CAPITULO 8

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—Alexa Vitilo Blake, soy Antonio Vega, vengo a llevarte a la Legión Vladimoff.

<<¿Qué está pasando?>>

¿Quiénes son ellos?

— ¿Quién eres?, y sobre qué me estás hablando, no entiendo un carajo de lo que me estás diciendo – le trato de dar a entender, que en verdad no sé absolutamente nada, ni siquiera sé donde estoy.

— Espera, ¿qué?, no sabes nada sobre las legiones— me pregunta y yo solo niego su pregunta mientras él se apresura a la camilla en la que estoy.

— Al menos sabes de qué se trata.

— No, no se nada, ni sé cómo llegué aquí y ni mucho menos sé algo sobre legiones– trato de decirle con un semblante serio y neutro a la vez, pero en el rostro de él solo veo sorpresa y diversión.

— Bueno preciosa, acabas de llegar y ya me hiciste perder 90 dólares, pero toda la información necesaria te la estaremos dando en la fortaleza de la Legión Vladimoff – creo que lo último lo dice más para tranquilizarme.

— Ya que necesitamos escoltarme hasta la fortaleza, tienes 10 minutos para arreglarte— dice de una manera apresurada mientras sale por la puerta.

Yo solo me detengo a procesar todo lo que ha pasado estos 20 minutos que llevo aquí. Después de una larga lucha mental solo me acomodo en la esquina de la camilla, tratando de bajar despacio para no caerme o desmayarme en el acto, caminó despacio hacia mi ropa y me dirijo al baño.

En el pequeño espejo, pude ver algunos golpes y algunas cortadas que tenía en la frente y otras detrás de la oreja. Ya tuve mucho por hoy, entonces con lo poco que me quedaba de energía solo me dirigí a la regadera, después de unos minutos salí del baño.

Mentalmente, no estoy lista para lo que me espera, pero ya no puedo retroceder el tiempo y esperar a que no pase nada o esperar algún milagro. Lo único que estoy segura es que tengo que salir con vida de todo esto...

Abro la puerta despacio topándome con dos guardaespaldas, dándome espacio para salir, mientras se comunicaban por una especie de audífono inalámbrico conectado por dentro de su saco.

—Bien, vamos, te están esperando en la fortaleza– dice Antonio llamando mi atención, yo solo me abstengo a asentir con la cabeza.

Todo esto es muy abrumante y más con el hecho de que ni siquiera sabes ni cómo llegaste a este punto de tu vida. Como hace tres años todo era muy diferente, mejor dicho antes de ese 4 de diciembre del 2019, todo era perfecto, pero imperfecto a su manera.

Aprendemos a dejar ir, aprendemos a perdonar, pero cuando vamos a aprender a no volver a extrañar, cuando vamos a aprender a olvidar lo que nuestro corazón nos pide a gritos que olvidemos.

Tal vez esa duda la responderé en otra etapa de mi vida o al menos eso espero yo.


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Holiii

Recuerden que esto es un borrador :)

Besitoss

Antes de que paseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora