Celia Valduciel era una chica romántica, fanática de las pelis y libros romanticos. El destino la llevo a encontrarse con Esteban Kukuriczka que estaba dispuesto a darle su propia historia de amor.
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loved you first One Direction 0:03 ──⊙──────── 5:37 ↻ ◁ | | ▷ ↺
El tiempo avanzaba más rápido de lo que se sentía, llevaban toda la semana perfeccionando los últimos detalles para arrancar con las grabaciones. Esos días fueron agotadores y estresantes, apenas lograban tener un momento tranquilo o para relajarse.
Ni siquiera todo el estrés apartaba la emoción que Celia sentía por empezar a trabajar, después de meses de preparación estaba por iniciar el verdadero reto: ir a la montaña.
Cuando la maquillista terminó su trabajo, Celia se quedó mirando varios segundos al espejo admirando impresionada el gran trabajo que habían hecho dejando moretones y rasguños por todo su rostro y en algunas partes de su cuerpo.
— Madre mía— exclamó sorprendida— Jamás dejes que me pelee, me veo horrible— dijo mirando a Fran— Con todo el respeto a tu trabajo— dijo mirando a su estilista quien soltó una risa.
— Mi trabajo es hacerte ver terriblemente hermosa— le sonrió
— Si algún día te peleas y pierdes yo te cago a piñas por perder— Blas, que estaba en la silla de a lado aun siendo maquillado, bromeó
— Si te lo creo— la chica se caecajeo junto a Fran para despues salir con él del camper.
Se prepararon para el largo camino hacia el set compartiendo unas risas pues Fran se esmeraba en que su amiga no estuviera decaída como se encontraba la mayor parte del tiempo cuando casi nadie la veía.
Por su parte, Esteban observó desde la distancia como sus dos amigos se alejaban. Los últimos días la pasó fatal pensando en porqué de pronto Celia se había alejado de él. ¿Hizo algo mal? ¿Pasó algo con Enzo? ¿Pasó algo en año nuevo?
Miles de preguntas estaban en su cabeza, pero ninguna sería resuelta si seguía sin hablarle. No habían vuelto a interactuar desde su encuentro mientras Celia se teñía el cabello. No importaba cuanto la extrañara, si ella, por alguna razón desconocía, había decidido alejarse él lo respetaría y se quedaría mirándola ser feliz desde lejos, apreciaría su belleza, incluso con su nuevo estilo, desde lejos como alguien que aprecia una escultura en un museo. Deseoso de querer tocarla, pero siendo obligado quedarse lejos observando como la más bella pieza de arte queda fuera de su alcance.
— ¿Por qué no hablas con ella? —Juani le preguntó al ver el rostro decaído del mayor.
— No quiero molestarla— admitió
— ¿De verdad no crees que ella también tiene las mismas ganas de hablarte que vos? —lo cuestionó con incredulidad— Che, no entiendo de verdad porque los dos son muy orgullosos para querer hablarse.
Pero Esteban seguía sin entender que pasaba. Forzaba a su mente a recordar si en año nuevo habían discutido o algo grave paso, pero él no lograba recordarlo, la mayor parte de la noche eran recuerdos borrosos.
