Capitulo 8

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*Michael*

Sigo observando cómo se maquilla y sus expresiones buscando algo de dolor en ella, pero no, lo que encuentro es resentimiento y coraje. Y no puedo juzgarla, no sería capaz luego de haberla escuchado y de saber al menos esa parte de su historia.

Se voltea a mirarme y su expresión cambia drásticamente a una más tranquila.
-Voy a salir. Nos vemos luego, cariño.

-Puedo llevarte, déjame estar contigo en este momento.

-Gracias, porque la verdad es que yo ni siquiera sé dónde es ese lugar, lo iba a buscar por Google Maps- Dice en tono bajo y sus manos vuelven a temblar.

Le tomo las manos, le doy un beso en ellas - Vamos nena.

Llegamos al lugar, nos perdimos un par de veces por el camino porque Keila no es nada buena como copiloto. Nos bajamos y ella pregunta al oficial que está en el primer piso, nos envía al cuarto piso y cuando estamos en el ascensor veo sus manos temblando de nuevo.

-No tienes que esconder cómo realmente te sientes, no tienes que fingir conmigo, nena. Se fuerte hasta que quieras serlo, pero recuerda darte la oportunidad de quebrarte, eso también es necesario.

Me voltea a ver con los ojos humedecidos, pero se recompone rápido al llegar al cuarto piso. Caminamos hacia un escritorio donde se encuentra una mujer.

-En la segunda puerta a la izquierda es la sala de espera. -escucho que le dice a Keila.

Cuando entramos por la puerta nos detenemos de inmediato al ver quien está sentado en una de las sillas.
Joseph se levanta rápido de la silla y camina hacia a mi para abrazarme, al corresponderle el abrazo comienza a llorar.

-Quien te lo dijo? - pregunta aun abrazándome y yo confundido totalmente.

-De que hablas Joseph y porque lloras? -digo preocupado y veo como Keila le acaricia la espalda a Joseph de igual manera.

-Si no lo sabes porque estás aquí? -Pregunta separándose de mí y tomándole la mano a Keila para darle un beso en ella.

-Vine a acompañarla. -hago un gesto con la boca señalando a Keila.

-Que tienes corazón porque lloras así? -le pregunta ella limpiando las lágrimas de las mejillas de Joseph.

-Papito murió Michael, papito se me murió. - Me dice y no puedo evitar llorar, su papá no fue cómo el mío ni mucho menos cómo el de Keila. Fue un padre presente, comprensivo, gracioso y de los que nunca decía que no y siempre estaba dispuesto a todo por sus hijos y muchas veces por mí también.

Keila nos abraza a los dos -Lo siento tanto por los dos, de verdad lamento mucho su perdida.

Estuvimos un tiempo largo en ese abrazo de tres. Hasta que Joseph habló.

-Mamita no quiso venir a reconocerlo está destruida, no se levanta de la cama y lo único que hace es llorar. Yo no puedo reconocerlo porque legalmente no soy su hijo Michael y mis hermanos están de viaje. Vine para verificar si pueden darnos tiempo a que mis hermanos lleguen o por lo menos a que mi madre se encuentre en mejor estado. - dice mientras yo trato de asimilar todo esto, Keila lo mira con tristeza.

-Familiar de Alberto García- dice una mujer parada en la puerta. -Todos nos levantamos y caminamos hacia ella.

-La única que puede reconocerlo es Keila García. Lo lamento mucho usted no puede pasar ya que no es hijo legal del fallecido.

Ahora estamos mirándonos todos con confusión, Joseph comienza a llorar más fuerte. -Señora usted se está confundiendo Papito no tenía una hija, él tiene tres hijos varones que tuvo con mi madre y a mí me crió cómo suyo también. Yo también soy su hijo, aunque no tenga su apellido.

Una semana o toda la vida? (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora