– Ni-ki se despierta en treinta minutos y yo debo irme en el mismo tiempo, así que por favor hay que llevarlo a la escuela, entra a las nueve, así que le da tiempo de desayunar.

– Esta bien.

– ¿Te gustaría algo de café?

– Si, pero yo puedo servir me.

Soobin tomó una taza de la alacena y se dirigió a donde estaba Yeonjun, tomó la cafetera y se sirvió un poco de café, pero al darse la vuelta monse percató de lo serca que estaba de Yeonjun, nervioso trato de rodear el cuerpo con cuidado, pero, consiguió tropezar con sus pies, su primera reacción para no caer al suelo fue agarrar se fuerte al cuerpo de Yeonjun, pero luego ambos cayeron al suelo quedando Yeonjun sobre Soobin.

La serranía era mucha, sus cuerpos estaban juntos y sus labios estaban casi por tocarse, sus respiraciones estaban agitadas, Soobin no se había dado cuenta, pero tenía las manos sobre el abdomen de Yeonjun.

– ¿Estás bien? – pregunta Yeonjun preocupado.

– S-si, perdoné, me tropecé...

– Están bien.

Por alguna razón ninguno de los dos se movía, Soobin comenzaba a sentir un cosquilleo en el estómago, la tensión del momento estaba poniendo casa vez más nervioso a Soobin. S
Yeonjun bajo su mirada hasta los labios contrarios, eran de un color rosado natural, esponjosos que cualquiera tenía la tentación de besar... Los observo y detalló con la mirada, hasta que tuvo un impulso, olvido por completo quien era y beso a Soobin.

Al principio fue extraño pero luego quedo hipnotizado por la forma de sus labios, hace mucho no besaba a alguien y ahora que lo hacía podía recordar el placer que le hacía sentir besar. Soobin término siguiendo el beso, luego sintió como la lengua de Yeonjun se adentraba y comenzaba a jugar, Soobin sintió un escalofrío, por accidente Yeonjun mordió el labio de soobin, haciendo que este soltara un pequeño gemido, lo que regresó a la realidad a Yeonjun y de inmediato se separó de el.

Ayudó a Soobin a levantarse y sin decir nada camino hasta su habitación dejando a Soobin confundido.

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Yeonjun se fue poco tiempo después, hizo como que nada había pasado y solamente le indicó a Soobin que podía tomarse la tarde libre, pues Ni-ki salía hasta las tres.

¡𝒑𝒂𝒑𝒂́ 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒖𝒏𝒂 𝒏𝒊𝒏̃𝒆𝒓𝒂! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora